Notable mejoría muestra el trasiego de pasajeros y de carga por mar desde y hacia la capital del municipio especial de la Isla de la Juventud, esfuerzo de Cuba por revitalizar la principal vía masiva de transporte entre las dos islas.
En la etapa 2002-2003 la transportación marítima de personas colapsó cuando los hidrodeslizadores de fabricación soviética expiraron por la sobreexplotación a la que estuvieron expuestos, además de los efectos del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra el país.
El Estado cubano erogó gastos en equipos modernos, más confortables y tres veces más eficientes en el consumo de combustible, que hoy cubren los cerca de 110 kilómetros entre las radas del habanero poblado de Batabanó y Nueva Gerona, según informe oficial del Ministerio del Transporte.
Similar empeño puso la dirección del país en el reacondicionamiento de las terminales y en la reanimación del transporte de carga, principal medio para proveer al territorio de alimentos y materiales constructivos, entre otros recursos.
Este esfuerzo hoy está respaldado por el enfrentamiento de los trabajadores del ramo a manifestaciones delictivas, expresadas en la compra y venta ilegal de pasajes, que tanto irritan a la población y contradicen las normas de buen servicio al cliente.
Con la recuperación del transporte marítimo desde y hacia la Isla de la Juventud también se mantiene con vigor una tradición surgida en el siglo XIX, cuando no pocos llegaron a esta parte del archipiélago cubano en busca de sus aguas mineromedicinales en beneficio de la salud.
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