Los trabajadores de la Isla de la Juventud destacan por la significativa contribución a los programas materno infantil y de lucha contra el cáncer, una práctica con más de una década de existencia en el país.
Hasta la fecha los afiliados que perciben propina o estimulación en moneda libremente convertible aportaron a ese empeño más 15 mil 600 pesos, según un informe de la Central de Trabajadores de Cuba en el municipio especial publicado en el semanario Victoria.
El aporte de los locales, que involucra a unos cinco mil afiliados, se encuentra al 65 por ciento de lo previsto para el año.
Resaltan por su tributo, para la adquisición de sueros citostáticos destinados a enfermos de cáncer, los trabajadores de las tiendas recaudadoras de divisa pertenecientes a la corporación CIMEX, Cubalse y Oro Negro, del hotel Colony y del sindicato de la Cultura.
En la recaudación para el programa materno infantil sobresalen los colectivos de las empresas Materias Primas, Seguridad y Protección, Eléctrica, Pescaisla y del aeropuerto internacional de Cayo Largo del Sur, así como los sindicatos de Comunicaciones, Metalúrgico y Civiles de la Defensa.
El ultramarino municipio ha cumplido en el último lustro con ese movimiento, que surgió en el sector del turismo para paliar los efectos del bloqueo económico, comercial y financiero de los EE. UU. en el sistema de salud cubano.
Monday, August 27, 2007
Thursday, August 23, 2007
Defensa de Los Cinco presentó contundente alegato
La corte de Apelaciones del Onceno Circuito de Atlanta escuchó este lunes contundentes alegatos de abogados de la defensa de los Cinco cubanos injustamente prisioneros en EE.UU. desde hace nueve años.
Los juristas afirmaron que los fiscales cometieron serios errores de procedimiento y aplicaron métodos intimidatorios para presionar al jurado que actuó en el juicio primario, efectuado en Miami, en un clima de evidente hostilidad contra los cinco jóvenes cubanos.
Al proceso asistieron por primera vez destacados letrados extranjeros, interesados en la causa de Gerardo Hernández, Fernando González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y René González, conocidos como Los Cinco por la campaña mundial para su excarcelación.
Alicia Jrapko, integrante del Comité Internacional por la Liberación de Los Cinco, vía telefónica declaró a la Mesa Redonda que la presencia de juristas internacionales de gran prestigio en la vista oral fue mucho mayor y significó un fuerte respaldo a los cubanos luchadores antiterroristas.
El destacado abogado chileno Juan Guzmán, quien documentó causas contra el ex dictador Augusto Pinochet, estuvo presente en la vista oral y testimonió a la Mesa Redonda, vía telefónica, que el gobierno estadounidense fue incapaz de refutar las verdades de la defensa, lo que aparece reflejado en medios de prensa extranjeros.
Guzmán apreció las preguntas que formularon los jueces actuantes y estima que en realidad no existen evidencias que justifiquen el cargo de espionaje contra los prisioneros, y tampoco el de "conspiración para cometer asesinato", que impúdicamente han sido aplicados a dos de los procesados.
También quedó bastante claro -estima Guzmán-- que Miami no era el lugar adecuado para celebrar el juicio originario, donde se aplicaron sentencias que van desde 15 años de privación de libertad hasta dos cadenas perpetuas, pues los jurados estaban asustados, lo que quedó bien establecido por el abogado que interpuso su alegato.
Estimó el letrado que la Defensa logró su objetivo principal:comunicar la mala actuación del gobierno norteamericano y lo nadecuado del jurado seleccionado para el juicio de Miami.
"Me dio la impresión de que, quienes tienen conocimiento de esta causa, según mi experiencia como jurista, tendrían que fallar a favor de Los Cinco cubanos", afirmó Guzmán.
Las cadenas multinacional Telesur y CNC reflejaron aspectos de la vista oral y antecedentes de la causa de Los Cinco.
Los patriotas cubanos cumplirán en septiembre nueve años de injusto cautiverio en EE.UU., luego de que fueran condenados por crímenes que no cometieron en un proceso amañado, efectuado en Miami, que careció de garantías procesales, según han afirmado expertos de la ONU y tres jueces de un Tribunal de Apelaciones, que antes conoció las
reclamaciones.
Randy Alonso, moderador de la Mesa Redonda, anunció que la emisión de hoy martes de ese programa dará continuidad al análisis de la vista oral efectuada hoy en EE.UU.
(fuente AIN)
Los juristas afirmaron que los fiscales cometieron serios errores de procedimiento y aplicaron métodos intimidatorios para presionar al jurado que actuó en el juicio primario, efectuado en Miami, en un clima de evidente hostilidad contra los cinco jóvenes cubanos.
Al proceso asistieron por primera vez destacados letrados extranjeros, interesados en la causa de Gerardo Hernández, Fernando González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y René González, conocidos como Los Cinco por la campaña mundial para su excarcelación.
Alicia Jrapko, integrante del Comité Internacional por la Liberación de Los Cinco, vía telefónica declaró a la Mesa Redonda que la presencia de juristas internacionales de gran prestigio en la vista oral fue mucho mayor y significó un fuerte respaldo a los cubanos luchadores antiterroristas.
El destacado abogado chileno Juan Guzmán, quien documentó causas contra el ex dictador Augusto Pinochet, estuvo presente en la vista oral y testimonió a la Mesa Redonda, vía telefónica, que el gobierno estadounidense fue incapaz de refutar las verdades de la defensa, lo que aparece reflejado en medios de prensa extranjeros.
Guzmán apreció las preguntas que formularon los jueces actuantes y estima que en realidad no existen evidencias que justifiquen el cargo de espionaje contra los prisioneros, y tampoco el de "conspiración para cometer asesinato", que impúdicamente han sido aplicados a dos de los procesados.
También quedó bastante claro -estima Guzmán-- que Miami no era el lugar adecuado para celebrar el juicio originario, donde se aplicaron sentencias que van desde 15 años de privación de libertad hasta dos cadenas perpetuas, pues los jurados estaban asustados, lo que quedó bien establecido por el abogado que interpuso su alegato.
Estimó el letrado que la Defensa logró su objetivo principal:comunicar la mala actuación del gobierno norteamericano y lo nadecuado del jurado seleccionado para el juicio de Miami.
"Me dio la impresión de que, quienes tienen conocimiento de esta causa, según mi experiencia como jurista, tendrían que fallar a favor de Los Cinco cubanos", afirmó Guzmán.
Las cadenas multinacional Telesur y CNC reflejaron aspectos de la vista oral y antecedentes de la causa de Los Cinco.
Los patriotas cubanos cumplirán en septiembre nueve años de injusto cautiverio en EE.UU., luego de que fueran condenados por crímenes que no cometieron en un proceso amañado, efectuado en Miami, que careció de garantías procesales, según han afirmado expertos de la ONU y tres jueces de un Tribunal de Apelaciones, que antes conoció las
reclamaciones.
Randy Alonso, moderador de la Mesa Redonda, anunció que la emisión de hoy martes de ese programa dará continuidad al análisis de la vista oral efectuada hoy en EE.UU.
(fuente AIN)
Monday, August 20, 2007
Perceptible influencia de Dean en la Isla de la Juventud
Aunque en horas de la tarde para la Isla de la Juventud se decretó el paso a la fase de normalidad se prevé en la tarde-noche de hoy marejadas de hasta cuatro metros de altura en el litoral Sur de este municipio especial.
Desde las dos pasado meridiano el acceso al faro de Carabachibey, localizado en el sureste del territorio, fue interrumpido por la penetración del mar, cuyos trenes de olas alcanzaban cerca de los dos metros de altura, según lo constató el equipo de periodistas de la televisión y la AIN.
Edgardo Soler, especialista del Centro de Pronósticos de la delegación territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, informó que en la tarde-noche de este lunes se producirán marejadas de hasta cuatro metros de altura, condición asociada al huracán Dean.
Debido a las posibles inundaciones costeras ocasionadas por los trenes de olas, el sistema de alerta temprana de la Defensa Civil previó la evacuación de niños, mujeres y ancianos del sureño poblado de Cocodrilo, quienes permanecerán hasta mañana en albergues temporales.
Esas instalaciones están dotadas de alimentos, grupos electrógenos y brigadas médico-quirúrgicas para casos de urgencia.
El meteorólogo informó que se registraron rachas de 74 kilómetros por hora y, en estos momentos, son perceptibles los vientos sostenidos superiores a los 50 kilómetros por hora, los cuales disminuirán gradualmente en la medida que el fenómeno hidrometeorológico se aleje del área de influencia.
El especialista estimó que para las próximas horas se esperan precipitaciones de 20 a 60 milímetros.
Desde las dos pasado meridiano el acceso al faro de Carabachibey, localizado en el sureste del territorio, fue interrumpido por la penetración del mar, cuyos trenes de olas alcanzaban cerca de los dos metros de altura, según lo constató el equipo de periodistas de la televisión y la AIN.
Edgardo Soler, especialista del Centro de Pronósticos de la delegación territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, informó que en la tarde-noche de este lunes se producirán marejadas de hasta cuatro metros de altura, condición asociada al huracán Dean.
Debido a las posibles inundaciones costeras ocasionadas por los trenes de olas, el sistema de alerta temprana de la Defensa Civil previó la evacuación de niños, mujeres y ancianos del sureño poblado de Cocodrilo, quienes permanecerán hasta mañana en albergues temporales.
Esas instalaciones están dotadas de alimentos, grupos electrógenos y brigadas médico-quirúrgicas para casos de urgencia.
El meteorólogo informó que se registraron rachas de 74 kilómetros por hora y, en estos momentos, son perceptibles los vientos sostenidos superiores a los 50 kilómetros por hora, los cuales disminuirán gradualmente en la medida que el fenómeno hidrometeorológico se aleje del área de influencia.
El especialista estimó que para las próximas horas se esperan precipitaciones de 20 a 60 milímetros.
Sunday, August 19, 2007
Bajo observancia recursos hídricos de la Isla de la Juventud
Especialistas de la delegación del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos vigilan los reservorios de agua en la Isla de la Juventud, debido a la inminencia del huracán Dean, próximo al Caribe Occidental.
El promedio del líquido embalsado es de 71,1 por ciento y se encuentran aliviando hoy seis de las 14 presas de este municipio especial, localizado a unos 110 kilómetros al Sur del habanero poblado de Batabanó.
Más de 162 mil millones de metros cúbicos del líquido se almacenan en esos embalses, cuyas condiciones técnicas son evaluadas constantemente por los expertos para evitar posibles inundaciones en zonas cercanas o asentamientos aguas abajo de las presas.
Antes del inicio de la temporada ciclónica (del primero de junio al 30 de noviembre) los embalses estaban al 51,8 por ciento de su capacidad de almacenaje.
De igual modo se trabaja en la higienización de la ciudad cabecera, donde se extrema la limpieza de zanjas, así como en la recolección de desechos sólidos que puedan obstruir el drenaje fluvial por el escurrimiento de las aguas.
Debido a posibles inundaciones costeras ocasionadas por trenes de olas, el sistema de alerta temprana de la Defensa Civil prevé la evacuación de los más de 300 vecinos del sureño poblado Cocodrilo, quienes serán llevados hacia albergues temporales.
Esas instalaciones están dotadas de alimentos, grupos electrógenos y brigadas médico-quirúrgicas para casos de urgencia.
También se adoptan medidas para mantener a buen resguardo a los más de mil estudiantes foráneos de las enseñanzas media y media superior, de carreras pedagógicas y los que se benefician del programa cubano de formación de médicos.
Ante la inminencia del huracán Dean, que mantiene categoría cuatro en la escala Saffir-Simpson, de un máximo de cinco, más de dos mil 300 personas, entre vacacionistas y trabajadores son evacuados de Cayo Largo del Sur, polo turístico de la Isla de la Juventud.
Se trasladan las cabezas de ganado hacia lugares altos, se recolectan los productos agrícolas aptos para el consumo, las embarcaciones se encuentran protegidas, se libera de carga el puerto y se ultiman detalles en los planes de reducción de catástrofes en los diferentes subgrupos de la economía.
El promedio del líquido embalsado es de 71,1 por ciento y se encuentran aliviando hoy seis de las 14 presas de este municipio especial, localizado a unos 110 kilómetros al Sur del habanero poblado de Batabanó.
Más de 162 mil millones de metros cúbicos del líquido se almacenan en esos embalses, cuyas condiciones técnicas son evaluadas constantemente por los expertos para evitar posibles inundaciones en zonas cercanas o asentamientos aguas abajo de las presas.
Antes del inicio de la temporada ciclónica (del primero de junio al 30 de noviembre) los embalses estaban al 51,8 por ciento de su capacidad de almacenaje.
De igual modo se trabaja en la higienización de la ciudad cabecera, donde se extrema la limpieza de zanjas, así como en la recolección de desechos sólidos que puedan obstruir el drenaje fluvial por el escurrimiento de las aguas.
Debido a posibles inundaciones costeras ocasionadas por trenes de olas, el sistema de alerta temprana de la Defensa Civil prevé la evacuación de los más de 300 vecinos del sureño poblado Cocodrilo, quienes serán llevados hacia albergues temporales.
Esas instalaciones están dotadas de alimentos, grupos electrógenos y brigadas médico-quirúrgicas para casos de urgencia.
También se adoptan medidas para mantener a buen resguardo a los más de mil estudiantes foráneos de las enseñanzas media y media superior, de carreras pedagógicas y los que se benefician del programa cubano de formación de médicos.
Ante la inminencia del huracán Dean, que mantiene categoría cuatro en la escala Saffir-Simpson, de un máximo de cinco, más de dos mil 300 personas, entre vacacionistas y trabajadores son evacuados de Cayo Largo del Sur, polo turístico de la Isla de la Juventud.
Se trasladan las cabezas de ganado hacia lugares altos, se recolectan los productos agrícolas aptos para el consumo, las embarcaciones se encuentran protegidas, se libera de carga el puerto y se ultiman detalles en los planes de reducción de catástrofes en los diferentes subgrupos de la economía.
Evacuan a turistas y trabajadores de Cayo Largo del Sur
Más de dos mil 300 personas que se encuentran en Cayo Largo del Sur están siendo evacuadas al decretarse la fase de alerta ciclónica para Pinar del Río y el municipio especial de la Isla de la Juventud.
Mayra García, delegada del ministerio del Turismo, informó al Consejo de Defensa Municipal que los clientes foráneos que disfrutaban de los atractivos de ese islote, localizado al Suroeste de Cuba, son trasladados para su seguridad hacia Varadero, uno de los balnearios más lindos del mundo.
Por el peligro que representa para la costa Sur del país el huracán Dean -categoría cuatro en la escala Saffir Simpson de un máximo de cinco- los trabajadores del Cayo regresan a sus casas, en tanto permanece en el lugar el personal imprescindible, acompañado de una brigada médica.
Agregó que para mantener la vitalidad de las comunicaciones también se incluyó en la pequeña nómina a un radioaficionado, teniendo en cuenta que el acceso a ese sitio solo es posible por mar o aire.
Los turistas nacionales que visitaban la Isla de la Juventud ya regresan a sus respectivas provincias y las embarcaciones de las que dispone el sector para la actividad náutica están siendo resguardadas como corresponde a la fase actual, apuntó la representante de la industria del ocio.
Mayra García, delegada del ministerio del Turismo, informó al Consejo de Defensa Municipal que los clientes foráneos que disfrutaban de los atractivos de ese islote, localizado al Suroeste de Cuba, son trasladados para su seguridad hacia Varadero, uno de los balnearios más lindos del mundo.
Por el peligro que representa para la costa Sur del país el huracán Dean -categoría cuatro en la escala Saffir Simpson de un máximo de cinco- los trabajadores del Cayo regresan a sus casas, en tanto permanece en el lugar el personal imprescindible, acompañado de una brigada médica.
Agregó que para mantener la vitalidad de las comunicaciones también se incluyó en la pequeña nómina a un radioaficionado, teniendo en cuenta que el acceso a ese sitio solo es posible por mar o aire.
Los turistas nacionales que visitaban la Isla de la Juventud ya regresan a sus respectivas provincias y las embarcaciones de las que dispone el sector para la actividad náutica están siendo resguardadas como corresponde a la fase actual, apuntó la representante de la industria del ocio.
El imperio y la isla independiente (IV y V final)
Cuarta parte: La Base Naval en Guantánamo desde la desaparición formal de la Enmienda Platt hasta el Triunfo de la Revolución.
Después de firmado el Tratado de Relaciones de 1934, el territorio de la "estación naval" fue fortificándose y acondicionándose poco a poco hasta que, en la primavera de 1941, la Base quedó establecida como estación naval de operaciones bajo la estructura siguiente: estación naval, estación naval aérea y base del cuerpo de marines y de almacenes.
El seis de junio de 1934 el Senado de Estados Unidos había aprobado una ley mediante la cual se autorizaba a la Secretaría de Marina para suscribir un contrato a largo plazo con una empresa que se comprometía a abastecer de agua en forma adecuada a la Base Naval en Guantánamo, pero anteriormente existían planes norteamericanos para la construcción de un acueducto que la surtiera de agua procedente del río Yateras.
La expansión continuó, y hacia 1943 se construyeron otras facilidades mediante contratación con la empresa "Frederick Snare Co.", que contrató aproximadamente nueve mil obreros civiles, muchos de los cuales eran cubanos.
Otro año de ingente trabajo de ampliación de las instalaciones militares y civiles de la Base fue 1951. En 1952, el Secretario de Marina de Estados Unidos decidió cambiarle el nombre de "U.S. Naval Operating Base" por el de "U.S. Naval Base", y ya entonces tenía una estructura que incluía el Centro de Entrenamiento.
La Constitución de 1940, la lucha revolucionaria y la Base Naval en Guantánamo, hasta diciembre de 1958.
El período que transcurre desde finales de 1937 hasta 1940 se caracterizó, desde el punto de vista político, por la adopción de medidas que permitieron la convocatoria a las elecciones para la Asamblea Constituyente y su realización. La razón de que Batista accediera a estas medidas democratizadoras estuvo en su interés de ir
al establecimiento de fórmulas que le permitieran mantenerse en el centro de las decisiones políticas, con lo que garantizaba la continuidad de su poder en el nuevo ordenamiento surgido bajo las fórmulas por él instrumentadas. A principios de 1938 se hizo público el acuerdo de Batista y Grau de realizar una Asamblea Constituyente. La
Convención Constituyente quedó inaugurada el nueve de febrero de 1940 y terminó sus labores el ocho de junio de ese propio año.
La Constitución fue firmada el primero de julio de 1940 y promulgada el cinco de ese mes. La nueva Ley de Leyes estableció que "el territorio de la República está integrado por la Isla de Cuba, la Isla de Pinos y las demás islas y cayos adyacentes que con ellas estuvieron bajo la soberanía de España hasta la ratificación del Tratado de París de 10 de diciembre de 1898. La República de Cuba no concertará ni
ratificará pactos o tratados que en forma alguna limiten o menoscaben la soberanía nacional o la integridad del territorio".
La oligarquía se esforzaría por impedir la materialización de los postulados más avanzados de esa Constitución o al menos por restringir al máximo su aplicación.
Quinta parte: La Base Naval en Guantánamo desde el Triunfo de la Revolución.
Desde el triunfo de la Revolución el Gobierno Revolucionario ha denunciado la ocupación ilegal de esa porción de nuestro territorio.
Por otra parte, a partir del primero de enero de 1959 Estados Unidos convirtió el territorio usurpado de la Base Naval en Guantánamo en foco permanente de amenaza, provocación y violación de la soberanía de Cuba, con el propósito de crearle dificultades al victorioso proceso revolucionario. Dicha Base siempre ha estado presente en los planes y operaciones concebidos por Washington para derrocar al Gobierno Revolucionario.
Todo tipo de agresiones han provenido de la Base Naval:
Lanzamientos en territorio libre de materiales inflamables desde aviones procedentes de la Base.
Provocaciones de soldados norteamericanos, incluyendo insultos, lanzamientos de piedras, de latas con material inflamable y disparos con pistolas y armas automáticas.
Violación de las aguas jurisdiccionales de Cuba y del territorio cubano por embarcaciones y aeronaves militares norteamericanas procedentes de la Base.
Elaboración de planes de autoagresión en la Base para provocar una lucha armada en gran escala entre Cuba y Estados Unidos.
Inscripción de las frecuencias radiales utilizadas por la Base en el Registro Internacional de Frecuencias, dentro del espacio correspondiente a Cuba.
El 12 de enero de 1961 fue torturado bárbaramente por soldados yanquis en la Base Naval en Guantánamo, por el "delito" de ser revolucionario, el obrero Manuel Prieto Gómez, quien laboraba allí hacía más de tres años.
El 15 de octubre de ese año, fue torturado y luego asesinado el obrero cubano Rubén López Sabariego.
El 24 de junio de 1962 fue asesinado por los soldados de la Base el pescador de Caimanera Rodolfo Rosell Salas.
Igualmente, la pretendida intención de fabricar una autoprovocación y desplegar las tropas norteamericanas en una "justificada" invasión punitiva contra Cuba, en todo momento tuvo como elemento detonante la Base en Guantánamo. Ejemplo de ello lo encontramos en una de las acciones incluidas dentro de la denominada "Operación Mangosta", cuando el tres de septiembre de 1962 soldados norteamericanos estacionados en Guantánamo debían disparar contra las postas cubanas.
Durante la Crisis de Octubre, la Base fue reforzada en técnica militar y efectivos, elevándose el número de estos últimos a más de 16 mil infantes de marina. Ante la decisión del Primer Ministro soviético Nikita Jruschov de retirar los cohetes nucleares desplegados en Cuba sin consultar ni informar previamente al Gobierno Revolucionario, Cuba fijó la firme posición de la Revolución en los denominados "Cinco Puntos".
En el quinto se demandaba la retirada de la Base Naval de Guantánamo. Estuvimos al borde de una guerra termonuclear, en la que seríamos el primer blanco como consecuencia de la política imperial de apoderarse de Cuba.
El 11 de febrero de 1964 el presidente Lyndon B. Johnson redujo el personal cubano que trabajaba en la Base en 700 trabajadores aproximadamente. También confiscaron fondos acumulados del retiro de centenares de obreros cubanos que habían trabajado en la Base y suspendieron de modo ilegal el pago de las pensiones a los obreros
cubanos jubilados.
El 19 de julio de 1964, en grosera provocación de centinelas fronterizos norteamericanos contra las postas cubanas de Guardafronteras, fue asesinado a mansalva el joven soldado de 17 años Ramón López Peña, en la casamata donde cumplía con su turno de guardia.
En circunstancias similares, el 21 de mayo de 1966, disparos provenientes de la Base dieron muerte al soldado Luis Ramírez López.
En apenas 21 días del mes de mayo de 1980, más de 80 mil hombres, 24 barcos y unos 350 aviones de combate participaron en las maniobras Solid Shield-80, que entre sus dinámicas incluyó el desembarco de dos mil infantes de Marina en la Base Naval y el reforzamiento de dicha instalación con otros mi1 200 efectivos.
En octubre de 1991, durante la celebración del IV Congreso del PCC en Santiago de Cuba, aviones y helicópteros procedentes de la Base violaron el espacio aéreo cubano sobre la ciudad.
En 1994, la Base sirvió como punto de apoyo para la invasión a Haití: la aviación militar norteamericana utilizó los aeropuertos de ese enclave. Más de 45 mil emigrados haitianos llegaron a ser concentrados en la Base a mediados del siguiente año.
Del mismo modo, en el año 1994 se produjo la conocida crisis migratoria provocada por el endurecimiento del bloqueo y los años más duros del período especial, el incumplimiento del Acuerdo Migratorio de 1984 suscrito con la administración Reagan, la considerable reducción en las visas acordadas y el estímulo a la emigración ilegal, incluida la Ley de Ajuste Cubano, facturada por el presidente Johnson hace más de 40 años.
Como consecuencia de la crisis desatada, una declaración del presidente Clinton del 19 de agosto de 1994 convirtió a la Base en un campo de concentración migratorio para los balseros cubanos en cifra cercana a los 30 000.
Finalmente, el nueve de septiembre de 1994 se suscribió un Comunicado Conjunto entre la administración de Clinton y el gobierno de Cuba, mediante el cual Estados Unidos se comprometió a impedir la entrada a su territorio de los emigrantes ilegales interceptados y a otorgar un mínimo de 20 mil visas anuales para la reunificación
familiar, los que viajarían por vía segura a Estados Unidos.
El dos de mayo de 1995, como parte de las negociaciones migratorias, los gobiernos de Cuba y Estados Unidos acordaron adicionalmente lo que esta vez se llamó Declaración Conjunta, estableciendo el procedimiento para la devolución a Cuba de todos los que continuaran intentando emigrar ilegalmente hacia Estados Unidos y fueran interceptados por los Guardacostas norteamericanos.
Obsérvese cómo la referencia se relaciona sólo con los inmigrantes ilegales interceptados por los Guardacostas. Quedaban establecidas las bases para un siniestro negocio: el tráfico de personas. La Ley Asesina se mantuvo. Cuba sería el único país del mundo sometido a tal látigo.
