Cuatro décadas en Victoria

Victoria pudiera ser en este justo instante un coche antiguo halado por caballos, una poderosa planta ninfeácea que crece en aguas tranquilas, el nombre de un cráter, un lago o de la emperatriz británica, pero en las ilustres páginas de la enciclopedia de la Real Academia Española no pude hallar el concepto exacto de mi Victoria.

Entiendan además que no hablo del canto aclamado cuando vencemos a un contrario. Mi Victoria aunque no es humano tiene la capacidad de reflejar en sí el rostro multiplicado de su gente. A pesar de estar privado del sentido del habla posee el don de la palabra, recurso que bien emplea para ensalzar la epopeya de los justos o poner el dedo firme en la yaga cuando las cosas están fuera de lugar.

Mi Victoria nació el 20 de febrero de 1967, hace cuatro decenios, y fue bautizado con el nombre Hasta la Victoria Siempre. Sin embargo, con el tiempo ese nombre se simplificó para salir al combate y regresar con la corona, como los antiguos héroes egregios bendecidos por aquella diosa del triunfo equivalente a la Niké en la mitología griega.

Desde entonces mi Victoria, que vio la luz no en el olimpo romano sino en la ciudad de Nueva Gerona, tiene la habilidad de entrar sin pedir permiso a los hogares y centros de trabajo o estudio para en íntimo diálogo vestirse de blanco, negro y mestizo como su gente, dominar el lenguaje de su pueblo y captar con su mirada de lente el testimonio gráfico de los minutos, horas y días que entrelazados cuentan historias.

Claro que ningún catedrático de la Real Academia Española podrá definir con elocuencia el significado del periódico Victoria para la Isla de la Juventud. En sus páginas se conservan los vívidos recuerdos de este pueblo que apuesta por afianzar su identidad. El Victoria grafica y recoge en sus textos la obra de la Revolución, edificada con manos de obreros, campesinos, estudiantes, intelectuales, deportistas, combatientes, en fin gente simple con especial apego a las tradiciones de lucha, patriotismo, internacionalismo e independentismo.

Así, fiel al Partido y a Fidel los actuales trabajadores del Victoria dan continuidad a la obra que inició el colectivo de Hasta la Victoria Siempre en 1967. Hoy con el compromiso del ejercicio de un periodismo veraz y objetivo también enaltecen la memoria de quienes no están físicamente en este día de jubileo.