Thursday, December 22, 2005

Hombres y mujeres color CUBA

¿Se ha preguntado usted alguna vez cómo somos los cubanos?
En franca respuesta le diría que somos hombres y mujeres color CUBA.
Quizá le sorprenda la definición tácita de parecernos al lugar donde se arraigan nuestras cualidades más definitorias, asentadas en una herencia cultural, histórica y de lucha.
Si no lo entiende es porque se encuentra, y no por casualidad, entre quienes hacen alardes de conocernos bien y nos tildan de parranderos, fumadores, fiesteros, escandalosos, vagos, bebedores y, como si fuera poco, apegados a los placeres de la carne.
No es menos cierto que somos resultado de la mixtura de hombres y mujeres de muchas razas, llegados a este archipiélago por ventura o desventura, cuyos defectos y virtudes, tradiciones, costumbres, experiencias, cultura, religión y vicios nos fueron legados. Somos igualmente la suma de una amalgamada sociedad que con el paso de los siglos vio pugnar sentimientos e ideas entre colonizadores españoles, esclavos de origen africano y los que nacidos aquí tenían la epidermis color CUBA.
Esa tonalidad que hizo más nítida sobre la piel del criollo, cuando salió al campo de batalla para luchar por su independencia y gentilicio, en 1868 y 1895 durante las contiendas emancipadoras.
Pero tal vez usted no sabe de apego a la historia y le quede demasiado lejos en el tiempo la alusión a los padres fundadores de esta nación.
Por eso, le sugiero acercarse a mi realidad, a la cotidianidad de esta pequeña parte del suelo cubano llamada Isla de la Juventud, antes Isla de Pinos, y sometida durante tres siglos al abandono, primero por la metrópolis española desde su descubrimiento por Cristóbal Colón el 13 de junio de 1494, luego por los gobernantes de turno de la república mediatizada y redimida gracias al triunfo de la Revolución el primero de enero de 1959.
Eche un vistazo a las páginas de Solidaridad escritas por los habitantes de esta ínsula que pese a las más de cuatro décadas de bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba, han formado miles de estudiantes de diferentes naciones del Tercer Mundo.
La sangre de pineros devenidos combatientes regó tierra angoleña y etiope en el fragor de la guerra por la independencia de esas naciones del continente negro y hoy más de 400 profesionales de la Salud Pública, la Educación y el Deporte aportan bienestar y conocimientos en recónditos parajes de América Latina, África y Asia.
Si prefiere, puede recorrer los vericuetos de la Hermandad manifiesta en casa, esa que se hace tangible en tiempos de huracanes cuando los hogares más confortables se abren para cobijar a familiares y vecinos o cuando donamos nuestra sangre a cualquier persona urgida de una intervención quirúrgica e incluso en el momento en que aportamos parte de la estimulación en moneda libremente convertible o propina al programa Materno Infantil o a la compra de sueros citostáticos destinados a enfermos de cáncer.
Es difícil sustraerse al Patriotismo que emana del espíritu de resistencia de esta pequeña región, que no renunció nunca a su condición de cubana, ante los intentos de Estados Unidos de asumirla como propiedad para convertirla en base militar a inicios de la pasada centuria.
Sin pretender hacer un panegírico de quienes somos realmente, le digo que en tiempos de la colonia, cuando esta tierra era destino para presos comunes y políticos, Nueva Gerona fue testigo, primero, de la toma del balandro Margarita, el 11 de enero de 1896, por un grupo de jóvenes que más tarde se unió a las tropas del general Antonio Maceo en Pinar del Río y ese mismo año el 26 de julio, independentistas aquí confinados se alzaron contra el gobierno español sin importar superioridad militar y logística, e incluso, luego del victoria de enero del ’59 cuando se acometían planes para desarrollar y fomentar esta isla, los pineros respondimos con fuego a la invasión mercenaria, que amenazaba la supervivencia de nuestro color, ¿no se le parece a lo que definen los académicos por Coraje?
Por último le explico que como cada generación necesita de sus propias motivaciones para parecerse a su tiempo, la actual como protagonista de la Batalla de Ideas, que lleva a cabo nuestro pueblo contra las patrañas enemigas, se erige en transformadora de la educación de la educación, la cultura, el deporte y la salud, al incorporarse al incorporarse a los más de 200 programas de la Revolución, traducidos en igualdad de oportunidades como expresión de Inteligencia y Justicia Social.
Si aún dudara de lo que significa ser hombres y mujeres color CUBA resumo que es una mezcla explosiva de alegría, jacarando, profundo apego a las tradiciones, amplio sentido de la solidaridad, el altruismo y una especial combinación de patriotismo y coraje dispuestos a poner a prueba si el enemigo osara agredirnos. Así somos.

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