Mientras 250 mil personas aproximadamente han viajado por vía segura sin el menor riesgo, es en cambio incalculable el número de mujeres, niños y personas de todas las edades que han perecido en el próspero tráfico de inmigrantes.
A partir de la crisis migratoria de 1994, por acuerdo de ambos gobiernos se iniciaron los encuentros regulares entre los mandos militares de cada parte. Una franja del territorio sembrada de minas a veces era inundada por tormentas tropicales y ríos desbordados. No en pocas ocasiones nuestros zapadores arriesgaron sus vidas para salvar a personas que atravesaban esa zona militar restringida por aquellos
parajes, incluso con niños.
Entre 1962 y 1996, se registraron ocho mil 288 violaciones principales desde la Base Naval en Guantánamo, incluidas seis mil 345 violaciones aéreas, mi1 333 violaciones navales y 610 violaciones territoriales. Del total de violaciones, siete mil 755 se produjeron entre 1962 y 1971.
La Base Naval en Guantánamo a partir de la promulgación de la Ley Helms-Burton. Esta Ley, firmada por el presidente William Clinton el 12 de marzo de 1996, en el Título II sobre la "asistencia a una Cuba libre e independiente", la Sección 201 relacionada con la "política hacia un gobierno de transición y elegido democráticamente en Cuba", establece en su inciso 12 que Estados Unidos debe "estar preparado para negociar
con un gobierno elegido democráticamente en Cuba la devolución de la Base Naval de Estados Unidos en Guantánamo o renegociar el acuerdo actual bajo términos mutuamente convenientes". Algo peor que lo del gobernador militar Leonard Wood, que junto a Theodore Roosevelt desembarcó a pie en las cercanías de Santiago de Cuba: la idea de un anexionista de origen cubano administrando a nuestro país.
La guerra de Kosovo de 1999 ocasionó un gran número de refugiados kosovares. El gobierno de Clinton, envuelto en aquella guerra de la OTAN contra Serbia, tomó la decisión de utilizar la Base como albergue para un número de ellos, y en esa ocasión, por primera vez, sin ningún tipo de consulta previa como es habitual, comunicó a Cuba la decisión tomada. Nuestra respuesta fue constructiva. Aunque opuestos a la
injusta e ilegal contienda, no teníamos razones para oponernos a la ayuda humanitaria que pudieran necesitar los refugiados kosovares.
Ofrecimos incluso la cooperación de nuestro país, si fuese necesario, para la atención médica o cualquier otro servicio que necesitaran los mismos. Finalmente, los refugiados kosovares no fueron enviados a la Base Naval en Guantánamo.
En el manifiesto Juramento de Baraguá, del 19 de febrero del 2000, se expresó que "a su debido tiempo, ya que no constituye objetivo prioritario en este instante aunque es justísimo e irrenunciable derecho de nuestro pueblo, el territorio ilegalmente ocupado de Guantánamo debe ser devuelto a Cuba". En esos tiempos estábamos
enfrascados en la lucha por el regreso del niño secuestrado y las consecuencias económicas del brutal bloqueo.
La Base Naval de Guantánamo a partir del 11 de septiembre.
El 18 de septiembre del 2001, el presidente Bush firmó la legislación del Congreso de Estados Unidos que lo autorizó a usar la fuerza como respuesta a los atentados del 11 de septiembre. Bush se basó en esta legislación para firmar, el 13 de noviembre de ese propio año, una Orden Militar mediante la cual estableció las bases jurídicas
para las detenciones y el enjuiciamiento por tribunales militares, como parte de la "guerra contra el terrorismo", de individuos que no ostentaran la condición de ciudadanos de Estados Unidos.
El ocho de enero del 2002 Estados Unidos comunicó oficialmente a Cuba que utilizarían la Base Naval en Guantánamo como centro de detención de prisioneros de guerra de Afganistán.
Tres días más tarde, el 11 de enero del 2002, llegaron los primeros 20 detenidos hasta alcanzar la cifra de 776 prisioneros de 48 países.
Ninguno de estos datos, por supuesto, era mencionado. Suponíamos que se trataba de prisioneros de guerra afganos. Los primeros aviones aterrizaban repletos de prisioneros, y muchos más custodios que prisioneros. Ese mismo día el Gobierno de Cuba emitió una declaración pública señalando su disposición de cooperar con los servicios de asistencia médica que fuesen requeridos, programas de saneamiento y de
lucha contra vectores y plagas en las áreas bajo nuestro control que circundan la base, o de cualquier otra forma útil, constructiva y humana que pudiera presentarse. Recuerdo los datos porque participé personalmente en detalles de la Nota presentada por el MINREX dando respuesta a la Nota norteamericana. Cuán lejos estábamos de imaginar en aquel momento que el Gobierno de Estados Unidos se preparaba para crear
en esa base un horrible campo de tortura.
La Constitución Socialista proclamada el 24 de febrero de 1976 había establecido, en el inciso c) de su artículo 11, que "la República e Cuba repudia y considera ilegales y nulos los tratados, pactos o concesiones concertados en condiciones de desigualdad o que desconocen o disminuyen su soberanía y su integridad territorial".
El 10 de junio del 2002, el pueblo de Cuba, en un proceso plebiscitario popular sin precedentes, ratificó el contenido socialista de aquella Constitución de 1976 en respuesta a las manifestaciones injerencistas y ofensivas del Presidente de Estados Unidos, e interesó a la Asamblea Nacional del Poder Popular reformarla para dejar
expresamente consignado, entre otros aspectos, el principio irrevocable que debe regir las relaciones económicas, diplomáticas y políticas de nuestro país con otros estados, al añadir en el mismo Artículo 11, inciso c): "Las relaciones económicas, diplomáticas y políticas con cualquier otro Estado no podrán ser jamás negociadas bajo agresión, amenaza o coerción de una potencia extranjera."
Tras darse a conocer la Proclama al pueblo de Cuba, el 31 de julio del 2006, las autoridades norteamericanas han declarado que no desean una crisis migratoria pero se preparan de forma preventiva para enfrentarla, valorándose el uso de la Base Naval en Guantánamo como campamento de concentración de los emigrantes ilegales interceptados en el mar. En declaraciones públicas se informa que Estados Unidos está
realizando ampliaciones de las construcciones civiles en la Base, con el objetivo de aumentar su capacidad de recepción de emigrantes ilegales.
Cuba, por su parte, ha tomado todas las medidas posibles para evitar incidentes entre las fuerzas militares de ambos países, y ha declarado que se atiene a los compromisos contenidos en la Declaración Conjunta sobre temas migratorios suscrita con la administración Clinton. ¿Por qué tanta habladuría, amenaza y bulla?
El pago simbólico anual de $3 386.25 dólares por el arrendamiento del territorio que ocupa la Base Naval en Guantánamo se mantuvo hasta 1972, cuando la parte norteamericana lo reajustó por su cuenta a $3 676 dólares. En 1973, se hizo una nueva corrección del valor del antiguo dólar de oro de Estados Unidos, y por tal razón el cheque emitido por el Departamento del Tesoro fue elevado desde entonces a $4 085.00
dólares anuales. Ese cheque se carga a la Marina de Estados Unidos, responsable operacional de la Base Naval.
Los cheques que hace el Gobierno de Estados Unidos como pago por el arrendamiento, se dirigen a favor del "Tesorero General de la República de Cuba", institución y funcionario que desde hace muchos años dejaron de formar parte de la estructura del Gobierno de Cuba, y se remiten por vía diplomática cada año. El correspondiente a 1959, por simple confusión, fue convertido en ingreso nacional. Desde 1960 hasta hoy
jamás se han cobrado y quedan como constancia de un arrendamiento impuesto durante más de 107 años. Imagino, conservadoramente, que es diez veces menos que lo que gasta el gobierno de Estados Unidos en el salario de un maestro cada año.
Tanto la Enmienda Platt como la Base Naval en Guantánamo sobraban. La historia demuestra que en gran número de países de este hemisferio, donde no hubo una revolución como la nuestra, la totalidad de su territorio gobernado por las transnacionales y las oligarquías, no necesitaron ni una ni otra cosa. De su población, mal preparada y pobre en su mayoría, se ocupaba la publicidad sembrando reflejos.
Desde el punto de vista militar, un portaaviones nuclear repleto de veloces cazabombarderos y su numerosa escolta, apoyado por la tecnología y los satélites, es varias veces más poderoso y puede desplazarse a cualquier lugar del mundo donde más convenga al imperio.
Hace falta la Base para humillar y hacer las cosas sucias que allí tienen lugar.
Si hay que esperar el derrumbe del sistema, esperaremos. Los sufrimientos y peligros para toda la humanidad serán grandes, como la actual crisis de las bolsas de valores, y un número creciente de personas lo pronostican. La espera de Cuba será siempre en alarma de combate.
Fidel Castro Ruz
Después de firmado el Tratado de Relaciones de 1934, el territorio de la "estación naval" fue fortificándose y acondicionándose poco a poco hasta que, en la primavera de 1941, la Base quedó establecida como estación naval de operaciones bajo la estructura siguiente: estación naval, estación naval aérea y base del cuerpo de marines y de almacenes.
El seis de junio de 1934 el Senado de Estados Unidos había aprobado una ley mediante la cual se autorizaba a la Secretaría de Marina para suscribir un contrato a largo plazo con una empresa que se comprometía a abastecer de agua en forma adecuada a la Base Naval en Guantánamo, pero anteriormente existían planes norteamericanos para la construcción de un acueducto que la surtiera de agua procedente del río Yateras.
La expansión continuó, y hacia 1943 se construyeron otras facilidades mediante contratación con la empresa "Frederick Snare Co.", que contrató aproximadamente nueve mil obreros civiles, muchos de los cuales eran cubanos.
Otro año de ingente trabajo de ampliación de las instalaciones militares y civiles de la Base fue 1951. En 1952, el Secretario de Marina de Estados Unidos decidió cambiarle el nombre de "U.S. Naval Operating Base" por el de "U.S. Naval Base", y ya entonces tenía una estructura que incluía el Centro de Entrenamiento.
La Constitución de 1940, la lucha revolucionaria y la Base Naval en Guantánamo, hasta diciembre de 1958.
El período que transcurre desde finales de 1937 hasta 1940 se caracterizó, desde el punto de vista político, por la adopción de medidas que permitieron la convocatoria a las elecciones para la Asamblea Constituyente y su realización. La razón de que Batista accediera a estas medidas democratizadoras estuvo en su interés de ir
al establecimiento de fórmulas que le permitieran mantenerse en el centro de las decisiones políticas, con lo que garantizaba la continuidad de su poder en el nuevo ordenamiento surgido bajo las fórmulas por él instrumentadas. A principios de 1938 se hizo público el acuerdo de Batista y Grau de realizar una Asamblea Constituyente. La
Convención Constituyente quedó inaugurada el nueve de febrero de 1940 y terminó sus labores el ocho de junio de ese propio año.
La Constitución fue firmada el primero de julio de 1940 y promulgada el cinco de ese mes. La nueva Ley de Leyes estableció que "el territorio de la República está integrado por la Isla de Cuba, la Isla de Pinos y las demás islas y cayos adyacentes que con ellas estuvieron bajo la soberanía de España hasta la ratificación del Tratado de París de 10 de diciembre de 1898. La República de Cuba no concertará ni
ratificará pactos o tratados que en forma alguna limiten o menoscaben la soberanía nacional o la integridad del territorio".
La oligarquía se esforzaría por impedir la materialización de los postulados más avanzados de esa Constitución o al menos por restringir al máximo su aplicación.
Quinta parte: La Base Naval en Guantánamo desde el Triunfo de la Revolución.
Desde el triunfo de la Revolución el Gobierno Revolucionario ha denunciado la ocupación ilegal de esa porción de nuestro territorio.
Por otra parte, a partir del primero de enero de 1959 Estados Unidos convirtió el territorio usurpado de la Base Naval en Guantánamo en foco permanente de amenaza, provocación y violación de la soberanía de Cuba, con el propósito de crearle dificultades al victorioso proceso revolucionario. Dicha Base siempre ha estado presente en los planes y operaciones concebidos por Washington para derrocar al Gobierno Revolucionario.
Todo tipo de agresiones han provenido de la Base Naval:
Lanzamientos en territorio libre de materiales inflamables desde aviones procedentes de la Base.
Provocaciones de soldados norteamericanos, incluyendo insultos, lanzamientos de piedras, de latas con material inflamable y disparos con pistolas y armas automáticas.
Violación de las aguas jurisdiccionales de Cuba y del territorio cubano por embarcaciones y aeronaves militares norteamericanas procedentes de la Base.
Elaboración de planes de autoagresión en la Base para provocar una lucha armada en gran escala entre Cuba y Estados Unidos.
Inscripción de las frecuencias radiales utilizadas por la Base en el Registro Internacional de Frecuencias, dentro del espacio correspondiente a Cuba.
El 12 de enero de 1961 fue torturado bárbaramente por soldados yanquis en la Base Naval en Guantánamo, por el "delito" de ser revolucionario, el obrero Manuel Prieto Gómez, quien laboraba allí hacía más de tres años.
El 15 de octubre de ese año, fue torturado y luego asesinado el obrero cubano Rubén López Sabariego.
El 24 de junio de 1962 fue asesinado por los soldados de la Base el pescador de Caimanera Rodolfo Rosell Salas.
Igualmente, la pretendida intención de fabricar una autoprovocación y desplegar las tropas norteamericanas en una "justificada" invasión punitiva contra Cuba, en todo momento tuvo como elemento detonante la Base en Guantánamo. Ejemplo de ello lo encontramos en una de las acciones incluidas dentro de la denominada "Operación Mangosta", cuando el tres de septiembre de 1962 soldados norteamericanos estacionados en Guantánamo debían disparar contra las postas cubanas.
Durante la Crisis de Octubre, la Base fue reforzada en técnica militar y efectivos, elevándose el número de estos últimos a más de 16 mil infantes de marina. Ante la decisión del Primer Ministro soviético Nikita Jruschov de retirar los cohetes nucleares desplegados en Cuba sin consultar ni informar previamente al Gobierno Revolucionario, Cuba fijó la firme posición de la Revolución en los denominados "Cinco Puntos".
En el quinto se demandaba la retirada de la Base Naval de Guantánamo. Estuvimos al borde de una guerra termonuclear, en la que seríamos el primer blanco como consecuencia de la política imperial de apoderarse de Cuba.
El 11 de febrero de 1964 el presidente Lyndon B. Johnson redujo el personal cubano que trabajaba en la Base en 700 trabajadores aproximadamente. También confiscaron fondos acumulados del retiro de centenares de obreros cubanos que habían trabajado en la Base y suspendieron de modo ilegal el pago de las pensiones a los obreros
cubanos jubilados.
El 19 de julio de 1964, en grosera provocación de centinelas fronterizos norteamericanos contra las postas cubanas de Guardafronteras, fue asesinado a mansalva el joven soldado de 17 años Ramón López Peña, en la casamata donde cumplía con su turno de guardia.
En circunstancias similares, el 21 de mayo de 1966, disparos provenientes de la Base dieron muerte al soldado Luis Ramírez López.
En apenas 21 días del mes de mayo de 1980, más de 80 mil hombres, 24 barcos y unos 350 aviones de combate participaron en las maniobras Solid Shield-80, que entre sus dinámicas incluyó el desembarco de dos mil infantes de Marina en la Base Naval y el reforzamiento de dicha instalación con otros mi1 200 efectivos.
En octubre de 1991, durante la celebración del IV Congreso del PCC en Santiago de Cuba, aviones y helicópteros procedentes de la Base violaron el espacio aéreo cubano sobre la ciudad.
En 1994, la Base sirvió como punto de apoyo para la invasión a Haití: la aviación militar norteamericana utilizó los aeropuertos de ese enclave. Más de 45 mil emigrados haitianos llegaron a ser concentrados en la Base a mediados del siguiente año.
Del mismo modo, en el año 1994 se produjo la conocida crisis migratoria provocada por el endurecimiento del bloqueo y los años más duros del período especial, el incumplimiento del Acuerdo Migratorio de 1984 suscrito con la administración Reagan, la considerable reducción en las visas acordadas y el estímulo a la emigración ilegal, incluida la Ley de Ajuste Cubano, facturada por el presidente Johnson hace más de 40 años.
Como consecuencia de la crisis desatada, una declaración del presidente Clinton del 19 de agosto de 1994 convirtió a la Base en un campo de concentración migratorio para los balseros cubanos en cifra cercana a los 30 000.
Finalmente, el nueve de septiembre de 1994 se suscribió un Comunicado Conjunto entre la administración de Clinton y el gobierno de Cuba, mediante el cual Estados Unidos se comprometió a impedir la entrada a su territorio de los emigrantes ilegales interceptados y a otorgar un mínimo de 20 mil visas anuales para la reunificación
familiar, los que viajarían por vía segura a Estados Unidos.
El dos de mayo de 1995, como parte de las negociaciones migratorias, los gobiernos de Cuba y Estados Unidos acordaron adicionalmente lo que esta vez se llamó Declaración Conjunta, estableciendo el procedimiento para la devolución a Cuba de todos los que continuaran intentando emigrar ilegalmente hacia Estados Unidos y fueran interceptados por los Guardacostas norteamericanos.
Obsérvese cómo la referencia se relaciona sólo con los inmigrantes ilegales interceptados por los Guardacostas. Quedaban establecidas las bases para un siniestro negocio: el tráfico de personas. La Ley Asesina se mantuvo. Cuba sería el único país del mundo sometido a tal látigo.
Mientras 250 mil personas aproximadamente han viajado por vía segura sin el menor riesgo, es en cambio incalculable el número de mujeres, niños y personas de todas las edades que han perecido en el próspero tráfico de inmigrantes.
A partir de la crisis migratoria de 1994, por acuerdo de ambos gobiernos se iniciaron los encuentros regulares entre los mandos militares de cada parte. Una franja del territorio sembrada de minas a veces era inundada por tormentas tropicales y ríos desbordados. No en pocas ocasiones nuestros zapadores arriesgaron sus vidas para salvar a personas que atravesaban esa zona militar restringida por aquellos
parajes, incluso con niños.
Entre 1962 y 1996, se registraron ocho mil 288 violaciones principales desde la Base Naval en Guantánamo, incluidas seis mil 345 violaciones aéreas, mi1 333 violaciones navales y 610 violaciones territoriales. Del total de violaciones, siete mil 755 se produjeron entre 1962 y 1971.
La Base Naval en Guantánamo a partir de la promulgación de la Ley Helms-Burton. Esta Ley, firmada por el presidente William Clinton el 12 de marzo de 1996, en el Título II sobre la "asistencia a una Cuba libre e independiente", la Sección 201 relacionada con la "política hacia un gobierno de transición y elegido democráticamente en Cuba", establece en su inciso 12 que Estados Unidos debe "estar preparado para negociar
con un gobierno elegido democráticamente en Cuba la devolución de la Base Naval de Estados Unidos en Guantánamo o renegociar el acuerdo actual bajo términos mutuamente convenientes". Algo peor que lo del gobernador militar Leonard Wood, que junto a Theodore Roosevelt desembarcó a pie en las cercanías de Santiago de Cuba: la idea de un anexionista de origen cubano administrando a nuestro país.
La guerra de Kosovo de 1999 ocasionó un gran número de refugiados kosovares. El gobierno de Clinton, envuelto en aquella guerra de la OTAN contra Serbia, tomó la decisión de utilizar la Base como albergue para un número de ellos, y en esa ocasión, por primera vez, sin ningún tipo de consulta previa como es habitual, comunicó a Cuba la decisión tomada. Nuestra respuesta fue constructiva. Aunque opuestos a la
injusta e ilegal contienda, no teníamos razones para oponernos a la ayuda humanitaria que pudieran necesitar los refugiados kosovares.
Ofrecimos incluso la cooperación de nuestro país, si fuese necesario, para la atención médica o cualquier otro servicio que necesitaran los mismos. Finalmente, los refugiados kosovares no fueron enviados a la Base Naval en Guantánamo.
En el manifiesto Juramento de Baraguá, del 19 de febrero del 2000, se expresó que "a su debido tiempo, ya que no constituye objetivo prioritario en este instante aunque es justísimo e irrenunciable derecho de nuestro pueblo, el territorio ilegalmente ocupado de Guantánamo debe ser devuelto a Cuba". En esos tiempos estábamos
enfrascados en la lucha por el regreso del niño secuestrado y las consecuencias económicas del brutal bloqueo.
La Base Naval de Guantánamo a partir del 11 de septiembre.
El 18 de septiembre del 2001, el presidente Bush firmó la legislación del Congreso de Estados Unidos que lo autorizó a usar la fuerza como respuesta a los atentados del 11 de septiembre. Bush se basó en esta legislación para firmar, el 13 de noviembre de ese propio año, una Orden Militar mediante la cual estableció las bases jurídicas
para las detenciones y el enjuiciamiento por tribunales militares, como parte de la "guerra contra el terrorismo", de individuos que no ostentaran la condición de ciudadanos de Estados Unidos.
El ocho de enero del 2002 Estados Unidos comunicó oficialmente a Cuba que utilizarían la Base Naval en Guantánamo como centro de detención de prisioneros de guerra de Afganistán.
Tres días más tarde, el 11 de enero del 2002, llegaron los primeros 20 detenidos hasta alcanzar la cifra de 776 prisioneros de 48 países.
Ninguno de estos datos, por supuesto, era mencionado. Suponíamos que se trataba de prisioneros de guerra afganos. Los primeros aviones aterrizaban repletos de prisioneros, y muchos más custodios que prisioneros. Ese mismo día el Gobierno de Cuba emitió una declaración pública señalando su disposición de cooperar con los servicios de asistencia médica que fuesen requeridos, programas de saneamiento y de
lucha contra vectores y plagas en las áreas bajo nuestro control que circundan la base, o de cualquier otra forma útil, constructiva y humana que pudiera presentarse. Recuerdo los datos porque participé personalmente en detalles de la Nota presentada por el MINREX dando respuesta a la Nota norteamericana. Cuán lejos estábamos de imaginar en aquel momento que el Gobierno de Estados Unidos se preparaba para crear
en esa base un horrible campo de tortura.
La Constitución Socialista proclamada el 24 de febrero de 1976 había establecido, en el inciso c) de su artículo 11, que "la República e Cuba repudia y considera ilegales y nulos los tratados, pactos o concesiones concertados en condiciones de desigualdad o que desconocen o disminuyen su soberanía y su integridad territorial".
El 10 de junio del 2002, el pueblo de Cuba, en un proceso plebiscitario popular sin precedentes, ratificó el contenido socialista de aquella Constitución de 1976 en respuesta a las manifestaciones injerencistas y ofensivas del Presidente de Estados Unidos, e interesó a la Asamblea Nacional del Poder Popular reformarla para dejar
expresamente consignado, entre otros aspectos, el principio irrevocable que debe regir las relaciones económicas, diplomáticas y políticas de nuestro país con otros estados, al añadir en el mismo Artículo 11, inciso c): "Las relaciones económicas, diplomáticas y políticas con cualquier otro Estado no podrán ser jamás negociadas bajo agresión, amenaza o coerción de una potencia extranjera."
Tras darse a conocer la Proclama al pueblo de Cuba, el 31 de julio del 2006, las autoridades norteamericanas han declarado que no desean una crisis migratoria pero se preparan de forma preventiva para enfrentarla, valorándose el uso de la Base Naval en Guantánamo como campamento de concentración de los emigrantes ilegales interceptados en el mar. En declaraciones públicas se informa que Estados Unidos está
realizando ampliaciones de las construcciones civiles en la Base, con el objetivo de aumentar su capacidad de recepción de emigrantes ilegales.
Cuba, por su parte, ha tomado todas las medidas posibles para evitar incidentes entre las fuerzas militares de ambos países, y ha declarado que se atiene a los compromisos contenidos en la Declaración Conjunta sobre temas migratorios suscrita con la administración Clinton. ¿Por qué tanta habladuría, amenaza y bulla?
El pago simbólico anual de $3 386.25 dólares por el arrendamiento del territorio que ocupa la Base Naval en Guantánamo se mantuvo hasta 1972, cuando la parte norteamericana lo reajustó por su cuenta a $3 676 dólares. En 1973, se hizo una nueva corrección del valor del antiguo dólar de oro de Estados Unidos, y por tal razón el cheque emitido por el Departamento del Tesoro fue elevado desde entonces a $4 085.00
dólares anuales. Ese cheque se carga a la Marina de Estados Unidos, responsable operacional de la Base Naval.
Los cheques que hace el Gobierno de Estados Unidos como pago por el arrendamiento, se dirigen a favor del "Tesorero General de la República de Cuba", institución y funcionario que desde hace muchos años dejaron de formar parte de la estructura del Gobierno de Cuba, y se remiten por vía diplomática cada año. El correspondiente a 1959, por simple confusión, fue convertido en ingreso nacional. Desde 1960 hasta hoy
jamás se han cobrado y quedan como constancia de un arrendamiento impuesto durante más de 107 años. Imagino, conservadoramente, que es diez veces menos que lo que gasta el gobierno de Estados Unidos en el salario de un maestro cada año.
