Wednesday, January 18, 2006

Extremos de la obsesión antiterrorista de George W. Bush

Niño de cuatro años aparece en el directorio de la administración Bush de aquellas personas a las que les está prohibido entrar en un avión por ser presuntos terroristas, publica el diario Juventud Rebelde. El artículo titulado: Los "enemigos políticos" de Bush, de la periodista Juana Carrasco Martín, narra las penurias de Sijollie Allen, la madre, cuando intentaba viajar a Nueva York con el pequeño para la fiestas navideñas. "¿Es esto una broma?", preguntaba entre indignada e incrédula Allen, el pasado 21 de diciembre, a los agentes de la Continental Airlines del Aeropuerto Internacional Bush en Houston, Texas. "Ustedes pueden decir que él no es un terrorista", añadía tratando de convencerlos -dice el rotativo juvenil. La escena, digna de una novela de Kafka, enfatiza Carrasco Martín, volvió a repetirse al regreso en el aeropuerto de La Guardia, donde losempleados fueron todavía más reticentes el 26 de diciembre. "La advertencia de la autoridad no era cosa de juego para la inmigrante jamaicana: "Eres dichosa de que te estemos permitiendo entrar en lugar de ponerte en el otro proceso". ¿Cuál sería ese "otro proceso"? ¿Acaso llamar al FBI, a la CIA, al Departamento de Seguridad Interna, montar al pequeño Edward y a su mamáen un vuelo secreto de la agencia de espionaje, llevarlos a alguna cárcel oculta en cierto lugar del mundo, y ser interrogados según los métodos habituales en Abu Ghraib o en el Camp Delta de la Base Naval de Guantánamo?, pregunta la periodista. La Administración de Seguridad de la Transportación (TSA) estableció una lista "no-fly" (no vuelo) después del 11 de septiembre de 2001, ¿el objetivo? prevenir que personas con supuestos vínculos terroristas pudieran abordar naves comerciales, pero junto a la necesidad de protección creció la insensatez y la paranoia que entorpece viajes y agobia a pasajeros. Hasta personalidades estadounidenses, dice Juventud Rebelde, afrontan problemas porque sus nombres coinciden con los de otros en la lista "no-fly", algunos ejemplos son: John Lewis, representante demócrata por Georgia, el actor David Nelson, y hasta el senador Edward M. Kennedy. El asunto es más serio de lo que parece, enfatizacomentarista, pues esconde las intenciones de la administración Bush de mantener control absoluto sobre sus ciudadanos y el resto del mundo, en ordenanzas dictatoriales como la LeyPatriota, que supuestamente debe proteger a los estadounidenses de las maquinaciones terroristas y que en realidad los vigila. En esa ley -a debate en el Congreso, dice Carrasco, se ampara una aberrada actuación de la administración Bush, que incluso ha compiladolos datos de más de diez mil norteamericanos a los que considera "sus enemigos políticos" y usa esa documentación para hacer la guerra a quienes disientan de sus políticas. Según la publicación Capitol Hill Blue la "lista de los enemigos" data incluso de los días en que George W. Bush era gobernador de Texas y utilizaba la información para desacreditar a sus adversarios y ahora tiene el mismo objetivo, solo que los archivos computadorizados incluyen más nombres, explica el rotativo.Detalles íntimos personales de miembros del Congreso, personajes locales, estaduales y federales de alto rango, figuras prominentes de los medios de información y hasta ciudadanos comunes, todos los que han hablado contra Bush o su administración, se incluyen en la lista. Tal es el caso del cineasta Michael Moore, la senadora por California Barbara Boxer, el ex embajador Joseph Wilson y su esposa Valerie Plame (la agente encubierta de la CIA), y personas catalogadas de izquierdistas con páginas en internet (blogs) en que exponen sus opiniones personales sobre política, como Markos Moulitsas Zúniga (The Daily Kos) y Ana Marie Cox (Wonkette). Karl Rove, el principal consejero de Bush envuelto en el escándalo de la vigilancia a los estadounidenses, abunda Juventud Rebelde, fue quien inició la enumeración en Texas y ahora son utilizadas lasprerrogativas de la Ley Patriota para emplear, por ejemplo, la información proveniente de lasllamadas cartas de seguridad nacional del FBI con que obtienen detalles privados y hasta íntimos.La información incluye archivos de empresas, negocios, bancos, universidades, escuelas, hospitales, consultas médicas y muchas entidades más. Los pormenores de cómo y para qué se recopila una base de datos de los residentes en Estados Unidos o otros rincones del mundo, el diario The New York Times aseguró que la agencia ha llegado a acuerdos con las mayores compañías de telecomunicaciones norteñas para obtener acceso a algunos de los más grandes conmutadores o interruptores que permiten el tráfico telefónico o de correos electrónicos dentro y fuera del país". Documentos revelados por NBC indican que el Pentágono también vigila las manifestaciones mediante el monitoreo del tráfico en Internet. Uno de esos documentos clasificado como "secreto", decía la publicación Democracy Now, concluía: "Hemos notado incremento de lacomunicación y darse ánimo entre los grupos de protesta usando Internet", y ese mismo documento indicaba que los militares les seguían la pista a quienes participaban en las protestas y mantenían los registros de los vehículos vistos en estas. Exactamente lo mismo que hicieron en la década de los 70 contra quienes protestaban contra la guerra en Vietnam y que al destaparse llevó a que dentro de EE.UU. solo pudieran operar mediante estrictas restricciones. Para Marc Rotenberg, director ejecutivo del Electronic Privacy Information Center (Centro Electrónico de Información Privada), entidad que monitorea los asuntos de vigilancia, el presidente simplemente se ha descarrilado, su dependencia de los poderes como comandante en jefe "probablemente han ido demasiado lejos y deben ser rechazados". Mucho más explícito fue Beau Grosscup, de la Universidad de California en Chico, cuando dijo que "esta es una evidencia adicional de que la administración Bush no solo está moviendo el péndulo un poco más allá de las libertades civiles en nombre de la seguridad pública y la seguridad contra el terrorismo, sino que intenta cambiar lanaturaleza de la sociedad hacia el autoritarismo, presente en los neoconservadores desde 1970"."Ello presupone que el derribo de las Torres Gemelas, y el ulterior anuncio de la guerra global contra el terrorismo hecho por Bush, no son más que justificaciones para echar a andar una sociedad mucho antes programada", concluye el artículo publicado por Juventud Rebelde. (Fuente AIN)

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