Tanto la Enmienda Platt como la Base Naval en Guantánamo sobraban. La historia demuestra que en gran número de países de este hemisferio, donde no hubo una revolución como la nuestra, la totalidad de su territorio gobernado por las transnacionales y las oligarquías, no necesitaron ni una ni otra cosa. De su población, mal preparada y pobre en su mayoría, se ocupaba la publicidad sembrando reflejos.
Desde el punto de vista militar, un portaaviones nuclear repleto de veloces cazabombarderos y su numerosa escolta, apoyado por la tecnología y los satélites, es varias veces más poderoso y puede desplazarse a cualquier lugar del mundo donde más convenga al imperio.
Hace falta la Base para humillar y hacer las cosas sucias que allí tienen lugar.
Si hay que esperar el derrumbe del sistema, esperaremos. Los sufrimientos y peligros para toda la humanidad serán grandes, como la actual crisis de las bolsas de valores, y un número creciente de personas lo pronostican. La espera de Cuba será siempre en alarma de combate.
Fidel Castro Ruz
Thursday, August 16, 2007
El imperio y la isla independiente (III parte)
La derogación formal de la Enmienda Platt y el mantenimiento de la Base Naval en Guantánamo.
En 1933, la llegada al poder de la Administración demócrata de Franklin Delano Roosevelt en Estados Unidos dejó abierto el camino para un necesario reacomodo de las relaciones de dominación que ese país ejercía sobre Cuba. La caída de la tiranía de Gerardo Machado bajo la presión de un poderoso movimiento popular, y la posterior instalación de un gobierno provisional presidido por el profesor universitario de
Anatomía, Ramón Grau San Martín, constituyeron un serio obstáculo para la realización del programa que demandaba el pueblo.
El 24 de noviembre de 1933, el presidente Roosevelt de Estados Unidos emitió una declaración oficial en la que alentó la conjura de Batista y el Embajador en La Habana, Sumner Welles, contra el gobierno de Grau, que incluía la oferta de firmar un nuevo tratado comercial y derogar la Enmienda Platt. Roosevelt explicó que "... Sería bienvenido cualquier Gobierno Provisional en Cuba en el cual el pueblo cubano
demuestre su confianza". La impaciencia de la administración estadounidense por desembarazarse de Grau iba en aumento, pues desde mediados de noviembre se acrecentó la influencia en el gobierno de un joven luchador antimperialista, Antonio Guiteras, quien en las semanas siguientes daría muchos de sus más radicales pasos. Había que derrocar rápidamente a ese gobierno.
El 13 de diciembre de 1933, el embajador Sumner Welles regresó definitivamente a Washington, y fue sustituido cinco días después por Jefferson Caffery.
Durante los días 13 y 14 de enero de 1934, Batista convocó y presidió una reunión militar en Columbia en la que propuso destituir a Grau y nombrar al Coronel Carlos Mendieta y Montefur, lo cual fue acordado por la llamada Junta Militar de Columbia.
Grau San Martín presentó su dimisión en la madrugada del 15 de enero de 1934 y embarcó rumbo a México, exiliado, el 20 de ese propio mes. Mendieta, entonces,
quedó instalado como presidente mediante golpe de Estado, el 18 de enero de 1934. Aunque la administración de Mendieta había sido reconocida por Estados Unidos el 23 de enero de ese año, en realidad, como se sabe, el embajador Caffery y Batista dirigían los destinos del país.
El derrocamiento del mencionado gobierno provisional de Grau San Martín en enero de 1934, víctima de sus contradicciones internas y del arsenal de presiones, maniobras y agresiones que contra él esgrimieron el imperialismo y sus aliados criollos, significó un primer e indispensable paso en la imposición de una alternativa
oligárquico-imperialista como salida a la crisis nacional cubana.
Al gobierno presidido por Mendieta correspondería la tarea de reajustar los vínculos de la dependencia neocolonial del país.
Ni la oligarquía reinstalada en el poder, ni el gobierno de Washington, estaban entonces en condiciones de ignorar el estado de ánimo del pueblo cubano hacia el neocolonialismo y sus instrumentos.
Estados Unidos tampoco ignoraba la importancia del respaldo de los gobiernos de América Latina -Cuba entre ellos- en la ya entonces previsible confrontación con otras potencias imperialistas emergentes como Alemania y Japón.
En el proceso que entonces se iniciaba habrían de estructurarse fórmulas para garantizar el renovado funcionamiento del sistema neocolonial. La política de "buena vecindad" tenía muy en cuenta la oposición latinoamericana al intervencionismo abierto que Washington había practicado en el hemisferio. Era propósito de la política de Roosevelt obtener una nueva imagen en sus relaciones continentales
mediante la fórmula diplomática del "buen vecino".
Como una de las medidas de reajuste, el 29 de mayo de 1934 se firmó un nuevo Tratado de Relaciones cubano- norteamericano, modificando el del 22 de mayo de 1903, suscrito entonces por otro Roosevelt, tal vez de lejano parentesco, el de los Jinetes Rudos, que desembarcó en Cuba.
Dos días antes, el 27 de mayo, a las 10:30 de la mañana, y en los momentos en que el embajador de Estados Unidos, Jefferson Caffery, se preparaba a abandonar, como de costumbre, su residencia de Alturas de Almendares, fue objeto de un atentado de tres disparos realizado por varios desconocidos desde un automóvil. Al día siguiente, el 28 de mayo, al transitar al mediodía por la Quinta Avenida del reparto Miramar, el auto al servicio del primer secretario de la embajada de Estados Unidos, H. Freeman Matthews, de regreso después de haber dejado al diplomático en la Embajada, fue asaltado por varios individuos armados con ametralladoras que viajaban en un auto. Dirigiéndose uno de ellos al chofer, le dijo que hiciera saber a Matthews que le daba una semana de plazo para que se marchara de Cuba; acto seguido rompió de un
golpe el parabrisas del auto y desaparecieron velozmente.
Estos actos revelaban un estado general de hostilidad contra Estados Unidos y pudieron haber precipitado la firma del nuevo Tratado de Relaciones que planteó el supuesto fin de la impopular Enmienda Platt.
El nuevo Tratado de Relaciones dispuso la supresión del derecho de intervención de Estados Unidos en Cuba y que:
"La República de Cuba y Estados Unidos de América, animados por el deseo de fortalecer los lazos de amistad entre los dos países y de modificar, con ese fin, las relaciones establecidas entre ellos por el Tratado de Relaciones firmado en La Habana el 22 de mayo de 1903, (...) han convenido en los siguientes artículos:
[...]"Artículo 3.- En tanto las dos partes contratantes no se pongan de acuerdo para la modificación o abrogación de las estipulaciones del Convenio firmado por el Presidente de la República de Cuba el 16 de febrero de 1903, y por el Presidente de Estados Unidos de América el 23 del mismo mes y año, en cuanto al arrendamiento a Estados Unidos de América de terrenos en Cuba para estaciones carboneras o navales,
seguirán en vigor las estipulaciones de ese Convenio en cuanto a la estación naval de Guantánamo. Respecto a esa estación naval seguirá también en vigor, en las mismas formas y condiciones, el arreglo suplementario referente a estaciones navales o carboneras terminado entre los dos Gobiernos el dos de julio de 1903. Mientras no se
abandone por parte de Estados Unidos de América la dicha estación naval de Guantánamo o mientras los dos gobiernos no acuerden una modificación de sus límites actuales, seguirá teniendo la extensión territorial que ahora ocupa, con los límites que tiene en la fecha de la firma del presente Tratado."
El Senado de Estados Unidos ratificó el nuevo Tratado de Relaciones el primero de junio de 1934, y Cuba, el cuatro de junio. Cinco días después, el nueve de junio, se canjearon en Washington las ratificaciones del Tratado de Relaciones del 29 de mayo de ese año, con lo que desapareció formalmente la Enmienda Platt, pero permaneció la
Base Naval en Guantánamo.
El nuevo Tratado legalizó la situación de facto en que se encontraba la estación naval en Guantánamo, por lo que se rescindía la parte de los convenios del 16 y 23 de febrero y dos de julio de 1903 entre los dos países relativa a terrenos y aguas en Bahía Honda, y se modificaba, en el sentido de ampliarlos, aquella que se refería a las aguas y terrenos en la estación naval en Guantánamo.
Estados Unidos mantuvo la estación naval en Guantánamo como lugar estratégico de vigilancia y resguardo, para asegurar su predominio político y económico sobre las Antillas y Centroamérica y para la defensa del Canal de Panamá.
En 1933, la llegada al poder de la Administración demócrata de Franklin Delano Roosevelt en Estados Unidos dejó abierto el camino para un necesario reacomodo de las relaciones de dominación que ese país ejercía sobre Cuba. La caída de la tiranía de Gerardo Machado bajo la presión de un poderoso movimiento popular, y la posterior instalación de un gobierno provisional presidido por el profesor universitario de
Anatomía, Ramón Grau San Martín, constituyeron un serio obstáculo para la realización del programa que demandaba el pueblo.
El 24 de noviembre de 1933, el presidente Roosevelt de Estados Unidos emitió una declaración oficial en la que alentó la conjura de Batista y el Embajador en La Habana, Sumner Welles, contra el gobierno de Grau, que incluía la oferta de firmar un nuevo tratado comercial y derogar la Enmienda Platt. Roosevelt explicó que "... Sería bienvenido cualquier Gobierno Provisional en Cuba en el cual el pueblo cubano
demuestre su confianza". La impaciencia de la administración estadounidense por desembarazarse de Grau iba en aumento, pues desde mediados de noviembre se acrecentó la influencia en el gobierno de un joven luchador antimperialista, Antonio Guiteras, quien en las semanas siguientes daría muchos de sus más radicales pasos. Había que derrocar rápidamente a ese gobierno.
El 13 de diciembre de 1933, el embajador Sumner Welles regresó definitivamente a Washington, y fue sustituido cinco días después por Jefferson Caffery.
Durante los días 13 y 14 de enero de 1934, Batista convocó y presidió una reunión militar en Columbia en la que propuso destituir a Grau y nombrar al Coronel Carlos Mendieta y Montefur, lo cual fue acordado por la llamada Junta Militar de Columbia.
Grau San Martín presentó su dimisión en la madrugada del 15 de enero de 1934 y embarcó rumbo a México, exiliado, el 20 de ese propio mes. Mendieta, entonces,
quedó instalado como presidente mediante golpe de Estado, el 18 de enero de 1934. Aunque la administración de Mendieta había sido reconocida por Estados Unidos el 23 de enero de ese año, en realidad, como se sabe, el embajador Caffery y Batista dirigían los destinos del país.
El derrocamiento del mencionado gobierno provisional de Grau San Martín en enero de 1934, víctima de sus contradicciones internas y del arsenal de presiones, maniobras y agresiones que contra él esgrimieron el imperialismo y sus aliados criollos, significó un primer e indispensable paso en la imposición de una alternativa
oligárquico-imperialista como salida a la crisis nacional cubana.
Al gobierno presidido por Mendieta correspondería la tarea de reajustar los vínculos de la dependencia neocolonial del país.
Ni la oligarquía reinstalada en el poder, ni el gobierno de Washington, estaban entonces en condiciones de ignorar el estado de ánimo del pueblo cubano hacia el neocolonialismo y sus instrumentos.
Estados Unidos tampoco ignoraba la importancia del respaldo de los gobiernos de América Latina -Cuba entre ellos- en la ya entonces previsible confrontación con otras potencias imperialistas emergentes como Alemania y Japón.
En el proceso que entonces se iniciaba habrían de estructurarse fórmulas para garantizar el renovado funcionamiento del sistema neocolonial. La política de "buena vecindad" tenía muy en cuenta la oposición latinoamericana al intervencionismo abierto que Washington había practicado en el hemisferio. Era propósito de la política de Roosevelt obtener una nueva imagen en sus relaciones continentales
mediante la fórmula diplomática del "buen vecino".
Como una de las medidas de reajuste, el 29 de mayo de 1934 se firmó un nuevo Tratado de Relaciones cubano- norteamericano, modificando el del 22 de mayo de 1903, suscrito entonces por otro Roosevelt, tal vez de lejano parentesco, el de los Jinetes Rudos, que desembarcó en Cuba.
Dos días antes, el 27 de mayo, a las 10:30 de la mañana, y en los momentos en que el embajador de Estados Unidos, Jefferson Caffery, se preparaba a abandonar, como de costumbre, su residencia de Alturas de Almendares, fue objeto de un atentado de tres disparos realizado por varios desconocidos desde un automóvil. Al día siguiente, el 28 de mayo, al transitar al mediodía por la Quinta Avenida del reparto Miramar, el auto al servicio del primer secretario de la embajada de Estados Unidos, H. Freeman Matthews, de regreso después de haber dejado al diplomático en la Embajada, fue asaltado por varios individuos armados con ametralladoras que viajaban en un auto. Dirigiéndose uno de ellos al chofer, le dijo que hiciera saber a Matthews que le daba una semana de plazo para que se marchara de Cuba; acto seguido rompió de un
golpe el parabrisas del auto y desaparecieron velozmente.
Estos actos revelaban un estado general de hostilidad contra Estados Unidos y pudieron haber precipitado la firma del nuevo Tratado de Relaciones que planteó el supuesto fin de la impopular Enmienda Platt.
El nuevo Tratado de Relaciones dispuso la supresión del derecho de intervención de Estados Unidos en Cuba y que:
"La República de Cuba y Estados Unidos de América, animados por el deseo de fortalecer los lazos de amistad entre los dos países y de modificar, con ese fin, las relaciones establecidas entre ellos por el Tratado de Relaciones firmado en La Habana el 22 de mayo de 1903, (...) han convenido en los siguientes artículos:
[...]"Artículo 3.- En tanto las dos partes contratantes no se pongan de acuerdo para la modificación o abrogación de las estipulaciones del Convenio firmado por el Presidente de la República de Cuba el 16 de febrero de 1903, y por el Presidente de Estados Unidos de América el 23 del mismo mes y año, en cuanto al arrendamiento a Estados Unidos de América de terrenos en Cuba para estaciones carboneras o navales,
seguirán en vigor las estipulaciones de ese Convenio en cuanto a la estación naval de Guantánamo. Respecto a esa estación naval seguirá también en vigor, en las mismas formas y condiciones, el arreglo suplementario referente a estaciones navales o carboneras terminado entre los dos Gobiernos el dos de julio de 1903. Mientras no se
abandone por parte de Estados Unidos de América la dicha estación naval de Guantánamo o mientras los dos gobiernos no acuerden una modificación de sus límites actuales, seguirá teniendo la extensión territorial que ahora ocupa, con los límites que tiene en la fecha de la firma del presente Tratado."
El Senado de Estados Unidos ratificó el nuevo Tratado de Relaciones el primero de junio de 1934, y Cuba, el cuatro de junio. Cinco días después, el nueve de junio, se canjearon en Washington las ratificaciones del Tratado de Relaciones del 29 de mayo de ese año, con lo que desapareció formalmente la Enmienda Platt, pero permaneció la
Base Naval en Guantánamo.
El nuevo Tratado legalizó la situación de facto en que se encontraba la estación naval en Guantánamo, por lo que se rescindía la parte de los convenios del 16 y 23 de febrero y dos de julio de 1903 entre los dos países relativa a terrenos y aguas en Bahía Honda, y se modificaba, en el sentido de ampliarlos, aquella que se refería a las aguas y terrenos en la estación naval en Guantánamo.
Estados Unidos mantuvo la estación naval en Guantánamo como lugar estratégico de vigilancia y resguardo, para asegurar su predominio político y económico sobre las Antillas y Centroamérica y para la defensa del Canal de Panamá.
El imperio y la isla independiente (II parte)
La aplicación de la Enmienda Platt y el establecimiento de la Base Naval en Guantánamo como marco de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
A finales de 1901 se inició el proceso electoral en el cual la candidatura de Tomás Estrada Palma alcanzó el triunfo sin oposición y contando con el apoyo del 47 por ciento del electorado. El Presidente electo en ausencia partió de Estados Unidos rumbo a Cuba el 17 de abril de 1902 y arribó tres días después.
El cambio de poderes tuvo lugar el 20 de mayo de 1902 a las 12 del día. Ya se había constituido el Congreso de la República. Leonard Wood embarcó hacia su país en el acorazado "Brooklyn".
En 1902, poco antes de proclamarse la República, el gobierno norteamericano informó al recién electo Presidente de la Isla sobre los cuatro lugares seleccionados para establecer las estaciones navales -Cienfuegos, Bahía Honda, Guantánamo y Nipe- previstas por la Enmienda Platt. También se consideró nada menos que el puerto de La Habana como "el lugar más ventajoso para la cuarta estación naval".
Desde un inicio, a pesar de su origen espurio, el Gobierno de Cuba, en el cual participaban muchos de los que lucharon por la independencia, se opuso a la concesión de cuatro bases navales, pues consideraba que dos eran más que suficientes. La situación se volvió más tensa al endurecer el gobierno cubano sus posiciones y demandar la elaboración final del Tratado Permanente de Relaciones, con el fin de
"determinar al mismo tiempo y no por partes, todos los particulares que fueron objeto de la Enmienda Platt y fijar el alcance de sus preceptos".
El presidente McKinley había muerto el 14 de septiembre de 1901 como consecuencia de los disparos que había recibido el día seis de ese mes. Theodore Roosevelt había ascendido tanto en su carrera política que era ya vicepresidente de Estados Unidos, por lo cual había asumido la presidencia tras los disparos mortales recibidos por su predecesor. A Roosevelt en ese momento no le resultaba conveniente precisar el
alcance de la Enmienda Platt, para no demorar la instalación militar de la Base en Guantánamo, por lo que esta significaría en la defensa del Canal -iniciado y después abandonado por Francia en el Istmo centroamericano-, que el gobierno voraz del imperio tenía proyectado concluir a cualquier costo.
Tampoco le interesaba definir la situación legal de Isla de Pinos. Por ello, de manera abrupta disminuyó el número de las bases navales en discusión, retiró la sugerencia del puerto de La Habana y finalmente se acordó la concesión de dos bases: Guantánamo y Bahía Honda.
Con posterioridad, en cumplimiento del Artículo VII del apéndice constitucional impuesto a la Convención Constituyente, se firmó el Convenio por los Presidentes de Cuba y Estados Unidos el 16 y el 23 de febrero de 1903 respectivamente:
"Artículo I.- La República de Cuba arrienda por la presente a Estados Unidos, por el tiempo que las necesitare y para el objeto de establecer en ellas estaciones carboneras o navales, las extensiones de tierra y agua situadas en la isla de Cuba que a continuación se describen:
"1. En Guantánamo... "Se hace una descripción completa de la bahía y el territorio adyacente.
"2. En Bahía Honda..."Se hace otra descripción similar. En dicho Convenio se establece:
"Artículo III.- Si bien los Estados Unidos reconocen por su parte la continuación de la soberanía definitiva de la República de Cuba sobre las extensiones de tierra y agua arriba descritas, la República de Cuba consiente, por su parte, que durante el periodo en que los Estados Unidos ocupen dichas áreas a tenor de las estipulaciones de este convenio, los Estados Unidos ejerzan jurisdicción y señorío completos
sobre dichas áreas con derecho a adquirir para los fines públicos de Estados Unidos cualquier terreno u otra propiedad situada en las mismas por compra o expropiación forzosa indemnizando a sus poseedores totalmente."
El 28 de mayo de 1903 comenzaron los trabajos de medición para establecer los linderos de la estación naval en Guantánamo.
En el Convenio del dos de julio de 1903 sobre el tema se aprobó el "Reglamento para el arrendamiento de las Estaciones Navales y Carboneras":
"Artículo I.- Los Estados Unidos de América acuerdan y estipulan pagar a la República de Cuba la suma anual de dos mil pesos en moneda de oro de los Estados Unidos durante el tiempo que estos ocuparen y usaren dichas áreas de terreno en virtud del mencionado Convenio."
"Todos los terrenos de propiedad particular y otros bienes inmuebles comprendidos en dichas áreas serán adquiridos sin demora por la República de Cuba. Estados Unidos convienen en suministrar a la República de Cuba las cantidades necesarias para la compra de dichos terrenos y bienes de propiedad particular, y la República de Cuba
aceptará dichas cantidades como pago adelantado a cuenta de la renta debida en virtud de dicho Convenio."
El Convenio que reglamentaba ese arrendamiento, firmado en La Habana por los representantes de los Presidentes de Cuba y Estados Unidos, respectivamente, fue aprobado por el Senado de Cuba el 16 de julio de 1903, ratificado por el Presidente de Cuba un mes más tarde, el 16 de agosto, y por el Presidente de Estados Unidos el dos de octubre, canjeándose las ratificaciones en Washington el seis de octubre, fue
publicado en la Gaceta de Cuba el 12 del mismo mes y año.
Con fecha 14 de diciembre de 1903 se hizo saber que cuatro días antes, el 10 de ese mes, se había dado posesión a Estados Unidos de las áreas de agua y tierra para el establecimiento de la estación naval en Guantánamo.
Para el Gobierno y la Marina de Estados Unidos el traspaso de parte del territorio de la mayor de las Antillas era motivo de gran regocijo, y pretendió celebrarlo. En Guantánamo se reunieron con ese propósito buques de la Escuadra del Caribe y algunos acorazados de la Flota del Atlántico Norte.
El gobierno cubano designó al Jefe de Obras Públicas de Santiago de Cuba para hacer entrega de aquella parte del territorio sobre el cual teóricamente ejercía soberanía el 10 de diciembre de 1903, fecha escogida por Estados Unidos. Sería el único cubano que estaría presente en la ceremonia y solo por un corto tiempo ya que, cumplida su misión, sin brindis ni apretones de mano, se retiró al vecino poblado de
Caimanera.
El jefe de Obras Públicas se había trasladado al acorazado "Kearsage", que era el buque insignia norteamericano, a bordo del cual se encontraba el contralmirante Barker. A las 12:00 horas se dispararon 21 cañonazos y con los acordes del Himno Nacional de Cuba se arrió la bandera cubana que estaba izada en dicha nave, e inmediatamente se izó en tierra, en el punto llamado Playa del Este, con el mismo número de salvas, la bandera de Estados Unidos, con lo cual quedó concluido el
acto.
Según el reglamento del Convenio, Estados Unidos debía dedicar las tierras cedidas exclusivamente a usos públicos, no pudiendo establecer en ellas comercios o industrias de ningún tipo.
Se comprometían mutuamente, las autoridades de Estados Unidos en dichos territorios y las autoridades cubanas, a entregar los prófugos de la justicia por delitos o faltas sujetos a la jurisdicción de las leyes de cada parte, siempre que lo solicitaran las autoridades de la nación que los juzgara.
Los materiales importados en las áreas de dichas estaciones navales para el uso y consumo de las mismas estarían libres del pago de derechos arancelarios, o de cualquier otra clase, a la República de Cuba.
El arrendamiento de las referidas estaciones navales incluía el derecho a usar y ocupar las aguas adyacentes a dichas extensiones de tierra y agua, a mejorar y profundizar las entradas de las mismas y sus fondeaderos, y a cuanto más fuera necesario para los usos exclusivos a que estaban dedicadas.
Aunque Estados Unidos reconocía la continuación de la soberanía definitiva de Cuba sobre aquellas extensiones de agua y tierra, ejercería, con el consentimiento de Cuba, "jurisdicción y señorío completos" sobre dichas áreas mientras las ocuparan de acuerdo con las otras estipulaciones ya citadas.
En el llamado Tratado Permanente del 22 de mayo de 1903, celebrado entre los gobiernos de la República de Cuba y de Estados Unidos, se habían precisado las relaciones futuras entre ambos países: es decir, se aseguró lo que llamara Manuel Márquez Sterling "la coyunda insoportable de la Enmienda Platt".
El Tratado Permanente suscrito por ambos países fue aprobado por el Senado de Estados Unidos el 22 de marzo de 1904 y por el Senado cubano el 8 de junio de ese año, y fueron canjeadas las ratificaciones en Washington el primero de junio de 1904. Por eso, la Enmienda Platt es una enmienda a una ley norteamericana, un apéndice a la Constitución de Cuba de 1901 y un tratado permanente entre ambos países.
Las experiencias adquiridas con la Base Naval de Guantánamo sirvieron para aplicar en Panamá medidas iguales o peores con el Canal.
En el Congreso norteamericano el método de las enmiendas introducidas, cuando se discute una ley que por su contenido e importancia es de impostergable necesidad, suele aplicarse con frecuencia obligando a los legisladores a dejar a un lado o sacrificar criterios discrepantes. Tales enmiendas han mordido más de una vez la
soberanía por la que lucha incansablemente nuestro pueblo.
En 1912 el Secretario de Estado de Cuba, Manuel Sanguily, negoció con la cancillería norteamericana un nuevo tratado por el que Estados Unidos renunciaba a sus derechos sobre Bahía Honda a cambio de una ampliación en los límites de la estación en Guantánamo.
En ese mismo año, cuando se produjo el alzamiento del Partido de los Independientes de Color, que el gobierno del presidente José Miguel Gómez -del Partido Liberal- reprimió brutalmente, salieron de la Base Naval en Guantánamo tropas norteamericanas que ocuparon diferentes poblaciones de la antigua provincia de Oriente, cercanas a las ciudades de Guantánamo y de Santiago de Cuba, con el pretexto de "proteger vidas
y haciendas de ciudadanos estadounidenses".
En 1917, con motivo del levantamiento conocido por "La Chambelona" en Oriente, llevado a cabo por elementos del Partido Liberal que se opusieron al fraude electorero que llevó a la reelección al presidente Mario García Menocal, del Partido Conservador, destacamentos yanquis procedentes de la Base se dirigieron a diversos puntos de aquella provincia cubana, para lo cual utilizaron como pretexto "la protección del suministro de agua a la Base".
Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz
A finales de 1901 se inició el proceso electoral en el cual la candidatura de Tomás Estrada Palma alcanzó el triunfo sin oposición y contando con el apoyo del 47 por ciento del electorado. El Presidente electo en ausencia partió de Estados Unidos rumbo a Cuba el 17 de abril de 1902 y arribó tres días después.
El cambio de poderes tuvo lugar el 20 de mayo de 1902 a las 12 del día. Ya se había constituido el Congreso de la República. Leonard Wood embarcó hacia su país en el acorazado "Brooklyn".
En 1902, poco antes de proclamarse la República, el gobierno norteamericano informó al recién electo Presidente de la Isla sobre los cuatro lugares seleccionados para establecer las estaciones navales -Cienfuegos, Bahía Honda, Guantánamo y Nipe- previstas por la Enmienda Platt. También se consideró nada menos que el puerto de La Habana como "el lugar más ventajoso para la cuarta estación naval".
Desde un inicio, a pesar de su origen espurio, el Gobierno de Cuba, en el cual participaban muchos de los que lucharon por la independencia, se opuso a la concesión de cuatro bases navales, pues consideraba que dos eran más que suficientes. La situación se volvió más tensa al endurecer el gobierno cubano sus posiciones y demandar la elaboración final del Tratado Permanente de Relaciones, con el fin de
"determinar al mismo tiempo y no por partes, todos los particulares que fueron objeto de la Enmienda Platt y fijar el alcance de sus preceptos".
El presidente McKinley había muerto el 14 de septiembre de 1901 como consecuencia de los disparos que había recibido el día seis de ese mes. Theodore Roosevelt había ascendido tanto en su carrera política que era ya vicepresidente de Estados Unidos, por lo cual había asumido la presidencia tras los disparos mortales recibidos por su predecesor. A Roosevelt en ese momento no le resultaba conveniente precisar el
alcance de la Enmienda Platt, para no demorar la instalación militar de la Base en Guantánamo, por lo que esta significaría en la defensa del Canal -iniciado y después abandonado por Francia en el Istmo centroamericano-, que el gobierno voraz del imperio tenía proyectado concluir a cualquier costo.
Tampoco le interesaba definir la situación legal de Isla de Pinos. Por ello, de manera abrupta disminuyó el número de las bases navales en discusión, retiró la sugerencia del puerto de La Habana y finalmente se acordó la concesión de dos bases: Guantánamo y Bahía Honda.
Con posterioridad, en cumplimiento del Artículo VII del apéndice constitucional impuesto a la Convención Constituyente, se firmó el Convenio por los Presidentes de Cuba y Estados Unidos el 16 y el 23 de febrero de 1903 respectivamente:
"Artículo I.- La República de Cuba arrienda por la presente a Estados Unidos, por el tiempo que las necesitare y para el objeto de establecer en ellas estaciones carboneras o navales, las extensiones de tierra y agua situadas en la isla de Cuba que a continuación se describen:
"1. En Guantánamo... "Se hace una descripción completa de la bahía y el territorio adyacente.
"2. En Bahía Honda..."Se hace otra descripción similar. En dicho Convenio se establece:
"Artículo III.- Si bien los Estados Unidos reconocen por su parte la continuación de la soberanía definitiva de la República de Cuba sobre las extensiones de tierra y agua arriba descritas, la República de Cuba consiente, por su parte, que durante el periodo en que los Estados Unidos ocupen dichas áreas a tenor de las estipulaciones de este convenio, los Estados Unidos ejerzan jurisdicción y señorío completos
sobre dichas áreas con derecho a adquirir para los fines públicos de Estados Unidos cualquier terreno u otra propiedad situada en las mismas por compra o expropiación forzosa indemnizando a sus poseedores totalmente."
El 28 de mayo de 1903 comenzaron los trabajos de medición para establecer los linderos de la estación naval en Guantánamo.
En el Convenio del dos de julio de 1903 sobre el tema se aprobó el "Reglamento para el arrendamiento de las Estaciones Navales y Carboneras":
"Artículo I.- Los Estados Unidos de América acuerdan y estipulan pagar a la República de Cuba la suma anual de dos mil pesos en moneda de oro de los Estados Unidos durante el tiempo que estos ocuparen y usaren dichas áreas de terreno en virtud del mencionado Convenio."
"Todos los terrenos de propiedad particular y otros bienes inmuebles comprendidos en dichas áreas serán adquiridos sin demora por la República de Cuba. Estados Unidos convienen en suministrar a la República de Cuba las cantidades necesarias para la compra de dichos terrenos y bienes de propiedad particular, y la República de Cuba
aceptará dichas cantidades como pago adelantado a cuenta de la renta debida en virtud de dicho Convenio."
El Convenio que reglamentaba ese arrendamiento, firmado en La Habana por los representantes de los Presidentes de Cuba y Estados Unidos, respectivamente, fue aprobado por el Senado de Cuba el 16 de julio de 1903, ratificado por el Presidente de Cuba un mes más tarde, el 16 de agosto, y por el Presidente de Estados Unidos el dos de octubre, canjeándose las ratificaciones en Washington el seis de octubre, fue
publicado en la Gaceta de Cuba el 12 del mismo mes y año.
Con fecha 14 de diciembre de 1903 se hizo saber que cuatro días antes, el 10 de ese mes, se había dado posesión a Estados Unidos de las áreas de agua y tierra para el establecimiento de la estación naval en Guantánamo.
Para el Gobierno y la Marina de Estados Unidos el traspaso de parte del territorio de la mayor de las Antillas era motivo de gran regocijo, y pretendió celebrarlo. En Guantánamo se reunieron con ese propósito buques de la Escuadra del Caribe y algunos acorazados de la Flota del Atlántico Norte.
El gobierno cubano designó al Jefe de Obras Públicas de Santiago de Cuba para hacer entrega de aquella parte del territorio sobre el cual teóricamente ejercía soberanía el 10 de diciembre de 1903, fecha escogida por Estados Unidos. Sería el único cubano que estaría presente en la ceremonia y solo por un corto tiempo ya que, cumplida su misión, sin brindis ni apretones de mano, se retiró al vecino poblado de
Caimanera.
El jefe de Obras Públicas se había trasladado al acorazado "Kearsage", que era el buque insignia norteamericano, a bordo del cual se encontraba el contralmirante Barker. A las 12:00 horas se dispararon 21 cañonazos y con los acordes del Himno Nacional de Cuba se arrió la bandera cubana que estaba izada en dicha nave, e inmediatamente se izó en tierra, en el punto llamado Playa del Este, con el mismo número de salvas, la bandera de Estados Unidos, con lo cual quedó concluido el
acto.
Según el reglamento del Convenio, Estados Unidos debía dedicar las tierras cedidas exclusivamente a usos públicos, no pudiendo establecer en ellas comercios o industrias de ningún tipo.
Se comprometían mutuamente, las autoridades de Estados Unidos en dichos territorios y las autoridades cubanas, a entregar los prófugos de la justicia por delitos o faltas sujetos a la jurisdicción de las leyes de cada parte, siempre que lo solicitaran las autoridades de la nación que los juzgara.
Los materiales importados en las áreas de dichas estaciones navales para el uso y consumo de las mismas estarían libres del pago de derechos arancelarios, o de cualquier otra clase, a la República de Cuba.
El arrendamiento de las referidas estaciones navales incluía el derecho a usar y ocupar las aguas adyacentes a dichas extensiones de tierra y agua, a mejorar y profundizar las entradas de las mismas y sus fondeaderos, y a cuanto más fuera necesario para los usos exclusivos a que estaban dedicadas.
Aunque Estados Unidos reconocía la continuación de la soberanía definitiva de Cuba sobre aquellas extensiones de agua y tierra, ejercería, con el consentimiento de Cuba, "jurisdicción y señorío completos" sobre dichas áreas mientras las ocuparan de acuerdo con las otras estipulaciones ya citadas.
En el llamado Tratado Permanente del 22 de mayo de 1903, celebrado entre los gobiernos de la República de Cuba y de Estados Unidos, se habían precisado las relaciones futuras entre ambos países: es decir, se aseguró lo que llamara Manuel Márquez Sterling "la coyunda insoportable de la Enmienda Platt".
El Tratado Permanente suscrito por ambos países fue aprobado por el Senado de Estados Unidos el 22 de marzo de 1904 y por el Senado cubano el 8 de junio de ese año, y fueron canjeadas las ratificaciones en Washington el primero de junio de 1904. Por eso, la Enmienda Platt es una enmienda a una ley norteamericana, un apéndice a la Constitución de Cuba de 1901 y un tratado permanente entre ambos países.
Las experiencias adquiridas con la Base Naval de Guantánamo sirvieron para aplicar en Panamá medidas iguales o peores con el Canal.
En el Congreso norteamericano el método de las enmiendas introducidas, cuando se discute una ley que por su contenido e importancia es de impostergable necesidad, suele aplicarse con frecuencia obligando a los legisladores a dejar a un lado o sacrificar criterios discrepantes. Tales enmiendas han mordido más de una vez la
soberanía por la que lucha incansablemente nuestro pueblo.
En 1912 el Secretario de Estado de Cuba, Manuel Sanguily, negoció con la cancillería norteamericana un nuevo tratado por el que Estados Unidos renunciaba a sus derechos sobre Bahía Honda a cambio de una ampliación en los límites de la estación en Guantánamo.
En ese mismo año, cuando se produjo el alzamiento del Partido de los Independientes de Color, que el gobierno del presidente José Miguel Gómez -del Partido Liberal- reprimió brutalmente, salieron de la Base Naval en Guantánamo tropas norteamericanas que ocuparon diferentes poblaciones de la antigua provincia de Oriente, cercanas a las ciudades de Guantánamo y de Santiago de Cuba, con el pretexto de "proteger vidas
y haciendas de ciudadanos estadounidenses".
En 1917, con motivo del levantamiento conocido por "La Chambelona" en Oriente, llevado a cabo por elementos del Partido Liberal que se opusieron al fraude electorero que llevó a la reelección al presidente Mario García Menocal, del Partido Conservador, destacamentos yanquis procedentes de la Base se dirigieron a diversos puntos de aquella provincia cubana, para lo cual utilizaron como pretexto "la protección del suministro de agua a la Base".
Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz
El imperio y la isla independiente
La historia de Cuba en los últimos 140 años es la de la lucha por preservar la identidad e independencia nacionales, y la historia de la evolución del imperio de Estados Unidos, su constante pretensión de apropiarse de Cuba y los horrendos métodos que hoy utiliza para mantener el dominio del mundo.
Destacados historiadores cubanos han tratado con profundidad estos temas en distintas épocas y en diversos y excelentes libros que merecen estar al alcance de nuestros
compatriotas. Estas reflexiones van dirigidas especialmente a las nuevas generaciones con el objetivo de que conozcan hechos muy importantes y decisivos en el destino de nuestra patria.
Primera parte: La imposición de la Enmienda Platt como apéndice de la Constitución neocolonial cubana de 1901.
La "doctrina de la fruta madura" fue formulada en 1823 por John Quincy Adams, Secretario de Estado y más tarde Presidente. Estados Unidos inevitablemente lograría, por ley de gravitación política, apoderarse de nuestro país al romperse la subordinación colonial a España.
Bajo el pretexto de la voladura del "Maine" -suceso que está todavía por desentrañar, aprovechado para desatar la guerra contra España, como el incidente del Golfo de Tonkin, hecho que en cambio fue probadamente prefabricado a los efectos de atacar a Viet Nam del Norte-, el presidente William McKinley firmó la Resolución Conjunta
del 20 de abril de 1898, la cual declaraba "... que el pueblo de la isla de Cuba es y de derecho debe ser libre e independiente", "... que Estados Unidos por la presente declaran que no tienen deseo ni intención de ejercer soberanía, jurisdicción o dominio sobre dicha Isla, excepto para su pacificación, y afirman su determinación, cuando esta se haya conseguido, de dejar el gobierno y dominio de la Isla a su
pueblo." La Resolución Conjunta autorizó al Presidente el uso de la fuerza para eliminar el gobierno español en Cuba.
El coronel Leonard Wood, jefe principal del regimiento de los Rough Riders, y Theodore Roosevelt, segundo jefe de los voluntarios expansionistas que desembarcaron en nuestro país por las playas próximas a Santiago de Cuba, ya destruida por los acorazados norteamericanos la valiente pero mal utilizada escuadra española y la
infantería de Marina que llevaba a bordo, solicitaron el apoyo de los insurrectos cubanos, que al precio de enormes sacrificios habían desgastado y puesto fuera de combate al ejército colonial español.
El regimiento de los Rough Riders había desembarcado sin los caballos.
Tras la derrota española el 10 de diciembre de 1898, se firmó el Tratado de París entre los representantes de la Reina Regente de España y los del Presidente de Estados Unidos, en el cual, a espaldas del pueblo de Cuba, se acordó que España renunciaba a todo derecho de soberanía y propiedad sobre la isla y la evacuaría. Cuba sería ocupada por Estados Unidos con un carácter temporal.
Ya nombrado gobernador militar norteamericano y Mayor General del Ejército, Leonard Wood dictó la Orden 301 del 25 de julio de 1900, por la que se decretó la realización de una elección general para delegados a una Asamblea Constituyente que debería reunirse en la ciudad de La Habana a las 12 del día del primer lunes de noviembre de 1900, con el objetivo de redactar y adoptar una Constitución para el pueblo de Cuba.
El 15 de septiembre de 1900 se efectuaron los comicios, en los cuales fueron seleccionados 31 delegados provenientes de los partidos Nacional, Republicano y Unión Democrática.
El 5 de noviembre de 1900 se procedió a realizar la apertura de la Convención Constituyente en el Teatro Irijoa de La Habana, ocasión en que recibió el nombre de Teatro Martí.
El general Wood, en representación del Presidente de Estados Unidos, declaró constituida la Asamblea. Wood les adelantó los propósitos que abrigaba el gobierno de Estados Unidos: "Cuando hayáis formulado las relaciones que, a vuestro juicio, deben existir entre Cuba y Estados Unidos, el gobierno de Estados Unidos adoptará sin duda alguna las medidas que conduzcan por su parte a un acuerdo final y autorizado entre los pueblos de ambos países, a fin de promover el fomento de sus intereses comunes."
La Constitución de 1901 dispuso en su Artículo 2 que "componen el territorio de la República, la Isla de Cuba, así como las islas y cayos adyacentes que con ella estaban bajo la soberanía de España hasta la ratificación del Tratado de París de 10 de diciembre de 1898."
Redactada la Constitución, llegó el momento de definir las relaciones políticas entre Cuba y Estados Unidos. Al efecto, el 12 de febrero de 1901 se designó una comisión de cinco miembros encargada de estudiar y proponer lo que procediera al expresado fin.
El 15 de febrero el gobernador Wood invitó a los miembros de la comisión a una pesquería y les ofreció un banquete en Batabanó, ruta principal de acceso a la Isla de Pinos, como se le conocía, entonces ocupada también por las tropas de Estados Unidos que intervinieron en la Guerra de Independencia de Cuba. En el propio Batabanó les dio a conocer una carta del Secretario de la Guerra, Elihu Root, en la que
estaban contenidos los aspectos fundamentales de la futura Enmienda Platt. Según las instrucciones recibidas de Washington, las relaciones entre Cuba y Estados Unidos debían regularse por varios aspectos.
El quinto de estos era que, para facilitar a Estados Unidos el cumplimiento de deberes tales como los que recaerían sobre ellos por las estipulaciones ya expresadas, y para su propia defensa, Estados Unidos podría adquirir título, y conservarlo, de terrenos para estaciones navales y mantener estas en ciertos puntos específicos.
Al conocer la Convención Constituyente cubana las condiciones exigidas por el gobierno de Estados Unidos, aprobó, el 27 de febrero de 1901, una posición opuesta a la del Ejecutivo norteamericano, en la cual se eliminaba el establecimiento de estaciones navales.
El gobierno de Estados Unidos acordó con el senador republicano de Connecticut, Orville H. Platt, la presentación de una enmienda al proyecto de Ley de Presupuesto del Ejército que convertiría en hecho consumado la implantación en suelo cubano de bases navales norteamericanas.
En la Enmienda, aprobada por el Senado de Estados Unidos el 27 de febrero de 1901, por la Cámara de Representantes el primero de marzo, y sancionada por el presidente McKinley al día siguiente, como anexo a la "Ley concediendo créditos para el Ejército en el año fiscal que termina el 30 de junio de 1902", el artículo sobre las bases navales quedó redactado de la siguiente forma:
"Art. VII.- Para poner en condiciones a Estados Unidos de mantener la independencia de Cuba y proteger al pueblo de la misma, así como para su propia defensa, el Gobierno de Cuba venderá o arrendará a Estados Unidos las tierras necesarias para carboneras o estaciones navales en ciertos puntos determinados que convendrán con el Presidente de Estados Unidos."
En el artículo VIII se añadía: "El gobierno de Cuba insertará las anteriores disposiciones en un tratado permanente con Estados Unidos."
La rápida aprobación de la Enmienda por el Congreso de Estados Unidos obedecía a la circunstancia de encontrarse éste próximo a terminar el período legislativo y contar el presidente McKinley con mayoría segura en ambas Cámaras para aprobarla sin dificultades.
Estaba convertida en Ley de Estados Unidos cuando, el cuatro de marzo, McKinley tomó posesión de su segundo período presidencial.
Algunos miembros de la Convención Constituyente mantuvieron la tesis de que no estaban facultados para acordar la Enmienda solicitada por Estados Unidos, ya que ello implicaba limitar la independencia y soberanía de la República de Cuba. Entonces el gobernador militar Leonard Wood se apresuró a dictar una nueva Orden Militar, el 12 de marzo de 1901, en la cual se declaraba que la Convención estaba facultada para acordar las medidas de cuya constitucionalidad se dudaba.
Otros miembros de la Convención, como Manuel Sanguily, opinaron que la Asamblea debía disolverse antes de acordar medidas que de tal manera ofendían la dignidad y soberanía del pueblo de Cuba. Pero en la sesión del 7 de marzo de 1901 de nuevo se nombró una comisión para redactar una respuesta al gobernador Wood, correspondiendo la ponencia a Juan Gualberto Gómez, quien recomendó rechazar, entre otras, la cláusula relativa al arriendo de estaciones navales o carboneras.
Juan Gualberto Gómez mantuvo la más severa crítica a la Enmienda Platt. El primero de abril sometió a discusión una ponencia donde impugnaba el documento por contravenir los principios del Tratado de París y la Resolución Conjunta. Pero la Convención suspendió el debate sobre la ponencia de Juan Gualberto Gómez y decidió enviar otra
comisión para "conocer las miras y propósitos del gobierno de Estados Unidos acerca de cuantos particulares se refieran al establecimiento de un orden definitivo de relaciones, en lo político y en lo económico, entre Cuba y Estados Unidos, y gestionar con el propio gobierno, las bases de un acuerdo sobre esos extremos que proponer a la Convención para su resolución final."
Posteriormente, se eligió la comisión que viajaría a Washington integrada por Domingo Méndez Capote, Diego Tamayo, Pedro González Llorente, Rafael Portuondo Tamayo y Pedro Betancourt, quienes arribaron a Estados Unidos el 24 de abril de 1901. Al día siguiente fueron recibidos por Root y Wood, quien había viajado previamente a su país
con ese propósito.
El gobierno norteamericano se apresuró a declarar públicamente que la comisión visitaría Washington por su iniciativa, sin invitación alguna y sin carácter oficial.
El Secretario de la Guerra, Root, recibió a la comisión el 25 y 26
de abril de 1901 y les hizo saber de manera terminante que "el derecho de Estados Unidos a imponer las discutidas cláusulas había sido proclamado durante tres cuartos de siglo a la faz del mundo americano y europeo y que no estaban dispuestos a renunciarlo hasta el extremo de poner en peligro su propia seguridad."
Los funcionarios estadounidenses reiteraron que ninguna de las cláusulas de la Enmienda Platt mermaba la soberanía e independencia de Cuba sino, por el contrario, la preservaría, y se aclaraba que únicamente se intervendría en caso de graves perturbaciones, con el solo objetivo de mantener el orden y la paz interna.
La comisión dio a conocer su informe en sesión secreta el siete de mayo de 1901. Dentro de la comisión se manifestaron serias discrepancias con respecto a la Enmienda Platt.
El 28 de mayo se sometió a discusión una ponencia redactada por Villuendas, Tamayo y Quesada, en la que se aceptaba la Enmienda con algunas aclaraciones y recomendando la concertación de un tratado de reciprocidad comercial.
Esta ponencia fue aprobada por 15 votos contra 14; pero el gobierno de Estados Unidos no admitió tal solución, comunicando por medio del gobernador Wood que sólo aceptaría la Enmienda sin cualificación, y advirtió a la Convención en forma de ultimátum que, siendo la Enmienda Platt "un estatuto acordado por el Poder Legislativo de Estados Unidos, el Presidente está obligado a ejecutarlo tal como es.
No puede cambiarlo ni modificarlo, añadirle o quitarle. La acción ejecutiva que
pide el estatuto es la retirada de Cuba del Ejército norteamericano, y el estatuto autoriza esta acción cuando -y solamente cuando- se haya establecido un gobierno bajo una Constitución que contenga, ya en su cuerpo o en su apéndice, ciertas disposiciones terminantes, especificadas en el estatuto [... ] Si entonces él encuentra esas disposiciones en la Constitución, estará autorizado para retirar el
Ejército; si no las encuentra allí, entonces, no está autorizado para retirar el Ejército..."
El Secretario de la Guerra de Estados Unidos envió una carta a la Constituyente cubana donde expresaba que la Enmienda Platt debía ser aprobada en su totalidad sin ninguna aclaración, pues así aparecía adicionada a la Ley de presupuesto norteamericana, y señalaba que, en caso contrario, las fuerzas militares de su país no serían retiradas de Cuba.
El 12 de junio de 1901, en otra sesión secreta de la Asamblea Constituyente, fue sometida a votación la incorporación de la Enmienda Platt como apéndice a la Constitución de la República, aprobada el 21 de febrero: 16 delegados votaron que sí y 11 votaron en contra. Se ausentaron de la sesión Bravo Correoso, Robau, Gener y Rius Rivera, absteniéndose de votar a favor de aquel engendro.
Lo peor de la Enmienda fue la hipocresía, el engaño, el maquiavelismo y el cinismo con que elaboraron el plan para apoderarse de Cuba, al extremo de proclamar públicamente los mismos argumentos de John Quincy Adams en 1823, sobre la manzana que caería por gravedad.
Esta manzana finalmente cayó, pero estaba podrida, como previeron muchos pensadores cubanos durante casi medio siglo, desde José Martí en la década de 1880 hasta Julio Antonio Mella, asesinado en enero de 1929.
Nadie podría describir mejor lo que significaba para Cuba la
Enmienda Platt que el propio Leonard Wood, en dos fragmentos de la carta confidencial, fechada el 28 de Octubre de 1901, a su compañero de aventura Theodore Roosevelt:
"Por supuesto que a Cuba se le ha dejado poca o ninguna independencia con la Enmienda Platt y lo único indicado ahora es buscar la anexión. Esto, sin embargo, requerirá algún tiempo y durante el período en que Cuba mantenga su propio gobierno, es muy de desear que tenga uno que conduzca a su progreso y a su mejoramiento. No puede
hacer ciertos tratados sin nuestro consentimiento, ni pedir prestado más allá de ciertos límites y debe mantener las condiciones sanitarias que se le han preceptuado, por todo lo cual es bien evidente que está en lo absoluto en nuestras manos y creo que no hay un gobierno europeo que la considere por un momento otra cosa sino lo que es, una verdadera dependencia de Estados Unidos, y como tal es acreedora de nuestra
consideración." ... "Con el control que sin duda pronto se convertirá en posesión, en breve prácticamente controlaremos el comercio de azúcar en el mundo. La isla se americanizará gradualmente y, a su debido tiempo, contaremos con una de las más ricas y deseables posesiones que haya en el mundo..."
Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz
Destacados historiadores cubanos han tratado con profundidad estos temas en distintas épocas y en diversos y excelentes libros que merecen estar al alcance de nuestros
compatriotas. Estas reflexiones van dirigidas especialmente a las nuevas generaciones con el objetivo de que conozcan hechos muy importantes y decisivos en el destino de nuestra patria.
Primera parte: La imposición de la Enmienda Platt como apéndice de la Constitución neocolonial cubana de 1901.
La "doctrina de la fruta madura" fue formulada en 1823 por John Quincy Adams, Secretario de Estado y más tarde Presidente. Estados Unidos inevitablemente lograría, por ley de gravitación política, apoderarse de nuestro país al romperse la subordinación colonial a España.
Bajo el pretexto de la voladura del "Maine" -suceso que está todavía por desentrañar, aprovechado para desatar la guerra contra España, como el incidente del Golfo de Tonkin, hecho que en cambio fue probadamente prefabricado a los efectos de atacar a Viet Nam del Norte-, el presidente William McKinley firmó la Resolución Conjunta
del 20 de abril de 1898, la cual declaraba "... que el pueblo de la isla de Cuba es y de derecho debe ser libre e independiente", "... que Estados Unidos por la presente declaran que no tienen deseo ni intención de ejercer soberanía, jurisdicción o dominio sobre dicha Isla, excepto para su pacificación, y afirman su determinación, cuando esta se haya conseguido, de dejar el gobierno y dominio de la Isla a su
pueblo." La Resolución Conjunta autorizó al Presidente el uso de la fuerza para eliminar el gobierno español en Cuba.
El coronel Leonard Wood, jefe principal del regimiento de los Rough Riders, y Theodore Roosevelt, segundo jefe de los voluntarios expansionistas que desembarcaron en nuestro país por las playas próximas a Santiago de Cuba, ya destruida por los acorazados norteamericanos la valiente pero mal utilizada escuadra española y la
infantería de Marina que llevaba a bordo, solicitaron el apoyo de los insurrectos cubanos, que al precio de enormes sacrificios habían desgastado y puesto fuera de combate al ejército colonial español.
El regimiento de los Rough Riders había desembarcado sin los caballos.
Tras la derrota española el 10 de diciembre de 1898, se firmó el Tratado de París entre los representantes de la Reina Regente de España y los del Presidente de Estados Unidos, en el cual, a espaldas del pueblo de Cuba, se acordó que España renunciaba a todo derecho de soberanía y propiedad sobre la isla y la evacuaría. Cuba sería ocupada por Estados Unidos con un carácter temporal.
Ya nombrado gobernador militar norteamericano y Mayor General del Ejército, Leonard Wood dictó la Orden 301 del 25 de julio de 1900, por la que se decretó la realización de una elección general para delegados a una Asamblea Constituyente que debería reunirse en la ciudad de La Habana a las 12 del día del primer lunes de noviembre de 1900, con el objetivo de redactar y adoptar una Constitución para el pueblo de Cuba.
El 15 de septiembre de 1900 se efectuaron los comicios, en los cuales fueron seleccionados 31 delegados provenientes de los partidos Nacional, Republicano y Unión Democrática.
El 5 de noviembre de 1900 se procedió a realizar la apertura de la Convención Constituyente en el Teatro Irijoa de La Habana, ocasión en que recibió el nombre de Teatro Martí.
El general Wood, en representación del Presidente de Estados Unidos, declaró constituida la Asamblea. Wood les adelantó los propósitos que abrigaba el gobierno de Estados Unidos: "Cuando hayáis formulado las relaciones que, a vuestro juicio, deben existir entre Cuba y Estados Unidos, el gobierno de Estados Unidos adoptará sin duda alguna las medidas que conduzcan por su parte a un acuerdo final y autorizado entre los pueblos de ambos países, a fin de promover el fomento de sus intereses comunes."
La Constitución de 1901 dispuso en su Artículo 2 que "componen el territorio de la República, la Isla de Cuba, así como las islas y cayos adyacentes que con ella estaban bajo la soberanía de España hasta la ratificación del Tratado de París de 10 de diciembre de 1898."
Redactada la Constitución, llegó el momento de definir las relaciones políticas entre Cuba y Estados Unidos. Al efecto, el 12 de febrero de 1901 se designó una comisión de cinco miembros encargada de estudiar y proponer lo que procediera al expresado fin.
El 15 de febrero el gobernador Wood invitó a los miembros de la comisión a una pesquería y les ofreció un banquete en Batabanó, ruta principal de acceso a la Isla de Pinos, como se le conocía, entonces ocupada también por las tropas de Estados Unidos que intervinieron en la Guerra de Independencia de Cuba. En el propio Batabanó les dio a conocer una carta del Secretario de la Guerra, Elihu Root, en la que
estaban contenidos los aspectos fundamentales de la futura Enmienda Platt. Según las instrucciones recibidas de Washington, las relaciones entre Cuba y Estados Unidos debían regularse por varios aspectos.
El quinto de estos era que, para facilitar a Estados Unidos el cumplimiento de deberes tales como los que recaerían sobre ellos por las estipulaciones ya expresadas, y para su propia defensa, Estados Unidos podría adquirir título, y conservarlo, de terrenos para estaciones navales y mantener estas en ciertos puntos específicos.
Al conocer la Convención Constituyente cubana las condiciones exigidas por el gobierno de Estados Unidos, aprobó, el 27 de febrero de 1901, una posición opuesta a la del Ejecutivo norteamericano, en la cual se eliminaba el establecimiento de estaciones navales.
El gobierno de Estados Unidos acordó con el senador republicano de Connecticut, Orville H. Platt, la presentación de una enmienda al proyecto de Ley de Presupuesto del Ejército que convertiría en hecho consumado la implantación en suelo cubano de bases navales norteamericanas.
En la Enmienda, aprobada por el Senado de Estados Unidos el 27 de febrero de 1901, por la Cámara de Representantes el primero de marzo, y sancionada por el presidente McKinley al día siguiente, como anexo a la "Ley concediendo créditos para el Ejército en el año fiscal que termina el 30 de junio de 1902", el artículo sobre las bases navales quedó redactado de la siguiente forma:
"Art. VII.- Para poner en condiciones a Estados Unidos de mantener la independencia de Cuba y proteger al pueblo de la misma, así como para su propia defensa, el Gobierno de Cuba venderá o arrendará a Estados Unidos las tierras necesarias para carboneras o estaciones navales en ciertos puntos determinados que convendrán con el Presidente de Estados Unidos."
En el artículo VIII se añadía: "El gobierno de Cuba insertará las anteriores disposiciones en un tratado permanente con Estados Unidos."
La rápida aprobación de la Enmienda por el Congreso de Estados Unidos obedecía a la circunstancia de encontrarse éste próximo a terminar el período legislativo y contar el presidente McKinley con mayoría segura en ambas Cámaras para aprobarla sin dificultades.
Estaba convertida en Ley de Estados Unidos cuando, el cuatro de marzo, McKinley tomó posesión de su segundo período presidencial.
Algunos miembros de la Convención Constituyente mantuvieron la tesis de que no estaban facultados para acordar la Enmienda solicitada por Estados Unidos, ya que ello implicaba limitar la independencia y soberanía de la República de Cuba. Entonces el gobernador militar Leonard Wood se apresuró a dictar una nueva Orden Militar, el 12 de marzo de 1901, en la cual se declaraba que la Convención estaba facultada para acordar las medidas de cuya constitucionalidad se dudaba.
Otros miembros de la Convención, como Manuel Sanguily, opinaron que la Asamblea debía disolverse antes de acordar medidas que de tal manera ofendían la dignidad y soberanía del pueblo de Cuba. Pero en la sesión del 7 de marzo de 1901 de nuevo se nombró una comisión para redactar una respuesta al gobernador Wood, correspondiendo la ponencia a Juan Gualberto Gómez, quien recomendó rechazar, entre otras, la cláusula relativa al arriendo de estaciones navales o carboneras.
Juan Gualberto Gómez mantuvo la más severa crítica a la Enmienda Platt. El primero de abril sometió a discusión una ponencia donde impugnaba el documento por contravenir los principios del Tratado de París y la Resolución Conjunta. Pero la Convención suspendió el debate sobre la ponencia de Juan Gualberto Gómez y decidió enviar otra
comisión para "conocer las miras y propósitos del gobierno de Estados Unidos acerca de cuantos particulares se refieran al establecimiento de un orden definitivo de relaciones, en lo político y en lo económico, entre Cuba y Estados Unidos, y gestionar con el propio gobierno, las bases de un acuerdo sobre esos extremos que proponer a la Convención para su resolución final."
Posteriormente, se eligió la comisión que viajaría a Washington integrada por Domingo Méndez Capote, Diego Tamayo, Pedro González Llorente, Rafael Portuondo Tamayo y Pedro Betancourt, quienes arribaron a Estados Unidos el 24 de abril de 1901. Al día siguiente fueron recibidos por Root y Wood, quien había viajado previamente a su país
con ese propósito.
El gobierno norteamericano se apresuró a declarar públicamente que la comisión visitaría Washington por su iniciativa, sin invitación alguna y sin carácter oficial.
El Secretario de la Guerra, Root, recibió a la comisión el 25 y 26
de abril de 1901 y les hizo saber de manera terminante que "el derecho de Estados Unidos a imponer las discutidas cláusulas había sido proclamado durante tres cuartos de siglo a la faz del mundo americano y europeo y que no estaban dispuestos a renunciarlo hasta el extremo de poner en peligro su propia seguridad."
Los funcionarios estadounidenses reiteraron que ninguna de las cláusulas de la Enmienda Platt mermaba la soberanía e independencia de Cuba sino, por el contrario, la preservaría, y se aclaraba que únicamente se intervendría en caso de graves perturbaciones, con el solo objetivo de mantener el orden y la paz interna.
La comisión dio a conocer su informe en sesión secreta el siete de mayo de 1901. Dentro de la comisión se manifestaron serias discrepancias con respecto a la Enmienda Platt.
El 28 de mayo se sometió a discusión una ponencia redactada por Villuendas, Tamayo y Quesada, en la que se aceptaba la Enmienda con algunas aclaraciones y recomendando la concertación de un tratado de reciprocidad comercial.
Esta ponencia fue aprobada por 15 votos contra 14; pero el gobierno de Estados Unidos no admitió tal solución, comunicando por medio del gobernador Wood que sólo aceptaría la Enmienda sin cualificación, y advirtió a la Convención en forma de ultimátum que, siendo la Enmienda Platt "un estatuto acordado por el Poder Legislativo de Estados Unidos, el Presidente está obligado a ejecutarlo tal como es.
No puede cambiarlo ni modificarlo, añadirle o quitarle. La acción ejecutiva que
pide el estatuto es la retirada de Cuba del Ejército norteamericano, y el estatuto autoriza esta acción cuando -y solamente cuando- se haya establecido un gobierno bajo una Constitución que contenga, ya en su cuerpo o en su apéndice, ciertas disposiciones terminantes, especificadas en el estatuto [... ] Si entonces él encuentra esas disposiciones en la Constitución, estará autorizado para retirar el
Ejército; si no las encuentra allí, entonces, no está autorizado para retirar el Ejército..."
El Secretario de la Guerra de Estados Unidos envió una carta a la Constituyente cubana donde expresaba que la Enmienda Platt debía ser aprobada en su totalidad sin ninguna aclaración, pues así aparecía adicionada a la Ley de presupuesto norteamericana, y señalaba que, en caso contrario, las fuerzas militares de su país no serían retiradas de Cuba.
El 12 de junio de 1901, en otra sesión secreta de la Asamblea Constituyente, fue sometida a votación la incorporación de la Enmienda Platt como apéndice a la Constitución de la República, aprobada el 21 de febrero: 16 delegados votaron que sí y 11 votaron en contra. Se ausentaron de la sesión Bravo Correoso, Robau, Gener y Rius Rivera, absteniéndose de votar a favor de aquel engendro.
Lo peor de la Enmienda fue la hipocresía, el engaño, el maquiavelismo y el cinismo con que elaboraron el plan para apoderarse de Cuba, al extremo de proclamar públicamente los mismos argumentos de John Quincy Adams en 1823, sobre la manzana que caería por gravedad.
Esta manzana finalmente cayó, pero estaba podrida, como previeron muchos pensadores cubanos durante casi medio siglo, desde José Martí en la década de 1880 hasta Julio Antonio Mella, asesinado en enero de 1929.
Nadie podría describir mejor lo que significaba para Cuba la
Enmienda Platt que el propio Leonard Wood, en dos fragmentos de la carta confidencial, fechada el 28 de Octubre de 1901, a su compañero de aventura Theodore Roosevelt:
"Por supuesto que a Cuba se le ha dejado poca o ninguna independencia con la Enmienda Platt y lo único indicado ahora es buscar la anexión. Esto, sin embargo, requerirá algún tiempo y durante el período en que Cuba mantenga su propio gobierno, es muy de desear que tenga uno que conduzca a su progreso y a su mejoramiento. No puede
hacer ciertos tratados sin nuestro consentimiento, ni pedir prestado más allá de ciertos límites y debe mantener las condiciones sanitarias que se le han preceptuado, por todo lo cual es bien evidente que está en lo absoluto en nuestras manos y creo que no hay un gobierno europeo que la considere por un momento otra cosa sino lo que es, una verdadera dependencia de Estados Unidos, y como tal es acreedora de nuestra
consideración." ... "Con el control que sin duda pronto se convertirá en posesión, en breve prácticamente controlaremos el comercio de azúcar en el mundo. La isla se americanizará gradualmente y, a su debido tiempo, contaremos con una de las más ricas y deseables posesiones que haya en el mundo..."
Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz
Vierten sus aguas embalses de la Isla de la Juventud
La mitad de los embalses de la Isla de la Juventud escurren sus aguas al registrar un acumulado de 70,8 por ciento de su capacidad total.
Bárbara Martínez Díaz, especialista de la unidad empresarial de base de Aprovechamiento Hidráulico en el municipio especial, declaró en exclusiva a la AIN que gracias a las lluvias del mes de agosto se almacenan más de 162 mil 459 millones de metros cúbicos del líquido.
Desde el primero de agosto hasta hoy se registran 212,6 milímetros de precipitaciones, cifra superior a la media histórica del octavo mes del año, que era de 194, situación favorable para un territorio con la mayoría de las fuentes fluviales reguladas por embalses o presas.
En la segunda mayor ínsula cubana existen 14 obras hidráulicas de pequeña y medina envergadura con una capacidad de almacenamiento de 229 mil 580 millones de metros cúbicos, destinados fundamentalmente a la agricultura, la acuicultura y la industria.
La Guánabana, una de las principales presas de la Isla de la Juventud, está hoy al 15 por ciento de su capacidad, embalse que por infiltración tributa también al manto freático.
Martínez Díaz precisó que en los primeros 12 días del cuarto mes húmedo para Cuba, las láminas de precipitaciones se registraron en la parte Este y Oeste del municipio especial.
Antes del inicio de la temporada ciclónica (del primero de junio al 30 de noviembre) los embalses estaban al 51,8 por ciento de su capacidad de almacenaje.
Ahora los especialistas de Recursos Hidráulicos aquí mantienen bajo estricta vigilancia técnica las presas para evitar inundaciones por roturas de las cortinas de esos reservorios, 11 de las cuales poseen la categoría de excelente.
Bárbara Martínez Díaz, especialista de la unidad empresarial de base de Aprovechamiento Hidráulico en el municipio especial, declaró en exclusiva a la AIN que gracias a las lluvias del mes de agosto se almacenan más de 162 mil 459 millones de metros cúbicos del líquido.
Desde el primero de agosto hasta hoy se registran 212,6 milímetros de precipitaciones, cifra superior a la media histórica del octavo mes del año, que era de 194, situación favorable para un territorio con la mayoría de las fuentes fluviales reguladas por embalses o presas.
En la segunda mayor ínsula cubana existen 14 obras hidráulicas de pequeña y medina envergadura con una capacidad de almacenamiento de 229 mil 580 millones de metros cúbicos, destinados fundamentalmente a la agricultura, la acuicultura y la industria.
La Guánabana, una de las principales presas de la Isla de la Juventud, está hoy al 15 por ciento de su capacidad, embalse que por infiltración tributa también al manto freático.
Martínez Díaz precisó que en los primeros 12 días del cuarto mes húmedo para Cuba, las láminas de precipitaciones se registraron en la parte Este y Oeste del municipio especial.
Antes del inicio de la temporada ciclónica (del primero de junio al 30 de noviembre) los embalses estaban al 51,8 por ciento de su capacidad de almacenaje.
Ahora los especialistas de Recursos Hidráulicos aquí mantienen bajo estricta vigilancia técnica las presas para evitar inundaciones por roturas de las cortinas de esos reservorios, 11 de las cuales poseen la categoría de excelente.
Tuesday, August 14, 2007
Inauguran servicio de neurorrestauración en suroeste cubano
La Isla de la Juventud se convierte en el segundo lugar de Cuba, fuera de la capital del país, donde se ofrece servicio de neurorrestauración a niños con problemas de trastornos neurológicos.
Este servicio se inserta por primera vez en la sala de rehabilitación de una policlínica, expresa Miguel Gómez, médico coordinador del proyecto, integrado también por licenciados en Cultura Física, defectólogos, logopedas, psicólogos, enfermeras y fisiatras.
Apuntó que el equipo de trabajo se formó y entrenó en el Centro Internacional de Restauración Neurológica.
Los principios de la restauración neurológica se sustentan en la reconocida capacidad del sistema nervioso central y periférico de reparar, en aras de la funcionalidad, los daños que se puedan ocasionar, según el doctor Julián Álvarez, presidente del Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN).
En general el sistema nervioso contiene una cantidad de tejidos y células superiores a los que utiliza habitualmente, por lo que cualquier afectación parcial que sufra es posible suplirla mediante un trabajo sistemático de reactivación, y lograr con ello, en un alto porcentaje, su funcionalidad.
Para la terapéutica se aprovecharán las áreas aledañas a la moderna instalación, sobre todo el balneario de aguas mineromedicinales, que contribuirán al desarrollo de nuevas técnicas que aporten al Programa de Restauración Neurológica en el país, aseguró ahora el doctor Gómez.
A eso se suma la introducción de un parque infantil, una piscina y las técnicas de equinoterapia, que posibilitarán un trabajo eficaz con los 40 niños diagnosticados, que presentan problemas neurológicos.
Desde este lunes, se benefician de manera intensiva, durante siete horas diarias por espacio de 28 días, niños con parálisis cerebral, lesiones medulares importantes, traumas craneoencefálicos, desorden del desarrollo del cerebro como el autismo y las epilepsias, precisó.
Una vez concluido este primer ciclo los padres continuarán el tratamiento en casa hasta que los niños regresen a otro período intensivo para fortalecer otros músculos del cuerpo.
La neurorrestauración solo se práctica a nivel de país en el CIREN y con carácter experimental se extendió hace cuatro años al municipio cienfueguero de Aguada de Pasajeros, donde se creó un pequeño centro homólogo con equipamiento mínimo.
Friday, August 10, 2007
Esfuerzo de ganaderos en pos de sustitución de importaciones
El reordenamiento de la masa vacuna y la recuperación de pastos, entre otras cciones, posibilitan que la Isla de la Juventud contribuya a sustituir la importación de leche en polvo.
Según datos localizados en Internet, ese vital producto para la dieta de niños, embarazadas y ancianos en el mercado ha incrementado, en el mercado mundial, su precio en un 86,6 por ciento en los últimos 12 meses y, por estos días, su costo se tasa en cerca de cinco mil dólares la tonelada.
Ante esas exorbitantes cifras, los ganaderos locales adoptaron medidas, que en los primeros siete meses del año, le permitieron entregar a la industria láctea del territorio nueve mil 133 litros por encima del plan informó Raudel Rives Pantoja, especialista de ese programa.
Al cierre del 2006 la segunda ínsula cubana reportó un 76 por ciento de cumplimiento de lo programado y para cuando concluya el presente prevé entregar a la industria un millón 800 mil litros, cifra acompañada de una significativa calidad, precisó.
Aunque el récord histórico de producción de leche ocurrió en 1984 con un rendimiento de 6,25 litros por vaca, se aprecia una ligera recuperación del sector al promediar 3,6 litros por animal, cifra que en años precedentes no rebasaba el total de 1,5 litros.
Destacó que los campesinos y cooperativistas del municipio especial aportan el 71,5 por ciento de la producción total de leche con destino a la industria.
Según datos localizados en Internet, ese vital producto para la dieta de niños, embarazadas y ancianos en el mercado ha incrementado, en el mercado mundial, su precio en un 86,6 por ciento en los últimos 12 meses y, por estos días, su costo se tasa en cerca de cinco mil dólares la tonelada.
Ante esas exorbitantes cifras, los ganaderos locales adoptaron medidas, que en los primeros siete meses del año, le permitieron entregar a la industria láctea del territorio nueve mil 133 litros por encima del plan informó Raudel Rives Pantoja, especialista de ese programa.
Al cierre del 2006 la segunda ínsula cubana reportó un 76 por ciento de cumplimiento de lo programado y para cuando concluya el presente prevé entregar a la industria un millón 800 mil litros, cifra acompañada de una significativa calidad, precisó.
Aunque el récord histórico de producción de leche ocurrió en 1984 con un rendimiento de 6,25 litros por vaca, se aprecia una ligera recuperación del sector al promediar 3,6 litros por animal, cifra que en años precedentes no rebasaba el total de 1,5 litros.
Destacó que los campesinos y cooperativistas del municipio especial aportan el 71,5 por ciento de la producción total de leche con destino a la industria.
Thursday, August 09, 2007
Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores
Desde principios del año en curso, las autoridades taiwanesas han puesto en marcha una nueva escalada de acciones con el propósito de separar a Taiwán del resto del territorio de la República Popular China, en contra de los intereses de su pueblo y haciendo caso omiso de la voluntad de la comunidad internacional.
Las autoridades taiwanesas intentan ahora organizar un denominado "referéndum sobre el ingreso de la isla en la ONU bajo el nombre de Taiwán" y presentar una resolución sobre el tema ante dicha organización. Ello constituye una flagrante violación de decisiones anteriores de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que en su resolución 2758 (XXVI), adoptada el 25 de octubre de 1971, en el marco de su vigésimo sexto periodo de sesiones, reconoció a la República Popular China como único representante del pueblo chino y expulsó de la Organización a los representantes de Chian Kai-shek, que hasta ese momento usurpaban el puesto que legítimamente le correspondía a la República Popular.
Incluso, el pasado 23 de julio, la Secretaría General de las Naciones Unidas anunció que su Departamento de Asuntos Jurídicos se había negado a recibir la carta que le enviaran las autoridades taiwanesas solicitando ingresar en las Naciones Unidas con el nombre de Taiwán. La Secretaría de la ONU adujo, con razón, que la política de la ONU está dictada por la citada resolución 2758 (XXVI) de la Asamblea General, que reconoce a la República Popular China como único representante del pueblo chino.
Es muy significativo que el jefe de las autoridades de esa isla, el señor Chen Shui Bian, haya escogido el Club de Prensa de la capital norteamericana como escenario para anunciar, mediante una videoconferencia ofrecida el pasado 29 de mayo, que dedicaría el resto de su mandato a este propósito.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, a tono con la inalterable posición de principios mantenida por la Revolución Cubana sobre este asunto, reitera su más firme oposición a todo tipo de acciones encaminadas a dividir el territorio chino, reafirma su apego irrestricto al principio de una sola China y, en consecuencia, rechaza enérgicamente el ilegítimo referéndum sobre el ingreso de Taiwán en la ONU, así como cualquier intento de sus autoridades de ingresar a dicha organización internacional.
Las autoridades taiwanesas deben recordar la reciente derrota sufrida en el seno de la Organización Mundial de la Salud, expresión genuina e inequívoca de la voluntad de la abrumadora mayoría de los gobiernos y pueblos del mundo que, al igual que Cuba, reconocen a una sola China, única e indivisible, y a Taiwán como parte de su territorio. Este constituye un principio indispensable para el mantenimiento de la paz y la preservación del orden internacional. Cualquier acción en sentido contrario estará destinada al fracaso.
La Habana, 8 de agosto de 2007 (Fuente Periódico Victoria)
Las autoridades taiwanesas intentan ahora organizar un denominado "referéndum sobre el ingreso de la isla en la ONU bajo el nombre de Taiwán" y presentar una resolución sobre el tema ante dicha organización. Ello constituye una flagrante violación de decisiones anteriores de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que en su resolución 2758 (XXVI), adoptada el 25 de octubre de 1971, en el marco de su vigésimo sexto periodo de sesiones, reconoció a la República Popular China como único representante del pueblo chino y expulsó de la Organización a los representantes de Chian Kai-shek, que hasta ese momento usurpaban el puesto que legítimamente le correspondía a la República Popular.
Incluso, el pasado 23 de julio, la Secretaría General de las Naciones Unidas anunció que su Departamento de Asuntos Jurídicos se había negado a recibir la carta que le enviaran las autoridades taiwanesas solicitando ingresar en las Naciones Unidas con el nombre de Taiwán. La Secretaría de la ONU adujo, con razón, que la política de la ONU está dictada por la citada resolución 2758 (XXVI) de la Asamblea General, que reconoce a la República Popular China como único representante del pueblo chino.
Es muy significativo que el jefe de las autoridades de esa isla, el señor Chen Shui Bian, haya escogido el Club de Prensa de la capital norteamericana como escenario para anunciar, mediante una videoconferencia ofrecida el pasado 29 de mayo, que dedicaría el resto de su mandato a este propósito.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, a tono con la inalterable posición de principios mantenida por la Revolución Cubana sobre este asunto, reitera su más firme oposición a todo tipo de acciones encaminadas a dividir el territorio chino, reafirma su apego irrestricto al principio de una sola China y, en consecuencia, rechaza enérgicamente el ilegítimo referéndum sobre el ingreso de Taiwán en la ONU, así como cualquier intento de sus autoridades de ingresar a dicha organización internacional.
Las autoridades taiwanesas deben recordar la reciente derrota sufrida en el seno de la Organización Mundial de la Salud, expresión genuina e inequívoca de la voluntad de la abrumadora mayoría de los gobiernos y pueblos del mundo que, al igual que Cuba, reconocen a una sola China, única e indivisible, y a Taiwán como parte de su territorio. Este constituye un principio indispensable para el mantenimiento de la paz y la preservación del orden internacional. Cualquier acción en sentido contrario estará destinada al fracaso.
La Habana, 8 de agosto de 2007 (Fuente Periódico Victoria)
Entrevista a los boxeadores Guillermo Rigondeaux Ortiz y Erislandy Lara Santoya
Julia Osendi.- Ciertamente es una situación distinta a la que en otras veces hemos sostenido, cuando hemos ido al aeropuerto a recibirlos, que han venido con los
Erislandy Lara.- Bueno, le diré al pueblo de Cuba que el día que nosotros salimos, precisamente a comprar, salimos Rigondeaux y yo a comprar unas cosas, play-station, ropa para nosotros y para los niños de nosotros, y en el camino nos interceptó un cubano, que se llama Alexis y andaba con otro más, y mediante la caminata para las tiendas, en el taxi nos brindaron bebidas y nosotros no aceptamos; pero ya llegamos a la tienda, compramos los play-station y las cosas y después nos fuimos con él a un bar, y en el bar empezamos a tomar, y mediante la tomadera en el bar del Red Bull y la vodka que empezamos a tomar, y de ahí nos fuimos para otro lado, para un cabaret.
Julia Osendi.- O sea, mezclaron el Red Bull que es un refresco con bebida.
Erislandy Lara.- Sí, con bebida y ahí nos olvidamos. Nos sentíamos mal, mareados, y después ya ellos nos invitaron a chicas, mujeres, y nosotros, como peleábamos al otro día, teníamos miedo regresar a la villa, porque ya habíamos comido y teníamos miedo perder por la pesa, que eso en el boxeo es una sanción demasiado grave y nosotros decidimos irnos con ellos.
Julia Osendi.- Pero no es muy simple así, no es muy fácil el decir: "No voy a pesarme". O sea, ¿cómo ellos los llevan a ustedes a la convicción de que no pueden ir al pesaje porque se iban a pasar de peso? ¿Cómo es que ustedes van a comer, porque se marean con la bebida?
Erislandy Lara.- Sí, aparte de eso, nosotros ya nos sentíamos muy mal con la bebida, estábamos ya —como se dice— pasados de copa, nos sentíamos mal con la bebida. Estábamos tomados y con la comida teníamos miedo regresar y perder por la pesa, ya no había tiempo para hacer el peso. Nosotros decidimos irnos con ellos y ellos nos invitaron para un cabaret, nos buscaron mujeres y estábamos con ellos, y nos fuimos para una isla por allá, para una playa y en la playa ya, que nosotros estábamos ya tranquilos y más o menos recuperándonos, ellos empezaron a hacernos las ofertas a nosotros de que nos fuéramos a boxear profesional con Alemania, e incluso a mí me enseñaron una equis cantidad de dinero, como 100 000 euros, y yo le dije que no, que nosotros virábamos para Cuba, y seguían constantemente hablándonos sobre eso, que nosotros en Alemania íbamos a ser millonarios, que podíamos estar junto con los tres que se fueron en Venezuela. Nosotros les dijimos que no, que virábamos para Cuba, y ellos parece que se pusieron bravos y se fueron y nos dejaron con un brasileño que entrenaba vale todo (deporte de combate), que nos cuidaba ahí.
Mientras él estaba almorzando, nosotros cogimos y salimos de la posada y acudimos a la ayuda de un pescador que estaba pescando, para que llamara a la policía federal y él nos preguntó si estábamos seguros de eso, le dijimos que sí. Entonces, él llamó, le explicamos que éramos cubanos, boxeadores que estábamos perdidos, y ellos llamaron a la policía y en 20 minutos estaba la policía con nosotros y cogieron al brasileño y lo metieron preso.
Julia Osendi.- ¿Cómo fue que se contactaron ustedes con estas personas afuera de la villa, ellos los llamaron a ustedes? ¿Con anterioridad ellos habían tratado de acercarse a ustedes, tenían algún tipo de número telefónico?
Erislandy Lara.- No, ellos tenían credenciales de la villa. En las credenciales de la villa tenían que eran periodistas, y al decirnos que eran cubanos y que eran periodistas, nosotros pensamos que era verdad y que querían ayudarnos y ya. Ellos nos llamaron por el nombre de nosotros, nos dijeron: "Lara y Rigondeaux", y nosotros dijimos: "¿Quién es este que nos conoce?". Y dice: "No, soy cubano, yo los conozco a ustedes porque son muy famosos", y nosotros pensamos, porque tenemos la costumbre, cada vez que viajamos, siempre hay un cubano que nos quiere ayudar y que nos lleva a comprar, y pensamos que él era uno de esos; pero nos dimos cuenta que él no era de esa gente, que él estaba buscando otro objetivo con nosotros.
Julia Osendi.- Lara, ¿en ningún momento ustedes trataron de contactar con los tres boxeadores quedados en Venezuela, que desertaron en Venezuela?
Erislandy Lara.- En ningún momento hablamos con ninguno de ellos, no sabíamos de ellos. Ellos nos dijeron que estaban allá, que tenían que ver con ellos, que eran de la misma empresa, que tenían que ver con ellos, que si nosotros nos íbamos podíamos ser cinco e íbamos a ser una potencia para Alemania en el boxeo y que íbamos a ganar mucho dinero, y les dijimos que no, que nosotros íbamos para Cuba, porque habíamos nacido en Cuba y somos una gente de la Revolución y que queríamos virar para Cuba.
Julia Osendi.- Precisamente, como boxeador hecho por la Revolución, que forma parte del pueblo cubano, ¿qué sienten ustedes al haber perdido esas dos medallas de oro que tanta falta le hacían a la delegación cubana, no haber estado en el pesaje, haber —hasta cierto punto, ¿no?— traicionado a ese equipo de boxeo, porque lo dejaron ahí, por una indisciplina, por lo que sea?
Erislandy Lara.- Bueno, yo en ese momento sentí, que no fui al pesaje, el alma se me cayó por el piso al no poder alcanzar mi medalla de oro panamericana, que era una medalla, y también al ver a mis compañeros que aparentemente estaban tranquilos, pero no, ellos estaban sufriendo la ida de nosotros, y también al ver al brasileño que es de mi peso, que cogió medalla de oro, y al americano, que he peleado con ellos unas cuantas veces y les he ganado, ver a esos hombres que quedaron campeones en esas divisiones sin yo estar ahí.
Julia Osendi.- ¿Qué le dices tú a ese pueblo de Cuba ahora?
Erislandy Lara.- Bueno, le digo al pueblo de Cuba que tenga confianza en nosotros, que nunca lo vamos a defraudar y que vamos a hacer todo lo posible para que todo nos salga bien y poder seguir en adelante en el boxeo y para ver si podemos —si Dios quiere— seguir con el triunfo, a ver si vamos a la olimpiada de Beijing.
Julia Osendi.- Erislandy, ¿tú no crees que has defraudado al pueblo ya?
Erislandy Lara.- No, yo no creo que haya defraudado al pueblo, porque si yo hubiese defraudado al pueblo, si yo hubiese traicionado al pueblo, no hubiese virado. Si hubiese traicionado a la patria, no hubiese virado, me hubiese ido de ahí mismo con ellos, y lo que hice, como soy un joven de 24 años, cualquiera tiene derecho a equivocarse, y nosotros nos equivocamos y ya estamos aquí, reflexionamos y estamos aquí con la patria.
Julia Osendi.- ¿Qué esperas a partir de ahora?
Erislandy Lara.- Espero a partir de ahora ser un buen atleta, como siempre he sido, y si Dios quiere, seguir siendo capitán de equipo y seguir teniendo mis resultados, frecuentemente, como siempre los he tenido.
Julia Osendi.- ¿Qué les dirías tú no solo a los boxeadores, sino a esos deportistas jóvenes que están en villas o que participan en campeonatos del mundo de cualquier deporte y que puedan vivir una lamentable situación como esta?
Erislandy Lara.- Bueno, yo les digo a esos atletas, no a los boxeadores solamente, a todos los atletas, que cuando se dice: No se puede salir a ningún lugar, no es porque es un capricho, es porque los entrenadores saben por qué lo dicen, para que no les pase lo mismo que nos pasó a nosotros, para que después no se arrepientan de lo que hayan hecho.
Julia Osendi.- Bueno, ya estamos en la parte en que los dos individuos estos chocan con ustedes, ustedes van a las tiendas, van a tomar, se toman el Red Bull, qué sé yo. Pasaron dos días, Erislandy, ¡dos días! Cuando ustedes ven que esos dos días pasaron, que ellos lo que hacen es retrasarles el pesaje de ustedes, o sea, confundirlos aún más, nárrame ese episodio.
Erislandy Lara.- Bueno, después que pasaron dos días nosotros nos sentimos muy mal, porque nos dimos cuenta de que ellos trataron de atrasarnos más para que nosotros no fuéramos al pesaje, y lo que hicieron fue confundirnos para que nosotros traicionáramos al equipo.
Julia Osendi.- ¿Y qué sintieron ustedes cuando no pudieron ir al pesaje; tú, que eres el capitán de ese equipo, de esos muchachos?
Erislandy Lara.- Bueno, yo sentí en ese momento como si me hubiesen enterrado un puñal en el pecho, al ver a mis compañeros compitiendo, no compitiendo como ellos compiten, sino compitiendo decaídos por la ausencia mía y de Guillermo.
Julia Osendi.- Erislandy, dime, después, cuándo ustedes llaman a la Policía Federal, ¿qué pasa con la policía? Cuando ellos vienen, ¿qué fue lo que te dijeron? ¿Cómo ustedes mantuvieron la decisión de virar?
Erislandy Lara.- Cuando nosotros llamamos a la Policía Federal, que nos van a recoger, ellos nos hacían hincapié en que si nosotros queríamos regresar a Cuba, que si estábamos seguros de regresar a Cuba, y nosotros les decíamos que sí, que queríamos regresar a Cuba. La Policía Federal nos decía que nos quedáramos en Brasil, que en Brasil íbamos a tener mucho más dinero que en Cuba, que íbamos a ser una personalidad en Brasil y que nos iban a hacer los pasaportes para que ya fuéramos oficialmente brasileños.
Julia Osendi.- ¿Y qué respondieron ustedes?
Erislandy Lara.- Que no, que queríamos virar para Cuba, así cueste lo que cueste, que íbamos a virar para Cuba.
Julia Osendi.- A unos cuantos días de ustedes haber tomado esa decisión, tanto la de no ir al pesaje como la de regresar a Cuba. ¿Qué siente Erislandy Lara? ¿Cómo se siente? ¿Piensas que traicionaste? ¿Piensas que no traicionaste, que eres un joven de 24 años, que se puede equivocar, pero que ha tomado ahora una decisión correcta?
Erislandy Lara.- Bueno, en ese momento yo pensé que traicioné a mis compañeros por no estar con ellos en el pesaje, y pienso que sí, que traicioné al equipo, y pienso que como soy un joven de 24 años tengo derecho a recapacitar y tengo derecho a ello. Nosotros tenemos derecho también a equivocarnos y a ver si se nos puede dar una oportunidad. Al pueblo de Cuba, que confíe en nosotros, que eso más nunca va a pasar por parte de nosotros.
Julia Osendi.- Bueno, una última pregunta.
En estos momentos son las 9:25 de la noche del día que regresaste a Cuba. ¿Qué sentimientos tienes aquí? ¿Dolor, arrepentimiento; dolor por haber traicionado, arrepentimiento por lo que hiciste, felicidad porque estás nuevamente entre los tuyos?
Erislandy Lara.- Bueno, voy a decir que tengo arrepentimiento, dolor y felicidad, porque estoy junto a mi patria, con mi familia y con el pueblo que me quiere a mí.
Julia Osendi.- Bueno, a la hora de hablar de boxeo en Cuba no se puede obviar el nombre de Guillermo Rigondeaux, que muchísimas veces hemos tenido la oportunidad de entrevistarlo y que ahora lo hacemos en una situación sui géneris, en una situación no acostumbrada.
¿Qué sucedió el día en que salieron de la villa, lamentablemente, cometiendo una indisciplina, desoyendo las orientaciones del mando de la delegación cubana? ¿Con quién se encontraron? ¿Ustedes conocían desde antes a esas personas? ¿Cómo fue ese encuentro?
Guillermo Rigondeaux.- Bueno, Julita, sí, el pueblo de Cuba está por saber qué pasó allí en Río. Yo peleé el día 20, a las 6:30 más o menos terminé el combate. Salimos para la calle Erislandy Lara y yo, fuimos a comprar un play-station, unas cositas y eso, y ahí nos encontramos a un alemán y a un cubano.
Julia Osendi.- ¿Eso fue de noche?
Guillermo Rigondeaux.- De noche, eran como las siete y un poquito. Salimos con ellos en un taxi, nos invitaron a tomar en un bar, empezamos a tomar con ellos ahí.
Julia Osendi.- ¿Ustedes salen así con cualquiera que los invite?
Guillermo Rigondeaux.- No. Lo que pasó fue que salimos, pero no pensábamos virar tan tarde, nos entretuvimos con ellos y se nos fueron las horas; porque teníamos que entrenar al otro día y Erislandy tenía que pelear por la discusión de la medalla de bronce, igual que yo también. Se nos fue el tiempo ahí, empezamos a comer, a tomar. Se nos fue el tiempo, pero nos dio miedo virar, porque ya no había tiempo a bajar de peso, íbamos a perder por la pesa, y eso se sabe que es tremenda sanción y tremenda deshonestidad por el equipo de Cuba. Nos dio miedo virar y seguimos con ellos. Por eso la policía no pudo encontrarnos, porque cambiábamos a distintos lugares, ¿no?, hoy estábamos aquí, por la madrugada salíamos para otro lugar, y la policía estaba concentrada en Río de Janeiro para los juegos. Fueron varios los lugares en que estuvimos. Estuvimos en la posada Dos amores, estuvimos en la posada Dos piratas, en varios lugares, y por último, ahí fue donde la policía... porque nosotros la llamamos, fue que la encontramos ahí.
Julia Osendi.- ¿Ustedes nunca mantuvieron, ya sea con esas personas o con otros, ningún intento de firmar un contrato? ¿No conocían a nadie de la mafia alemana esta del boxeo?
Guillermo Rigondeaux.- Ahí estaba el alemán —no recuerdo el nombre—, pero había un cubano también que era el que traducía. Después nos encontramos a dos brasileños. El alemán le decía al cubano que tradujera, le decía: "Diles a los muchachos que aquí hay una oferta..." No sé la cifra exacta, pero era bastante dinero el que estaban ofreciendo. Entonces parece que se cansaron de tanto insistir, que se fueron, ellos se fueron como dos días antes y nos dejaron con los dos brasileños de vale todo, Ricardo Arona y el otro no recuerdo el nombre ahora; pero eran dos. Ellos se fueron, los alemanes se fueron.
Julia Osendi.- ¿Ustedes no firmaron ningún contrato?
Guillermo Rigondeaux.- No, nosotros no firmamos ningún contrato, ellos nos estaban haciendo la propuesta, pero nosotros todo el tiempo: "No, nosotros nos queremos ir para Cuba". Pero ellos parece que se cansaron tanto que se fueron. Cuando llegaron al aeropuerto la Policía Federal los investigó, pero como no tenían ninguna carta firmada por ningún fiscal no los pudieron coger presos, se fueron, y entonces nos dejaron con los brasileños ahí. Los brasileños insistían: "Miren, no se vayan ya para Cuba, que cuando lleguen allá les espera una sanción grandísima". Y nosotros: "Compadre, nosotros queremos voltar para Cuba". "No, quédense aquí, que mira, qué sé yo, mañana los vamos a llevar; mañana sí, hoy no, mañana", iba pasando el tiempo, iba pasando el tiempo.
A nosotros nos daba más miedo todavía, porque ya la sanción iba aumentando; iba pasando el tiempo, iba pasando el tiempo. Dicen: "Mira, lo que les espera en Cuba... Mira, ahora mismo escribieron por Internet que ya ustedes son desertores de la patria". Y nosotros: "Compadre, nosotros así mismo queremos virar para Cuba".
Entonces, salieron los dueños de la posada cuando la policía llegó, porque nosotros la llamamos, porque había dos pescadores que estaban pescando ahí y les pedimos el número, qué sé yo, el 190; ellos llamaron a la Policía Federal y en 20 minutos estaban ahí. Nos llevaron para el pueblo, hablamos con el Comandante de la policía de ahí. Dice: "¿Ustedes quieren regresar para Cuba?". Y nosotros dijimos: "Sí, nosotros queremos regresar para Cuba". Y dice: "¿Ustedes saben lo que les espera en Cuba?". Y dijimos: "Nosotros estamos dispuestos... Ya, cometimos una indisciplina grave y ahora tenemos que pagar por la indisciplina que cometimos".
Se reunieron varios fiscales, todos nos decían lo mismo: "No se vayan para Cuba, que mira, que en Cuba les esperan grandes sanciones". Y nosotros: "Nosotros queremos regresar para Cuba".
Julia Osendi.- ¿Qué tú experimentas ahora, arrepentimiento, dolor, pesar por lo que hiciste, felicidad por estar aquí con la familia? ¿Qué tiene en la cabeza ahora Guillermo Rigondeaux?
Guillermo Rigondeaux.- Bueno, ahora me arrepiento; dolor, porque yo era una medalla de oro segura para el país, y el equipo estaba esperando por mí, ya que el equipo bajó un poquito con la ausencia de Erislandy Lara y la mía, que somos la nave proa, los que mantenemos siempre a los muchachos en guardia, y, entonces, me arrepiento ahora por eso, por no alcanzar mi título de Campeón Panamericano.
Julia Osendi.- ¿En algún momento ustedes llevaban los teléfonos de Yurioski Gamboa, de Yan Bartelemí, de Odlanier Solís? ¿Trataron de comunicar con ellos?
Guillermo Rigondeaux.- No, yo no tenía teléfono; pero ellos sí tenían todos esos teléfonos, ellos sí tenían todo...
Julia Osendi.- ¿El alemán y los brasileños?
Guillermo Rigondeaux.- Sí, ellos sí tenían todo eso. Ellos hablaban en su idioma, por eso nosotros no podemos decirte muy bien las demás cosas, porque hablaban en alemán.
Julia Osendi.- ¿Y en algún momento ellos les dijeron de ponerlos en comunicación a ustedes con ellos?
Guillermo Rigondeaux.- Sí, ellos estaban tratando eso; pero como nosotros lo que queríamos: "No, no nosotros nos vamos para Cuba". Ellos insistían tanto y nosotros: "Nos vamos para Cuba, nos vamos para Cuba". Ellos se fueron parece que un poco disgustados y nos dejaron los brasileños ahí, y se mantenían en contacto unos con otros.
Julia Osendi.- Rigondeaux, cuando tú viste que a ti se te iba la posibilidad del pesaje porque comiste, porque tomaste, porque hiciste lo que hiciste, ¿qué hicieron, por qué no decidieron virar a la villa en ese momento y afrontar lo mismo que han afrontado ahora? Ahora lo enfrentaron regresando a Cuba. ¿No era más fácil virar a la villa?
Guillermo Rigondeaux.- Sí, era más fácil, pero nos daba miedo, porque eso es una grave sanción, eso determina una gran sanción.
Julia Osendi.- ¿Y ahora no es más grave, Rigondeaux?
Guillermo Rigondeaux.- Sí, ahora es grave también. Nosotros estamos arrepentidos, estamos dispuestos a hacer lo que sea, porque ya no se puede virar para atrás, ya estamos en la patria, en la Revolución, y ese delito que cometimos hay que pagarlo.
Julia Osendi.- ¿Cómo te has sentido aquí a tu regreso? ¿Cómo ha estado la familia?
Guillermo Rigondeaux.- No, la familia está muy bien, aquí todo el mundo nos está apoyando, y todo el mundo nos pregunta: "¿Qué pasó?". Y tenemos que explicarle al pueblo, para que el pueblo conozca la realidad.
Julia Osendi.- ¿Cómo te has sentido acogido?
Guillermo Rigondeaux.- Bueno, me he sentido muy acogido, porque yo he tenido mi cadena de victorias invicto para la patria, la Revolución, y sigo siendo uno de los atletas de los más importantes en esta Revolución. Ahora me siento muy adolorido.
Julia Osendi.- ¿Te has sentido apoyado por las personas que te han recibido?
Guillermo Rigondeaux.- Sí, las personas que nos han recibido nos dan mucho apoyo y siempre nos dicen que siempre la verdad.
Julia Osendi.- ¿Tú crees que el boxeo cubano en sentido general siempre ha estado acosado, y en este momento más, por la mafia alemana?
Guillermo Rigondeaux.- Bueno, la mafia alemana..., esa gente está metida dondequiera, siempre están tratando de sobornar a un atleta, a otro, siempre te ofrecen; siempre están en todas partes.
Julia Osendi.- ¿Qué consejo tú les darías no solo a los boxeadores, sino a los deportistas jóvenes que van por primera vez a un evento, de este tipo múltiple, que tú sabes que están en villas? ¿Qué consejos tú les das, de que asimilen la disciplina —que no es por gusto— que establece la delegación cubana?
Guillermo Rigondeaux.- Bueno, la delegación establece una disciplina muy importante, eso no se puede desobedecer, porque ya mira lo que nos pasó a nosotros. Les digo que no se dejen llevar por nada, porque mira lo que nos pasó a nosotros por salir de la villa.
Julia Osendi.- Es increíble, Rigondeaux.
Rigondeaux, ¿tú te montaste en el taxi y te fuiste por ahí a tomar el refresco con el ron, el que sé yo, y perdieron la mente?
Guillermo Rigondeaux.- Nos asustamos más porque vimos la hora, ya habíamos comido, pero no había regreso atrás porque ya no podíamos bajar de peso, y nos daba más miedo, si virábamos, lo que iba a pasar, porque ya no podíamos pelear, íbamos a perder por la pesa.
Julia Osendi.- ¿Cómo ustedes comieron, porque estaban tomando?
Guillermo Rigondeaux.- No, ya comimos, porque nosotros estábamos bajando desde el día anterior de peso para discutir al otro día la medalla de bronce. Ya yo había peleado el día anterior, el día 20, y ya peleaba por la medalla de bronce.
Julia Osendi.- Sí, sí.
Explícame una cosa, ¿cuando tú acabaste la pelea, que le ganaste al puertorriqueño, ese día regresaron a la villa y ese mismo día fue el que salieron a comprar a las tiendas?
Guillermo Rigondeaux.- Ese mismo día fue que salimos, como a las seis y pico o las siete, más o menos, salimos.
Julia Osendi.- ¿Salieron a las tiendas?
Guillermo Rigondeaux.- Sí, porque las tiendas cierran tarde. Ellos nos dijeron: "No, los vamos a llevar a un lugar que es más barato". Nos llevamos por ellos, y empezamos a tomar, nos metimos en los cabarets y eso, y de ahí no viramos más para atrás, hasta ahora que regresamos a la patria.
Julia Osendi.- ¿Está arrepentido, Rigondeaux, de esa indisciplina grave cometida?
Guillermo Rigondeaux.- Esa es una indisciplina muy grave y estoy muy arrepentido. Y pienso que más me duele que no alcancé mi título de Campeón Panamericano, que yo soy uno de los atletas que más responsabilidad tengo en esta Revolución. Pienso que estoy muy arrepentido.
Julia Osendi.- ¿Qué espera ahora Guillermo Rigondeaux? ¿Qué crees que suceda? ¿A qué estás dispuesto?
Guillermo Rigondeaux.- Bueno, yo estoy dispuesto a cumplir todas las tareas que los máximos representantes digan, y estoy aquí en la patria, en la Revolución. Que cuente conmigo todo el pueblo de Cuba, que yo dentro y fuera del país siempre gano mi medalla de oro.
Julia Osendi.- Rigondeaux, cuando los alemanes se disgustan, que ellos ven que no hay posibilidades de comprarlos a ustedes, que se quedan allá solos en la playa, ¿qué fue lo que pasó, cómo ustedes logran acceder al pescador, cómo el pescador llama a la policía, qué les decía la policía?
Guillermo Rigondeaux.- Bueno, ellos se fueron como dos días antes y nos dejaron con los brasileños. Ellos fueron a almorzar y nosotros salimos y les preguntamos a los pescadores si sabían algún número de la Policía Federal, ellos llamaron al 190, y en 20 minutos ya los policías estaban ahí, y se quedaron los dos brasileños con nosotros. Ya, todo el mundo fue para la Policía Federal y ya allí todos los delegados, todo el mundo nos decía: "Miren, quédense aquí, no vayan para Cuba, que allá en Cuba los está esperando una gran sanción." Y nosotros: "No, nosotros queremos voltar para Cuba". "Oye, ¿seguro, ustedes están seguros de eso?" "No, nosotros sí estamos seguros". Y ya, todo el mundo nos hacía la misma pregunta.
Julia Osendi.- ¿Voltar, regresar?
Guillermo Rigondeaux.- Sí, regresar.
Julia Osendi.- Guillermo Rigondeaux, ¿cómo encontraste la familia, el niño está bien? ¿Cuántos muchachos tienes tú?
Guillermo Rigondeaux.- Tengo uno y un hijastro que es más grande, tiene 15 años.
Julia Osendi.- ¿Que lo crías tú también?
Guillermo Rigondeaux.- Sí, lo crie yo también. Y la familia, mi mamá, mi hermana, todo el mundo se encuentra bastante bien.
Julia Osendi, el 5 de agosto de 2007 (fuente Granma)
Erislandy Lara.- Bueno, le diré al pueblo de Cuba que el día que nosotros salimos, precisamente a comprar, salimos Rigondeaux y yo a comprar unas cosas, play-station, ropa para nosotros y para los niños de nosotros, y en el camino nos interceptó un cubano, que se llama Alexis y andaba con otro más, y mediante la caminata para las tiendas, en el taxi nos brindaron bebidas y nosotros no aceptamos; pero ya llegamos a la tienda, compramos los play-station y las cosas y después nos fuimos con él a un bar, y en el bar empezamos a tomar, y mediante la tomadera en el bar del Red Bull y la vodka que empezamos a tomar, y de ahí nos fuimos para otro lado, para un cabaret.
Julia Osendi.- O sea, mezclaron el Red Bull que es un refresco con bebida.
Erislandy Lara.- Sí, con bebida y ahí nos olvidamos. Nos sentíamos mal, mareados, y después ya ellos nos invitaron a chicas, mujeres, y nosotros, como peleábamos al otro día, teníamos miedo regresar a la villa, porque ya habíamos comido y teníamos miedo perder por la pesa, que eso en el boxeo es una sanción demasiado grave y nosotros decidimos irnos con ellos.
Julia Osendi.- Pero no es muy simple así, no es muy fácil el decir: "No voy a pesarme". O sea, ¿cómo ellos los llevan a ustedes a la convicción de que no pueden ir al pesaje porque se iban a pasar de peso? ¿Cómo es que ustedes van a comer, porque se marean con la bebida?
Erislandy Lara.- Sí, aparte de eso, nosotros ya nos sentíamos muy mal con la bebida, estábamos ya —como se dice— pasados de copa, nos sentíamos mal con la bebida. Estábamos tomados y con la comida teníamos miedo regresar y perder por la pesa, ya no había tiempo para hacer el peso. Nosotros decidimos irnos con ellos y ellos nos invitaron para un cabaret, nos buscaron mujeres y estábamos con ellos, y nos fuimos para una isla por allá, para una playa y en la playa ya, que nosotros estábamos ya tranquilos y más o menos recuperándonos, ellos empezaron a hacernos las ofertas a nosotros de que nos fuéramos a boxear profesional con Alemania, e incluso a mí me enseñaron una equis cantidad de dinero, como 100 000 euros, y yo le dije que no, que nosotros virábamos para Cuba, y seguían constantemente hablándonos sobre eso, que nosotros en Alemania íbamos a ser millonarios, que podíamos estar junto con los tres que se fueron en Venezuela. Nosotros les dijimos que no, que virábamos para Cuba, y ellos parece que se pusieron bravos y se fueron y nos dejaron con un brasileño que entrenaba vale todo (deporte de combate), que nos cuidaba ahí.
Mientras él estaba almorzando, nosotros cogimos y salimos de la posada y acudimos a la ayuda de un pescador que estaba pescando, para que llamara a la policía federal y él nos preguntó si estábamos seguros de eso, le dijimos que sí. Entonces, él llamó, le explicamos que éramos cubanos, boxeadores que estábamos perdidos, y ellos llamaron a la policía y en 20 minutos estaba la policía con nosotros y cogieron al brasileño y lo metieron preso.
Julia Osendi.- ¿Cómo fue que se contactaron ustedes con estas personas afuera de la villa, ellos los llamaron a ustedes? ¿Con anterioridad ellos habían tratado de acercarse a ustedes, tenían algún tipo de número telefónico?
Erislandy Lara.- No, ellos tenían credenciales de la villa. En las credenciales de la villa tenían que eran periodistas, y al decirnos que eran cubanos y que eran periodistas, nosotros pensamos que era verdad y que querían ayudarnos y ya. Ellos nos llamaron por el nombre de nosotros, nos dijeron: "Lara y Rigondeaux", y nosotros dijimos: "¿Quién es este que nos conoce?". Y dice: "No, soy cubano, yo los conozco a ustedes porque son muy famosos", y nosotros pensamos, porque tenemos la costumbre, cada vez que viajamos, siempre hay un cubano que nos quiere ayudar y que nos lleva a comprar, y pensamos que él era uno de esos; pero nos dimos cuenta que él no era de esa gente, que él estaba buscando otro objetivo con nosotros.
Julia Osendi.- Lara, ¿en ningún momento ustedes trataron de contactar con los tres boxeadores quedados en Venezuela, que desertaron en Venezuela?
Erislandy Lara.- En ningún momento hablamos con ninguno de ellos, no sabíamos de ellos. Ellos nos dijeron que estaban allá, que tenían que ver con ellos, que eran de la misma empresa, que tenían que ver con ellos, que si nosotros nos íbamos podíamos ser cinco e íbamos a ser una potencia para Alemania en el boxeo y que íbamos a ganar mucho dinero, y les dijimos que no, que nosotros íbamos para Cuba, porque habíamos nacido en Cuba y somos una gente de la Revolución y que queríamos virar para Cuba.
Julia Osendi.- Precisamente, como boxeador hecho por la Revolución, que forma parte del pueblo cubano, ¿qué sienten ustedes al haber perdido esas dos medallas de oro que tanta falta le hacían a la delegación cubana, no haber estado en el pesaje, haber —hasta cierto punto, ¿no?— traicionado a ese equipo de boxeo, porque lo dejaron ahí, por una indisciplina, por lo que sea?
Erislandy Lara.- Bueno, yo en ese momento sentí, que no fui al pesaje, el alma se me cayó por el piso al no poder alcanzar mi medalla de oro panamericana, que era una medalla, y también al ver a mis compañeros que aparentemente estaban tranquilos, pero no, ellos estaban sufriendo la ida de nosotros, y también al ver al brasileño que es de mi peso, que cogió medalla de oro, y al americano, que he peleado con ellos unas cuantas veces y les he ganado, ver a esos hombres que quedaron campeones en esas divisiones sin yo estar ahí.
Julia Osendi.- ¿Qué le dices tú a ese pueblo de Cuba ahora?
Erislandy Lara.- Bueno, le digo al pueblo de Cuba que tenga confianza en nosotros, que nunca lo vamos a defraudar y que vamos a hacer todo lo posible para que todo nos salga bien y poder seguir en adelante en el boxeo y para ver si podemos —si Dios quiere— seguir con el triunfo, a ver si vamos a la olimpiada de Beijing.
Julia Osendi.- Erislandy, ¿tú no crees que has defraudado al pueblo ya?
Erislandy Lara.- No, yo no creo que haya defraudado al pueblo, porque si yo hubiese defraudado al pueblo, si yo hubiese traicionado al pueblo, no hubiese virado. Si hubiese traicionado a la patria, no hubiese virado, me hubiese ido de ahí mismo con ellos, y lo que hice, como soy un joven de 24 años, cualquiera tiene derecho a equivocarse, y nosotros nos equivocamos y ya estamos aquí, reflexionamos y estamos aquí con la patria.
Julia Osendi.- ¿Qué esperas a partir de ahora?
Erislandy Lara.- Espero a partir de ahora ser un buen atleta, como siempre he sido, y si Dios quiere, seguir siendo capitán de equipo y seguir teniendo mis resultados, frecuentemente, como siempre los he tenido.
Julia Osendi.- ¿Qué les dirías tú no solo a los boxeadores, sino a esos deportistas jóvenes que están en villas o que participan en campeonatos del mundo de cualquier deporte y que puedan vivir una lamentable situación como esta?
Erislandy Lara.- Bueno, yo les digo a esos atletas, no a los boxeadores solamente, a todos los atletas, que cuando se dice: No se puede salir a ningún lugar, no es porque es un capricho, es porque los entrenadores saben por qué lo dicen, para que no les pase lo mismo que nos pasó a nosotros, para que después no se arrepientan de lo que hayan hecho.
Julia Osendi.- Bueno, ya estamos en la parte en que los dos individuos estos chocan con ustedes, ustedes van a las tiendas, van a tomar, se toman el Red Bull, qué sé yo. Pasaron dos días, Erislandy, ¡dos días! Cuando ustedes ven que esos dos días pasaron, que ellos lo que hacen es retrasarles el pesaje de ustedes, o sea, confundirlos aún más, nárrame ese episodio.
Erislandy Lara.- Bueno, después que pasaron dos días nosotros nos sentimos muy mal, porque nos dimos cuenta de que ellos trataron de atrasarnos más para que nosotros no fuéramos al pesaje, y lo que hicieron fue confundirnos para que nosotros traicionáramos al equipo.
Julia Osendi.- ¿Y qué sintieron ustedes cuando no pudieron ir al pesaje; tú, que eres el capitán de ese equipo, de esos muchachos?
Erislandy Lara.- Bueno, yo sentí en ese momento como si me hubiesen enterrado un puñal en el pecho, al ver a mis compañeros compitiendo, no compitiendo como ellos compiten, sino compitiendo decaídos por la ausencia mía y de Guillermo.
Julia Osendi.- Erislandy, dime, después, cuándo ustedes llaman a la Policía Federal, ¿qué pasa con la policía? Cuando ellos vienen, ¿qué fue lo que te dijeron? ¿Cómo ustedes mantuvieron la decisión de virar?
Erislandy Lara.- Cuando nosotros llamamos a la Policía Federal, que nos van a recoger, ellos nos hacían hincapié en que si nosotros queríamos regresar a Cuba, que si estábamos seguros de regresar a Cuba, y nosotros les decíamos que sí, que queríamos regresar a Cuba. La Policía Federal nos decía que nos quedáramos en Brasil, que en Brasil íbamos a tener mucho más dinero que en Cuba, que íbamos a ser una personalidad en Brasil y que nos iban a hacer los pasaportes para que ya fuéramos oficialmente brasileños.
Julia Osendi.- ¿Y qué respondieron ustedes?
Erislandy Lara.- Que no, que queríamos virar para Cuba, así cueste lo que cueste, que íbamos a virar para Cuba.
Julia Osendi.- A unos cuantos días de ustedes haber tomado esa decisión, tanto la de no ir al pesaje como la de regresar a Cuba. ¿Qué siente Erislandy Lara? ¿Cómo se siente? ¿Piensas que traicionaste? ¿Piensas que no traicionaste, que eres un joven de 24 años, que se puede equivocar, pero que ha tomado ahora una decisión correcta?
Erislandy Lara.- Bueno, en ese momento yo pensé que traicioné a mis compañeros por no estar con ellos en el pesaje, y pienso que sí, que traicioné al equipo, y pienso que como soy un joven de 24 años tengo derecho a recapacitar y tengo derecho a ello. Nosotros tenemos derecho también a equivocarnos y a ver si se nos puede dar una oportunidad. Al pueblo de Cuba, que confíe en nosotros, que eso más nunca va a pasar por parte de nosotros.
Julia Osendi.- Bueno, una última pregunta.
En estos momentos son las 9:25 de la noche del día que regresaste a Cuba. ¿Qué sentimientos tienes aquí? ¿Dolor, arrepentimiento; dolor por haber traicionado, arrepentimiento por lo que hiciste, felicidad porque estás nuevamente entre los tuyos?
Erislandy Lara.- Bueno, voy a decir que tengo arrepentimiento, dolor y felicidad, porque estoy junto a mi patria, con mi familia y con el pueblo que me quiere a mí.
Julia Osendi.- Bueno, a la hora de hablar de boxeo en Cuba no se puede obviar el nombre de Guillermo Rigondeaux, que muchísimas veces hemos tenido la oportunidad de entrevistarlo y que ahora lo hacemos en una situación sui géneris, en una situación no acostumbrada.
¿Qué sucedió el día en que salieron de la villa, lamentablemente, cometiendo una indisciplina, desoyendo las orientaciones del mando de la delegación cubana? ¿Con quién se encontraron? ¿Ustedes conocían desde antes a esas personas? ¿Cómo fue ese encuentro?
Guillermo Rigondeaux.- Bueno, Julita, sí, el pueblo de Cuba está por saber qué pasó allí en Río. Yo peleé el día 20, a las 6:30 más o menos terminé el combate. Salimos para la calle Erislandy Lara y yo, fuimos a comprar un play-station, unas cositas y eso, y ahí nos encontramos a un alemán y a un cubano.
Julia Osendi.- ¿Eso fue de noche?
Guillermo Rigondeaux.- De noche, eran como las siete y un poquito. Salimos con ellos en un taxi, nos invitaron a tomar en un bar, empezamos a tomar con ellos ahí.
Julia Osendi.- ¿Ustedes salen así con cualquiera que los invite?
Guillermo Rigondeaux.- No. Lo que pasó fue que salimos, pero no pensábamos virar tan tarde, nos entretuvimos con ellos y se nos fueron las horas; porque teníamos que entrenar al otro día y Erislandy tenía que pelear por la discusión de la medalla de bronce, igual que yo también. Se nos fue el tiempo ahí, empezamos a comer, a tomar. Se nos fue el tiempo, pero nos dio miedo virar, porque ya no había tiempo a bajar de peso, íbamos a perder por la pesa, y eso se sabe que es tremenda sanción y tremenda deshonestidad por el equipo de Cuba. Nos dio miedo virar y seguimos con ellos. Por eso la policía no pudo encontrarnos, porque cambiábamos a distintos lugares, ¿no?, hoy estábamos aquí, por la madrugada salíamos para otro lugar, y la policía estaba concentrada en Río de Janeiro para los juegos. Fueron varios los lugares en que estuvimos. Estuvimos en la posada Dos amores, estuvimos en la posada Dos piratas, en varios lugares, y por último, ahí fue donde la policía... porque nosotros la llamamos, fue que la encontramos ahí.
Julia Osendi.- ¿Ustedes nunca mantuvieron, ya sea con esas personas o con otros, ningún intento de firmar un contrato? ¿No conocían a nadie de la mafia alemana esta del boxeo?
Guillermo Rigondeaux.- Ahí estaba el alemán —no recuerdo el nombre—, pero había un cubano también que era el que traducía. Después nos encontramos a dos brasileños. El alemán le decía al cubano que tradujera, le decía: "Diles a los muchachos que aquí hay una oferta..." No sé la cifra exacta, pero era bastante dinero el que estaban ofreciendo. Entonces parece que se cansaron de tanto insistir, que se fueron, ellos se fueron como dos días antes y nos dejaron con los dos brasileños de vale todo, Ricardo Arona y el otro no recuerdo el nombre ahora; pero eran dos. Ellos se fueron, los alemanes se fueron.
Julia Osendi.- ¿Ustedes no firmaron ningún contrato?
Guillermo Rigondeaux.- No, nosotros no firmamos ningún contrato, ellos nos estaban haciendo la propuesta, pero nosotros todo el tiempo: "No, nosotros nos queremos ir para Cuba". Pero ellos parece que se cansaron tanto que se fueron. Cuando llegaron al aeropuerto la Policía Federal los investigó, pero como no tenían ninguna carta firmada por ningún fiscal no los pudieron coger presos, se fueron, y entonces nos dejaron con los brasileños ahí. Los brasileños insistían: "Miren, no se vayan ya para Cuba, que cuando lleguen allá les espera una sanción grandísima". Y nosotros: "Compadre, nosotros queremos voltar para Cuba". "No, quédense aquí, que mira, qué sé yo, mañana los vamos a llevar; mañana sí, hoy no, mañana", iba pasando el tiempo, iba pasando el tiempo.
A nosotros nos daba más miedo todavía, porque ya la sanción iba aumentando; iba pasando el tiempo, iba pasando el tiempo. Dicen: "Mira, lo que les espera en Cuba... Mira, ahora mismo escribieron por Internet que ya ustedes son desertores de la patria". Y nosotros: "Compadre, nosotros así mismo queremos virar para Cuba".
Entonces, salieron los dueños de la posada cuando la policía llegó, porque nosotros la llamamos, porque había dos pescadores que estaban pescando ahí y les pedimos el número, qué sé yo, el 190; ellos llamaron a la Policía Federal y en 20 minutos estaban ahí. Nos llevaron para el pueblo, hablamos con el Comandante de la policía de ahí. Dice: "¿Ustedes quieren regresar para Cuba?". Y nosotros dijimos: "Sí, nosotros queremos regresar para Cuba". Y dice: "¿Ustedes saben lo que les espera en Cuba?". Y dijimos: "Nosotros estamos dispuestos... Ya, cometimos una indisciplina grave y ahora tenemos que pagar por la indisciplina que cometimos".
Se reunieron varios fiscales, todos nos decían lo mismo: "No se vayan para Cuba, que mira, que en Cuba les esperan grandes sanciones". Y nosotros: "Nosotros queremos regresar para Cuba".
Julia Osendi.- ¿Qué tú experimentas ahora, arrepentimiento, dolor, pesar por lo que hiciste, felicidad por estar aquí con la familia? ¿Qué tiene en la cabeza ahora Guillermo Rigondeaux?
Guillermo Rigondeaux.- Bueno, ahora me arrepiento; dolor, porque yo era una medalla de oro segura para el país, y el equipo estaba esperando por mí, ya que el equipo bajó un poquito con la ausencia de Erislandy Lara y la mía, que somos la nave proa, los que mantenemos siempre a los muchachos en guardia, y, entonces, me arrepiento ahora por eso, por no alcanzar mi título de Campeón Panamericano.
Julia Osendi.- ¿En algún momento ustedes llevaban los teléfonos de Yurioski Gamboa, de Yan Bartelemí, de Odlanier Solís? ¿Trataron de comunicar con ellos?
Guillermo Rigondeaux.- No, yo no tenía teléfono; pero ellos sí tenían todos esos teléfonos, ellos sí tenían todo...
Julia Osendi.- ¿El alemán y los brasileños?
Guillermo Rigondeaux.- Sí, ellos sí tenían todo eso. Ellos hablaban en su idioma, por eso nosotros no podemos decirte muy bien las demás cosas, porque hablaban en alemán.
Julia Osendi.- ¿Y en algún momento ellos les dijeron de ponerlos en comunicación a ustedes con ellos?
Guillermo Rigondeaux.- Sí, ellos estaban tratando eso; pero como nosotros lo que queríamos: "No, no nosotros nos vamos para Cuba". Ellos insistían tanto y nosotros: "Nos vamos para Cuba, nos vamos para Cuba". Ellos se fueron parece que un poco disgustados y nos dejaron los brasileños ahí, y se mantenían en contacto unos con otros.
Julia Osendi.- Rigondeaux, cuando tú viste que a ti se te iba la posibilidad del pesaje porque comiste, porque tomaste, porque hiciste lo que hiciste, ¿qué hicieron, por qué no decidieron virar a la villa en ese momento y afrontar lo mismo que han afrontado ahora? Ahora lo enfrentaron regresando a Cuba. ¿No era más fácil virar a la villa?
Guillermo Rigondeaux.- Sí, era más fácil, pero nos daba miedo, porque eso es una grave sanción, eso determina una gran sanción.
Julia Osendi.- ¿Y ahora no es más grave, Rigondeaux?
Guillermo Rigondeaux.- Sí, ahora es grave también. Nosotros estamos arrepentidos, estamos dispuestos a hacer lo que sea, porque ya no se puede virar para atrás, ya estamos en la patria, en la Revolución, y ese delito que cometimos hay que pagarlo.
Julia Osendi.- ¿Cómo te has sentido aquí a tu regreso? ¿Cómo ha estado la familia?
Guillermo Rigondeaux.- No, la familia está muy bien, aquí todo el mundo nos está apoyando, y todo el mundo nos pregunta: "¿Qué pasó?". Y tenemos que explicarle al pueblo, para que el pueblo conozca la realidad.
Julia Osendi.- ¿Cómo te has sentido acogido?
Guillermo Rigondeaux.- Bueno, me he sentido muy acogido, porque yo he tenido mi cadena de victorias invicto para la patria, la Revolución, y sigo siendo uno de los atletas de los más importantes en esta Revolución. Ahora me siento muy adolorido.
Julia Osendi.- ¿Te has sentido apoyado por las personas que te han recibido?
Guillermo Rigondeaux.- Sí, las personas que nos han recibido nos dan mucho apoyo y siempre nos dicen que siempre la verdad.
Julia Osendi.- ¿Tú crees que el boxeo cubano en sentido general siempre ha estado acosado, y en este momento más, por la mafia alemana?
Guillermo Rigondeaux.- Bueno, la mafia alemana..., esa gente está metida dondequiera, siempre están tratando de sobornar a un atleta, a otro, siempre te ofrecen; siempre están en todas partes.
Julia Osendi.- ¿Qué consejo tú les darías no solo a los boxeadores, sino a los deportistas jóvenes que van por primera vez a un evento, de este tipo múltiple, que tú sabes que están en villas? ¿Qué consejos tú les das, de que asimilen la disciplina —que no es por gusto— que establece la delegación cubana?
Guillermo Rigondeaux.- Bueno, la delegación establece una disciplina muy importante, eso no se puede desobedecer, porque ya mira lo que nos pasó a nosotros. Les digo que no se dejen llevar por nada, porque mira lo que nos pasó a nosotros por salir de la villa.
Julia Osendi.- Es increíble, Rigondeaux.
Rigondeaux, ¿tú te montaste en el taxi y te fuiste por ahí a tomar el refresco con el ron, el que sé yo, y perdieron la mente?
Guillermo Rigondeaux.- Nos asustamos más porque vimos la hora, ya habíamos comido, pero no había regreso atrás porque ya no podíamos bajar de peso, y nos daba más miedo, si virábamos, lo que iba a pasar, porque ya no podíamos pelear, íbamos a perder por la pesa.
Julia Osendi.- ¿Cómo ustedes comieron, porque estaban tomando?
Guillermo Rigondeaux.- No, ya comimos, porque nosotros estábamos bajando desde el día anterior de peso para discutir al otro día la medalla de bronce. Ya yo había peleado el día anterior, el día 20, y ya peleaba por la medalla de bronce.
Julia Osendi.- Sí, sí.
Explícame una cosa, ¿cuando tú acabaste la pelea, que le ganaste al puertorriqueño, ese día regresaron a la villa y ese mismo día fue el que salieron a comprar a las tiendas?
Guillermo Rigondeaux.- Ese mismo día fue que salimos, como a las seis y pico o las siete, más o menos, salimos.
Julia Osendi.- ¿Salieron a las tiendas?
Guillermo Rigondeaux.- Sí, porque las tiendas cierran tarde. Ellos nos dijeron: "No, los vamos a llevar a un lugar que es más barato". Nos llevamos por ellos, y empezamos a tomar, nos metimos en los cabarets y eso, y de ahí no viramos más para atrás, hasta ahora que regresamos a la patria.
Julia Osendi.- ¿Está arrepentido, Rigondeaux, de esa indisciplina grave cometida?
Guillermo Rigondeaux.- Esa es una indisciplina muy grave y estoy muy arrepentido. Y pienso que más me duele que no alcancé mi título de Campeón Panamericano, que yo soy uno de los atletas que más responsabilidad tengo en esta Revolución. Pienso que estoy muy arrepentido.
Julia Osendi.- ¿Qué espera ahora Guillermo Rigondeaux? ¿Qué crees que suceda? ¿A qué estás dispuesto?
Guillermo Rigondeaux.- Bueno, yo estoy dispuesto a cumplir todas las tareas que los máximos representantes digan, y estoy aquí en la patria, en la Revolución. Que cuente conmigo todo el pueblo de Cuba, que yo dentro y fuera del país siempre gano mi medalla de oro.
Julia Osendi.- Rigondeaux, cuando los alemanes se disgustan, que ellos ven que no hay posibilidades de comprarlos a ustedes, que se quedan allá solos en la playa, ¿qué fue lo que pasó, cómo ustedes logran acceder al pescador, cómo el pescador llama a la policía, qué les decía la policía?
Guillermo Rigondeaux.- Bueno, ellos se fueron como dos días antes y nos dejaron con los brasileños. Ellos fueron a almorzar y nosotros salimos y les preguntamos a los pescadores si sabían algún número de la Policía Federal, ellos llamaron al 190, y en 20 minutos ya los policías estaban ahí, y se quedaron los dos brasileños con nosotros. Ya, todo el mundo fue para la Policía Federal y ya allí todos los delegados, todo el mundo nos decía: "Miren, quédense aquí, no vayan para Cuba, que allá en Cuba los está esperando una gran sanción." Y nosotros: "No, nosotros queremos voltar para Cuba". "Oye, ¿seguro, ustedes están seguros de eso?" "No, nosotros sí estamos seguros". Y ya, todo el mundo nos hacía la misma pregunta.
Julia Osendi.- ¿Voltar, regresar?
Guillermo Rigondeaux.- Sí, regresar.
Julia Osendi.- Guillermo Rigondeaux, ¿cómo encontraste la familia, el niño está bien? ¿Cuántos muchachos tienes tú?
Guillermo Rigondeaux.- Tengo uno y un hijastro que es más grande, tiene 15 años.
Julia Osendi.- ¿Que lo crías tú también?
Guillermo Rigondeaux.- Sí, lo crie yo también. Y la familia, mi mamá, mi hermana, todo el mundo se encuentra bastante bien.
Julia Osendi, el 5 de agosto de 2007 (fuente Granma)
'Codesarrollo', subterfugio de migración económica mundial
Analistas cubanos desmantelaron hoy en mesa redonda informativa las verdaderas claves del 'codesarrollo' como subterfugio de la migración económica mundial.
La doctora María Elena Álvarez, profesora del Instituto Superior de Relaciones Internacionales, precisó que la cifra de inmigrantes se estima ascienda a 200 millones, más del doble que la calculada en 1970.
Significaron los analistas la feminización de ese fenómeno en América Latina, ya que las mujeres, principal soporte económico de sus hogares, constituyen mayoría entre los 25 millones de personas de la región que salen en busca de mejores mercados laborales.
En el espacio radiotelevisado se denunció el tráfico humano, la explotación del trabajo infantil en condiciones de esclavitud y, sobre todo, el comercio sexual con niñas.
Lázaro Barredo, director del diario Granma, comentó la situación de los millones de refugiados palestinos, iraquíes y afganos, como consecuencia de las guerras financiadas por la Casa Blanca y los desplazados por los cambios climáticos que ocurren en el planeta, manifiestos en fenómenos naturales extremos.
También se refirieron a la situación de vulnerabilidad en que se encuentran los inmigrantes y las frecuentes violaciones de sus derechos humanos fundamentales en la mayor parte de los países de destino, como resultado de la desprotección y su situación irregular.
A pesar de que son más de 900 mil los detenidos anualmente en EE.UU. por concepto de inmigración ilegal procedentes de México, son varias decenas de miles los centroamericanos que arriesgan sus vidas cruzando la frontera Sur de ese país.
La doctora Álvarez precisó que las remesas son el beneficio más inmediato y palpable de la migración internacional, y además de manera creciente, ya que en la última década alcanzan los 232 mil millones de dólares en el 2005, según cifras del Banco Mundial.
Agregó que este dinero supone un gran aporte de recursos en muchos países, como México, pero lo cierto es que NO sustenta su economía.
Según un informe del Banco Mundial, ocho de cada 10 haitianos y jamaicanos con títulos universitarios viven en el extranjero.
Apuntaron los panelistas que varias naciones desarrolladas encabezan el robo de talentos, entre las que figuran Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Inglaterra y Noruega.
En la Mesa Redonda los analistas subrayaron que la falta de oportunidades y la creciente pobreza han convertido al fenómeno de la emigración en una solución para más de 400 mil centroamericanos que, cada año, abandonan su país, principalmente rumbo a EE.UU., en busca de mejoras.
La realidad demuestra que mil 200 millones de personas viven con menos de un dólar diario, 828 millones van a dormir con hambre, 114 millones de niños en edad escolar NO van a la escuela, 11 millones de menores mueren anualmente por causas evitables.
Estos seres humanos, en su mayoría, NO emigran porque los pobres carecen de ese derecho de movilidad.
También pusieron sobre el tapete la cifra demoledora de 24 mil profesionales latinoamericanos que emigraron en 2005 hacia los países altamente desarrollados, cifra que significó para los primeros la pérdida de cinco mil millones de dólares por concepto de educación y preparación de ese capital.
La doctora María Elena Álvarez, profesora del Instituto Superior de Relaciones Internacionales, precisó que la cifra de inmigrantes se estima ascienda a 200 millones, más del doble que la calculada en 1970.
Significaron los analistas la feminización de ese fenómeno en América Latina, ya que las mujeres, principal soporte económico de sus hogares, constituyen mayoría entre los 25 millones de personas de la región que salen en busca de mejores mercados laborales.
En el espacio radiotelevisado se denunció el tráfico humano, la explotación del trabajo infantil en condiciones de esclavitud y, sobre todo, el comercio sexual con niñas.
Lázaro Barredo, director del diario Granma, comentó la situación de los millones de refugiados palestinos, iraquíes y afganos, como consecuencia de las guerras financiadas por la Casa Blanca y los desplazados por los cambios climáticos que ocurren en el planeta, manifiestos en fenómenos naturales extremos.
También se refirieron a la situación de vulnerabilidad en que se encuentran los inmigrantes y las frecuentes violaciones de sus derechos humanos fundamentales en la mayor parte de los países de destino, como resultado de la desprotección y su situación irregular.
A pesar de que son más de 900 mil los detenidos anualmente en EE.UU. por concepto de inmigración ilegal procedentes de México, son varias decenas de miles los centroamericanos que arriesgan sus vidas cruzando la frontera Sur de ese país.
La doctora Álvarez precisó que las remesas son el beneficio más inmediato y palpable de la migración internacional, y además de manera creciente, ya que en la última década alcanzan los 232 mil millones de dólares en el 2005, según cifras del Banco Mundial.
Agregó que este dinero supone un gran aporte de recursos en muchos países, como México, pero lo cierto es que NO sustenta su economía.
Según un informe del Banco Mundial, ocho de cada 10 haitianos y jamaicanos con títulos universitarios viven en el extranjero.
Apuntaron los panelistas que varias naciones desarrolladas encabezan el robo de talentos, entre las que figuran Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Inglaterra y Noruega.
En la Mesa Redonda los analistas subrayaron que la falta de oportunidades y la creciente pobreza han convertido al fenómeno de la emigración en una solución para más de 400 mil centroamericanos que, cada año, abandonan su país, principalmente rumbo a EE.UU., en busca de mejoras.
La realidad demuestra que mil 200 millones de personas viven con menos de un dólar diario, 828 millones van a dormir con hambre, 114 millones de niños en edad escolar NO van a la escuela, 11 millones de menores mueren anualmente por causas evitables.
Estos seres humanos, en su mayoría, NO emigran porque los pobres carecen de ese derecho de movilidad.
También pusieron sobre el tapete la cifra demoledora de 24 mil profesionales latinoamericanos que emigraron en 2005 hacia los países altamente desarrollados, cifra que significó para los primeros la pérdida de cinco mil millones de dólares por concepto de educación y preparación de ese capital.
Wednesday, August 08, 2007
La constancia escrita
Suceden muchos acontecimientos en el mundo de gran importancia. Algunos se relacionan con Cuba. A nuestro país llegan a veces noticias de mucho más interés que una sencilla reflexión mía con el propósito de crear conciencia.
La entrevista de Gerardo Hernández Nordelo, uno de nuestros Cinco Héroes, con la BBC divulgada ayer por la televisión, qué tremendo impacto me produjo, qué contenido humano, profundidad, brillantez, algo que solo puede surgir de una mente que ha sufrido 9 años de injusta tortura psíquica. Por favor rogamos que la Mesa Redonda nos siga informando sobre el histórico proceso relacionado con el destino de los heroicos compatriotas.
En Brasil, mientras tanto, la prensa sigue buscando noticias e informando sobre las actividades realizadas por los dos boxeadores después que, rompiendo el rigor de las normas, se ausentaron del alojamiento de la delegación cubana.
Un cable de EFE fechado en Río de Janeiro el 3 de agosto, informa:
"Tras ser sorprendidos el jueves en un balneario en el norte del litoral de Río de Janeiro, en donde pasaron varios días al lado de un empresario cubano y de otro alemán, así como de tres prostitutas, los boxeadores fueron conducidos en la madrugada de hoy a un hotel, en donde han sido custodiados por agentes de la Policía Federal.
"Rigondeaux y Lara fueron retenidos el jueves en el balneario de Araruama por agentes de la Policía Militar de Río de Janeiro. En sus declaraciones ante la Policía Federal, los dos boxeadores dijeron que, arrepentidos, desean regresar a Cuba, y que supuestamente fueron víctimas de un golpe, para lo cual fueron dopados por los empresarios antes de ser retirados de la Villa Panamericana. Los atletas rechazaron la ayuda de dos abogados que se presentaron en la sede de la Policía Federal y que insistieron en representarlos.
"Los dos cubanos, sin embargo, fueron vistos en diferentes balnearios en el litoral norte de Río de Janeiro en total libertad y disfrutando de las comodidades de posadas, fiestas regadas con bebidas alcohólicas y mujeres. Según dueños de posadas en el balneario de Saquarema consultados por O Globo, los dos boxeadores, junto a los empresarios cubano y alemán, pasaron varios días en esa ciudad antes de viajar a Araruama en la compañía de tres prostitutas contratadas en Río de Janeiro. ‘Ellos son buenas personas, nos trataron como si fuésemos sus novias y hasta dijeron que van a sentir nuestra falta’, dijo una de las mujeres, que admitió haber recibido cerca de 100 dólares por día, en declaraciones a O Globo."
Son detalles desagradables pero esenciales y no puedo usar términos diferentes a los incluidos por la agencia cablegráfica en su despacho. Imagino que los propios boxeadores informaron sobre esto a los familiares adultos más cercanos.
Ayer lunes 6 otro cable de la misma agencia afirmaba:
"La policía brasileña dijo confiar en la versión de los dos boxeadores cubanos deportados a su país tras haber desaparecido durante los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro en el sentido de que fueron dopados y engañados por dos empresarios que querían llevarlos a Alemania.
"‘Confiamos en lo que nos dijeron y consideramos su versión factible y probable’, declaró hoy a EFE el comisario de Policía Federal Felicio Latera, responsable de la investigación."
"‘La Policía Federal brasileña no está investigando la supuesta deserción de los dos cubanos, está investigando a los empresarios que intentaron llevárselos’, afirmó el comisario."
Con esa misma fecha y en el mismo cable la agencia EFE informó:
"En una entrevista con un diario brasileño, el empresario alemán Ahmet Öner, promotor de cuatro boxeadores cubanos ya refugiados en Alemania, admitió que organizó la fuga de Rigondeaux y de Lara, por la que dijo haber pagado cerca de medio millón de dólares."
No dudamos, por nuestra parte, que la Policía Federal creyó en el arrepentimiento de los dos atletas. La misión de dicha institución era gestionar con el consulado cubano la documentación que le solicitaban con apremio los boxeadores y explicar lo sucedido con ellos después de 12 días de ausencia.
Para la inmensa mayoría de nuestro pueblo lo esencial es conocer cuál fue el comportamiento moral de los atletas, que con tanto sacrificio los educa y forma.
La mayor responsabilidad, a mi juicio, corresponde a Erislandy Lara, quien era el capitán del Equipo de Boxeo, y aun así incumple normas y va a parar directamente a las manos de los mercenarios. Tiene 24 años y es estudiante universitario de Educación Física y Deportes. Los dos boxeadores ignoran la influencia en sus conductas de las estrechas relaciones de amistad que sostenían con los tres boxeadores sobornados en Venezuela, aunque seguramente desconocían la indiscreción verborreica con que el dueño de la empresa mafiosa hablaría después que ellos dejaron de asistir al pesaje.
Los dos atletas se mostraron reacios a conversar con la prensa. Un periodista de Granma, Miguel Hernández, los esperó en el aeropuerto y habló con ellos sobre el tema. Estaba luego decepcionado con las respuestas cuando trató de escribir un artículo convincente de la sinceridad de los boxeadores.
Julita Osendi, reportera de televisión y bien informada de los Juegos Panamericanos de Río, solicitó visitarlos y se esforzó por persuadirlos de que conversaran con toda franqueza. Fueron más abiertos y le contaron algunos detalles adicionales sobre su insólita aventura, pero el resultado final fue igual.
Al compañero Fernández, Vicepresidente del Consejo de Ministros que atiende entre otros organismos al INDER, le pedí me enviase una transcripción de la entrevista de Osendi con Erislandy Lara y Guillermo Rigondeaux. No bastaba la imagen, deseaba analizar cada pregunta y cada respuesta. Lo escrito ocupa dos veces el espacio de esta reflexión.
Le pediré a Granma que la publique en la página deportiva o en otro espacio, para dejar constancia escrita de la conversación.
Muchos países pobres no tienen problemas con el profesionalismo, pero también en ellos numerosas personas mueren prematuramente o sufren enfermedades invalidantes por falta de ejercicios. Esa tragedia la padecen también los países ricos desarrollados por insuficiencias en su podrido sistema y el espíritu mercantilista de sus servicios médicos.
El atleta que abandona su delegación es como el soldado que abandona a sus compañeros en medio del combate. Cuba dispone de muchos buenos deportistas pero no se los ha robado a nadie. El pueblo disfruta además de sus maravillosas actuaciones. Es ya parte de su cultura, su bienestar y su riqueza espiritual.
La Revolución ha cumplido su palabra. Prometió darles un trato humano a los dos atletas, reunirlos de inmediato con sus familiares, brindarles acceso a la prensa si lo deseaban, y asignarles un trabajo decoroso de acuerdo con sus conocimientos. Hemos atendido igualmente con esmero su estado de salud, como hacemos con todos los ciudadanos.
Era indispensable, por elemental justicia, escucharlos, conocer el grado de arrepentimiento que alegaban al verse envueltos en tan doloroso episodio.
Hemos puesto a disposición de nuestro pueblo los elementos de juicio que pudimos reunir. Ya ellos desean marcharse con sus familiares. Llegaron a un punto sin retorno como parte de una delegación cubana en ese deporte.
Nosotros, en cambio, debemos continuar la lucha. Ha llegado nada menos que el momento de constituir la lista de boxeadores cubanos que participarán en las Olimpiadas de Beijing, con casi un año de anticipación. Primero deben viajar a Estados Unidos para participar en el Campeonato Mundial, uno de los tres eventos clasificatorios a los Juegos Olímpicos. Imagínense a los tiburones de la mafia demandando carne fresca.
Algo debemos advertirles: no estamos ansiosos de suministrarla a domicilio. Cuba no sacrificará un ápice de su honor y sus ideas por medallas de oro olímpicas; prevalecerán por encima de todo la moral y el patriotismo de sus atletas. Sabemos que en el boxeo el tamaño del ring y los guantes se han modificado para afectar a nuestro país que tantas medallas obtiene en ese deporte, hasta lograr que el boxeo profesional se incluya también en las Olimpiadas.
Las autoridades deportivas están analizando todas las variantes posibles, incluyendo cambiar la lista de boxeadores o no enviar delegación alguna, a pesar de los castigos que nos esperen. Estudian igualmente estrategias y tácticas a seguir.
Mantendremos nuestra política de principios, aunque el mundo se adentre cada vez más en el profesionalismo, y como en los tiempos de Kid Chocolate —un verdadero genio—, no exista una medalla para el deporte sano y solo se conciba un deporte que ponga precio a lanzar pelotas imbateables, conectar jonrones y repartir y recibir piñazos sin protección alguna. A una época como aquella jamás volveremos.
El deporte sano es incompatible con el consumismo y el derroche, que está en la raíz de la actual e irreversible crisis económica y social del mundo globalizado.
Fidel Castro Ruz, 7 de agosto del 2007, 8:25 p.m. (fuente Granma)
La entrevista de Gerardo Hernández Nordelo, uno de nuestros Cinco Héroes, con la BBC divulgada ayer por la televisión, qué tremendo impacto me produjo, qué contenido humano, profundidad, brillantez, algo que solo puede surgir de una mente que ha sufrido 9 años de injusta tortura psíquica. Por favor rogamos que la Mesa Redonda nos siga informando sobre el histórico proceso relacionado con el destino de los heroicos compatriotas.
En Brasil, mientras tanto, la prensa sigue buscando noticias e informando sobre las actividades realizadas por los dos boxeadores después que, rompiendo el rigor de las normas, se ausentaron del alojamiento de la delegación cubana.
Un cable de EFE fechado en Río de Janeiro el 3 de agosto, informa:
"Tras ser sorprendidos el jueves en un balneario en el norte del litoral de Río de Janeiro, en donde pasaron varios días al lado de un empresario cubano y de otro alemán, así como de tres prostitutas, los boxeadores fueron conducidos en la madrugada de hoy a un hotel, en donde han sido custodiados por agentes de la Policía Federal.
"Rigondeaux y Lara fueron retenidos el jueves en el balneario de Araruama por agentes de la Policía Militar de Río de Janeiro. En sus declaraciones ante la Policía Federal, los dos boxeadores dijeron que, arrepentidos, desean regresar a Cuba, y que supuestamente fueron víctimas de un golpe, para lo cual fueron dopados por los empresarios antes de ser retirados de la Villa Panamericana. Los atletas rechazaron la ayuda de dos abogados que se presentaron en la sede de la Policía Federal y que insistieron en representarlos.
"Los dos cubanos, sin embargo, fueron vistos en diferentes balnearios en el litoral norte de Río de Janeiro en total libertad y disfrutando de las comodidades de posadas, fiestas regadas con bebidas alcohólicas y mujeres. Según dueños de posadas en el balneario de Saquarema consultados por O Globo, los dos boxeadores, junto a los empresarios cubano y alemán, pasaron varios días en esa ciudad antes de viajar a Araruama en la compañía de tres prostitutas contratadas en Río de Janeiro. ‘Ellos son buenas personas, nos trataron como si fuésemos sus novias y hasta dijeron que van a sentir nuestra falta’, dijo una de las mujeres, que admitió haber recibido cerca de 100 dólares por día, en declaraciones a O Globo."
Son detalles desagradables pero esenciales y no puedo usar términos diferentes a los incluidos por la agencia cablegráfica en su despacho. Imagino que los propios boxeadores informaron sobre esto a los familiares adultos más cercanos.
Ayer lunes 6 otro cable de la misma agencia afirmaba:
"La policía brasileña dijo confiar en la versión de los dos boxeadores cubanos deportados a su país tras haber desaparecido durante los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro en el sentido de que fueron dopados y engañados por dos empresarios que querían llevarlos a Alemania.
"‘Confiamos en lo que nos dijeron y consideramos su versión factible y probable’, declaró hoy a EFE el comisario de Policía Federal Felicio Latera, responsable de la investigación."
"‘La Policía Federal brasileña no está investigando la supuesta deserción de los dos cubanos, está investigando a los empresarios que intentaron llevárselos’, afirmó el comisario."
Con esa misma fecha y en el mismo cable la agencia EFE informó:
"En una entrevista con un diario brasileño, el empresario alemán Ahmet Öner, promotor de cuatro boxeadores cubanos ya refugiados en Alemania, admitió que organizó la fuga de Rigondeaux y de Lara, por la que dijo haber pagado cerca de medio millón de dólares."
No dudamos, por nuestra parte, que la Policía Federal creyó en el arrepentimiento de los dos atletas. La misión de dicha institución era gestionar con el consulado cubano la documentación que le solicitaban con apremio los boxeadores y explicar lo sucedido con ellos después de 12 días de ausencia.
Para la inmensa mayoría de nuestro pueblo lo esencial es conocer cuál fue el comportamiento moral de los atletas, que con tanto sacrificio los educa y forma.
La mayor responsabilidad, a mi juicio, corresponde a Erislandy Lara, quien era el capitán del Equipo de Boxeo, y aun así incumple normas y va a parar directamente a las manos de los mercenarios. Tiene 24 años y es estudiante universitario de Educación Física y Deportes. Los dos boxeadores ignoran la influencia en sus conductas de las estrechas relaciones de amistad que sostenían con los tres boxeadores sobornados en Venezuela, aunque seguramente desconocían la indiscreción verborreica con que el dueño de la empresa mafiosa hablaría después que ellos dejaron de asistir al pesaje.
Los dos atletas se mostraron reacios a conversar con la prensa. Un periodista de Granma, Miguel Hernández, los esperó en el aeropuerto y habló con ellos sobre el tema. Estaba luego decepcionado con las respuestas cuando trató de escribir un artículo convincente de la sinceridad de los boxeadores.
Julita Osendi, reportera de televisión y bien informada de los Juegos Panamericanos de Río, solicitó visitarlos y se esforzó por persuadirlos de que conversaran con toda franqueza. Fueron más abiertos y le contaron algunos detalles adicionales sobre su insólita aventura, pero el resultado final fue igual.
Al compañero Fernández, Vicepresidente del Consejo de Ministros que atiende entre otros organismos al INDER, le pedí me enviase una transcripción de la entrevista de Osendi con Erislandy Lara y Guillermo Rigondeaux. No bastaba la imagen, deseaba analizar cada pregunta y cada respuesta. Lo escrito ocupa dos veces el espacio de esta reflexión.
Le pediré a Granma que la publique en la página deportiva o en otro espacio, para dejar constancia escrita de la conversación.
Muchos países pobres no tienen problemas con el profesionalismo, pero también en ellos numerosas personas mueren prematuramente o sufren enfermedades invalidantes por falta de ejercicios. Esa tragedia la padecen también los países ricos desarrollados por insuficiencias en su podrido sistema y el espíritu mercantilista de sus servicios médicos.
El atleta que abandona su delegación es como el soldado que abandona a sus compañeros en medio del combate. Cuba dispone de muchos buenos deportistas pero no se los ha robado a nadie. El pueblo disfruta además de sus maravillosas actuaciones. Es ya parte de su cultura, su bienestar y su riqueza espiritual.
La Revolución ha cumplido su palabra. Prometió darles un trato humano a los dos atletas, reunirlos de inmediato con sus familiares, brindarles acceso a la prensa si lo deseaban, y asignarles un trabajo decoroso de acuerdo con sus conocimientos. Hemos atendido igualmente con esmero su estado de salud, como hacemos con todos los ciudadanos.
Era indispensable, por elemental justicia, escucharlos, conocer el grado de arrepentimiento que alegaban al verse envueltos en tan doloroso episodio.
Hemos puesto a disposición de nuestro pueblo los elementos de juicio que pudimos reunir. Ya ellos desean marcharse con sus familiares. Llegaron a un punto sin retorno como parte de una delegación cubana en ese deporte.
Nosotros, en cambio, debemos continuar la lucha. Ha llegado nada menos que el momento de constituir la lista de boxeadores cubanos que participarán en las Olimpiadas de Beijing, con casi un año de anticipación. Primero deben viajar a Estados Unidos para participar en el Campeonato Mundial, uno de los tres eventos clasificatorios a los Juegos Olímpicos. Imagínense a los tiburones de la mafia demandando carne fresca.
Algo debemos advertirles: no estamos ansiosos de suministrarla a domicilio. Cuba no sacrificará un ápice de su honor y sus ideas por medallas de oro olímpicas; prevalecerán por encima de todo la moral y el patriotismo de sus atletas. Sabemos que en el boxeo el tamaño del ring y los guantes se han modificado para afectar a nuestro país que tantas medallas obtiene en ese deporte, hasta lograr que el boxeo profesional se incluya también en las Olimpiadas.
Las autoridades deportivas están analizando todas las variantes posibles, incluyendo cambiar la lista de boxeadores o no enviar delegación alguna, a pesar de los castigos que nos esperen. Estudian igualmente estrategias y tácticas a seguir.
Mantendremos nuestra política de principios, aunque el mundo se adentre cada vez más en el profesionalismo, y como en los tiempos de Kid Chocolate —un verdadero genio—, no exista una medalla para el deporte sano y solo se conciba un deporte que ponga precio a lanzar pelotas imbateables, conectar jonrones y repartir y recibir piñazos sin protección alguna. A una época como aquella jamás volveremos.
El deporte sano es incompatible con el consumismo y el derroche, que está en la raíz de la actual e irreversible crisis económica y social del mundo globalizado.
Fidel Castro Ruz, 7 de agosto del 2007, 8:25 p.m. (fuente Granma)
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